Bruselas

La fecha del 6 de junio ya está marcada en rojo en el calendario del Banco Central Europeo para un posible recorte de tipos de interés. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha admitido este jueves que el proceso de desinflación avanza a buen ritmo en la eurozona, pero ha insistido en que necesita más seguridad de que se alcanzará el objetivo del 2% antes de cambiar el rumbo de la política monetaria.

En este sentido, Lagarde ha dicho que ningún miembro del Consejo de Gobierno ha planteado bajar los tipos ya en la reunión de este jueves, en la que se ha decidido "por unanimidad" mantener sin cambios el precio del dinero en un nivel récord del 4,5%. Lo que sí ha hecho el BCE es "empezar a discutir la salida de nuestra posición restrictiva", es decir, el calendario de rebajas futuras.

La presidenta ha descartado implícitamente un recorte de tipos en la próxima reunión del Consejo de Gobierno del 11 de abril, y ha dado a entender que la primera bajada tendrá que esperar al siguiente encuentro del mes de junio

[El BCE mantiene los tipos en máximos del 4,5% pero mejora sus previsiones de inflación]

"Nos encontramos en un proceso de desinflación y estamos realizando avances. Hemos pasado (de una tasa de inflación) del 2,9% en diciembre al 2,8% en enero y el 2,6% en febrero. Así que se está produciendo una bajada clara y estamos haciendo buenos progresos hacia nuestro objetivo de inflación", ha explicado Lagarde en rueda de prensa.

"Como resultado, tenemos más confianza (en lograr el objetivo del 2%). Pero todavía no estamos bastante seguros y necesitamos claramente más pruebas y más datos. Sabemos que estos datos llegarán en los próximos meses: sabremos un poco más en abril, pero sabremos mucho más en junio", insiste la presidenta.

Lo que más le preocupa ahora mismo al BCE es la subida de los salarios. Lagarde ha destacado que el único componente de la inflación subyacente que no baja es la inflación interna, determinada por el sector servicios, que al ser intensivo en mano de obra es particularmente sensible a la evolución de los salarios.

"No se trata de sacrificar el crecimiento", ha respondido la presidenta al ser preguntada por el impacto económico de aplazar la bajada de tipos. Aunque el BCE ha rebajado al 0,6% su previsión para este año, Lagarde sostiene que se trata únicamente de un "ligero retraso de la recuperación", que se iniciará en la segunda mitad de 2024 y proseguirá en 2025 y en 2026.