La guerra comercial que, ahora sí de forma oficial, ha desencadenado Estados Unidos, y que encarecerá un 20% todos los productos que les lleguen desde la Unión Europea, dejará tocadas en el caso de España a tres comunidades autónomas: Andalucía, Comunidad Valenciana y País Vasco.
Estos territorios van a llevarse el peor golpe de los aranceles de Donald Trump, que en su particular visión proteccionista y tras realizar unos cálculos que no pocos especialistas consideran "delirantes", ha decidido el porcentaje a soportar por los 27. "Es la mitad", justificó usando esas dudosas cuentas de las tarifas que, según él, impone la UE.
Aunque España en su conjunto, al mandar allí el 4,9% del total de exportaciones, se vea poco afectada en comparación con otros colegas europeos, como por ejemplo Alemania, (factura a EEUU nueve veces más que nuestro país) lo cierto es que estas tres comunidades autónomas van a sentir especialmente la decisión.
Porque Andalucía, Comunidad Valenciana y el País Vasco destinan a EEUU más del 8% de sus exportaciones totales. En concreto, el 8,8% de las ventas al exterior valencianas, el 8,4% de las vascas y el 8,3% de las andaluzas acaban allí.
Pero además, la situación tiene una dificultad adicional en el caso de Andalucía y Comunidad Valenciana, porque entre los principales productos que exportan a EEUU figuran algunos con fuerte dependencia al comercio con ese país.
Por ejemplo, en aceite de oliva y manufacturas de cemento, en el caso de Andalucía, y transformadores eléctricos en la Comunidad Valenciana, según se desprende de los datos de la Agencia Tributaria recopilados en un informe de CCOO.
Dos cifras bastan para entender cómo de importante es el comercio con EEUU para estos productos: el 33% de los transformadores eléctricos que exporta España y el 17% del aceite de oliva acaban allí.
País Vasco, por su parte, exporta a Estados Unidos esencialmente aceites de petróleo, vehículos para transporte de mercancías y tubos de hierro y acero. Son productos que se incluyen en las principales partidas españolas de exportación a ese país, y por tanto las que sufrirán más con la medida: bienes de equipo, metalurgia y varios sectores del agro, como el aceite de oliva, frutas y hortalizas o vino.
Castilla y León y País Vasco, fuertes en componentes
Al margen del impacto que tengan los aranceles del 20%, otra imposición, en este caso del 25% para los coches fabricados fuera de EEUU que ya está en vigor, tiene pendientes -aunque en mucha menor medida- a Castilla y León y País Vasco.
En estas comunidades están buena parte las empresas que fabrican componentes de automóvil. Este segmento se considera el principal damnificado del sector porque prácticamente no exportamos coches completos a EEUU. Pero en lo referido a piezas la cosa cambia: las vendemos sobre todo a la UE, y algunos países comunitarios, como Alemania, sí que son grandes vendedores de vehículos a Estados Unidos.
En suma, un enorme dominó que llega hasta Castilla y León, que alberga a varios fabricantes de la industria auxiliar del automóvil, entre los que destaca Antolín. Aunque el sector estima que el impacto aquí sea limitado, teniendo en cuenta que los fabricantes de la industria auxiliar del automóvil también tienen actividad en Estados Unidos y podrán sortear el golpe arancelario.
País Vasco, por su parte, es la autonomía en la que las principales compañías del sector tienen su sede social. Es el caso de Gestamp y CIE Automotive.
Sánchez anuncia una sectorial
La asimetría del impacto de los aranceles por territorios será previsiblemente una de las cuestiones que afloren en la sectorial que el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, convocará para implicar a los presidentes autonómicos en el plan de respuesta del Gobierno, que movilizará 14.100 millones de euros para los sectores más afectados.
El paquete de ayudas se divide en 7.400 millones de nueva financiación, mientras que otros 6.700 procederán de otras partidas ya existentes, según ha explicado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ha anunciado también la reunión con los líderes autonómicos.
Uno de ellos ya se ha pronunciado. En Wake Up, Spain!, el presidente de La Rioja, Gonzalo Capellán, ha sostenido que el sector sufrirá, pero ese 20% de arancel impuesto para el mercado de EEUU, siendo negativo, "es para todos", ha recordado. "Y nosotros ya vivimos el 25% que se le impuso sólo para España en 2019, y supimos jugar".
En esos años críticos, ha recordado, la Denominación de Origen Rioja siguió vendiendo 10,5 millones de litros en EEUU. "De modo que hay preocupación, pero tenemos la esperanza de saber, una vez más, seguir siendo competitivos".
A la espera de escuchar a otros líderes autonómicos, diferentes voces de los sectores más afectados han alzado la voz de alarma.
Es el caso de las bodegas españolas, aglutinadas en la FEV, que sostienen que hay en riesgo 400 millones en exportaciones a EEUU. "No existe ahora mismo un mercado vitivinícola alternativo que pueda compensar la pérdida”, ha subrayado el director general de la FEV, José Luis Benítez.
Piden que se agoten todas las vías de negociación antes de que entren en vigor todos los aranceles. También los exportadores de aceite, Asoliva, muestran su preocupación: los aranceles del 20% pueden suponer "el deterioro económico para toda la cadena de un sector que tiene un valor económico de 6.000 millones de euros" y que supone el 12% en las exportaciones alimentarias de nuestro país.
