La vicepresidenta Yolanda Díaz ya se ha puesto deberes para 2022. Entre ellos, una importante reforma del horario laboral para acercar la flexibilidad española a la de los países nórdicos. Un modelo que, según los expertos, se distingue por una importante capacidad de adaptación de la jornada a las necesidades del trabajador, pero también por una profunda desregulación en este campo

"El país ejemplar por antonomasia en este campo es Dinamarca", explica Javier Blasco, director del Adecco Group Institute. "Se trata de un modelo de flexiseguridad que no solo tiene que ver con el tiempo de trabajo, sino también con una normativa poco intrusiva". 

De hecho, más allá del horario laboral, España tendría mucho que aprender del modelo nórdico. "Tiene gran adaptación en momentos de crisis y un marco normativo muy flexible". Además, tiene políticas activas de empleo "muy potentes" para la capacitación de trabajadores y "gran capacidad de integración" e itinerarios de inclusión laboral para colectivos en riesgo de exclusión.

Cabe recordar que el Gobierno se ha puesto como objetivo, a través del 'Plan 2050', rebajar las horas trabajadas a la semana en España. Si ahora mismo el máximo legal se sitúa en las 40 horas (y una media de 37,7 horas trabajadas con datos hasta 2019), la idea es que pase a ser de 37 horas en 2030, 36 en 2040 y 35 en 2050.

No es extraño que Díaz vea en los países nórdicos un modelo al que aspirar para recorrer este camino. Los daneses, aunque tienen una jornada semanal de 37 horas como máximo, de manera efectiva trabajan 32,4 horas a la semana. Y todo ello con unos datos de empleo a envidiar: la tasa de paro es del 4,3% en la población general y del 8,2% en los jóvenes menores de 25 años.  

Poco intervencionismo

Volviendo a la cuestión de la flexibilidad laboral y los horarios de los territorios nórdicos, Blasco insiste en que hay muy "poca intervención en el marco estatal" y que se utilizan como sistemas de "flexibilidad interna". De hecho, los mayores ratios de empleo a tiempo parcial los tienen los países nórdicos, pero se trata de unos horarios parciales deseados por los trabajadores.

Aquí la clave está en la negociación entre el trabajador y la empresa. Eso es lo que permite una flexibilidad extrema de horarios "con una normativa tendiendo al mínimo. En España eso no ocurre", y recuerda que esto, hoy en día, descansa en la negociación colectiva, que determina y restringe a determinados horarios. "Los sistemas intervencionistas perjudican a las personas trabajadoras. Una normativa flexible permite pactos de una manera más sencilla". 

De hecho, el director del Adecco Group Institute considera que una evolución hacia la flexibilidad nórdica choca de frente con medidas impuestas recientemente, como el registro horario, "que es muy rígido". A esto se suma la legislación de desconexión digital. "Todo son rigideces y taras si se quiere alcanzar una mayor flexibilidad laboral". 

Para Blasco, los legisladores "se han dado cuenta de que es un auténtico desastre", en alusión a la legislación de los horarios laborales. "No se puede pretender que todos los trabajadores tengamos los mismos horarios". 

Convenio

Además, carga contra algunos de los cambios que se pretenden en la reforma laboral que plantea el Gobierno, como la primacía de los convenios de sector sobre los de empresa. "Si seguimos demonizando los convenios de empresa, nos cargaremos la flexibilidad horaria", afirma. 

Pero el camino sigue lleno de interrogantes. Lo cierto es que el anuncio de la vicepresidenta segunda ha cogido con la guardia baja a patronal y sindicatos. Consultados por EL ESPAÑOL-Invertia, aseguran no haber tenido conocimiento previo de la reforma pretendida por Díaz. 

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