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La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha avisado este jueves de que los aranceles universales anunciados por Donald Trump -que en el caso de la Unión Europea ascienden al 20%- suponen un "duro golpe" para la economía mundial y tendrán "consecuencias inmensas" e inmediatas para consumidores y empresas, empezando por una subida general de precios, la perturbación de las cadenas de suministro globales, más burocracia y más incertidumbre.

Von der Leyen anuncia que la Unión Europea está preparando un nuevo paquete de medidas de represalia para "proteger nuestros intereses y a nuestros negocios", pero no ha querido dar ningún detalle sobre su contenido. Es más, la presidenta de la Comisión ha lanzado un nuevo llamamiento a Trump para que se siente en la mesa de negociación, a pesar de que todos los esfuerzos de diálogo de Bruselas hasta ahora han fracasado. "No es demasiado tarde", le ha dicho.

La presidenta de la Comisión sostiene en todo caso que la Unión Europea está bien preparada para navegar la tormenta provocada por el presidente de Estados Unidos y ayudará a los sectores más golpeados por los recargos. "Nos mantendremos unidos y nos protegeremos mutuamente. Nuestra unidad es nuestra fuerza. Europa tiene el mercado único más grande del mundo (450 millones de consumidores), que es nuestro puerto seguro en tiempos tumultuosos", ha dicho.

Según los cálculos del Banco Central Europeo (BCE), un arancel general de Estados Unidos a las importaciones europeas reducirá el crecimiento económico hasta 0,3 puntos porcentuales el primer año, mientras que si Bruselas adopta medidas de represalia el coste podría subir a 0,5 puntos. Por su parte, la inflación aumentaría también media décima el primer año. El análisis del BCE se basaba en un recargo del 25%, pero al final Trump ha optado por un nivel algo inferior del 20%.

En una declaración sin preguntas desde Samarkanda (Uzbekistán), donde se encuentra de visita oficial para participar en la primera cumbre UE-Asia Central, Von der Leyen ha pintado un panorama tenebroso sobre el impacto de los aranceles de Trump, que según ha dicho perjudicarán particularmente a los países y los consumidores más vulnerables e inauguran una nueva era de proteccionismo en todo el mundo.

"El anuncio del presidente Trump de imponer aranceles universales en todo el mundo, incluida la UE, supone un duro golpe para la economía mundial. Lamento profundamente esta decisión. Seamos claros respecto de sus inmensas consecuencias: la economía mundial sufrirá enormemente; la incertidumbre aumentará y provocará un mayor proteccionismo; las consecuencias serán nefastas para millones de personas en todo el mundo, también para los países más vulnerables, que ahora están sujetos a algunos de los aranceles más altos", ha denunciado Von der Leyen.

"Los aranceles también perjudicarán a los consumidores de todo el mundo y se sentirán inmediatamente. Millones de ciudadanos se enfrentarán a facturas de alimentación más altas, los medicamentos costarán más y también el transporte. La inflación aumentará, y esto afecta especialmente a los ciudadanos más vulnerables. Todas las empresas, grandes y pequeñas, sufrirán desde el primer día: desde una mayor incertidumbre, hasta la perturbación de las cadenas de suministro y una burocracia onerosa", sostiene la presidenta.

"El coste de hacer negocios con Estados Unidos aumentará drásticamente. Y lo que es más, no parece haber orden en el desorden. No hay un camino claro para salir de la complejidad y el caos que se está creando en la medida en que todos los socios comerciales de EEUU se ven golpeados", ha subrayado Von der Leyen.

Pasar a la negociación

La alemana da la razón a Trump en su denuncia de que "el sistema de comercio mundial tiene graves deficiencias" y algunos (a los que no ha identificado) "se están aprovechando injustamente de las reglas actuales". "Estoy dispuesta a apoyar cualquier esfuerzo para lograr que el sistema de comercio mundial se adapte a las realidades de la economía global. Pero también quiero ser clara: recurrir a los aranceles como primera y última herramienta no solucionará el problema", le ha espetado.

Desde el principio, la Unión Europea siempre se ha ofrecido a negociar con EEUU "para eliminar cualquier barrera restante al comercio transatlántico". "Al mismo tiempo, estamos preparados para responder. Ya estamos ultimando un primer paquete de contramedidas en respuesta a los aranceles al acero. Y ahora nos estamos preparando para tomar más contramedidas, para proteger nuestros intereses y a nuestras empresas si las negociaciones fracasan", ha dicho la presidenta. La UE se protegerá además para evitar que las exportaciones de otros países dirigidas a EEUU se redirijan e inunden el mercado comunitario.

"Como europeos, siempre promoveremos y defenderemos nuestros intereses y valores. Y siempre defenderemos a Europa. Pero hay un camino alternativo: no es demasiado tarde para hacer frente a estas preocupaciones mediante la negociación. Es por eso que nuestro comisario de Comercio, Maros Sefcovic, está en contacto permanente con sus homólogos estadounidenses. Trabajaremos para reducir las barreras, no para aumentarlas. Pasemos de la confrontación a la negociación", insiste Von der Leyen.

Desde que Trump regresó a la Casa Blanca, Sefcovic ya ha viajado dos veces a Washington, la última la semana pasada, pero sus gestiones no han dado ningún resultado. Además, el presidente de Estados Unidos sigue sin atender las peticiones de Von der Leyen para mantener un encuentro cara a cara.

Nuevo bazuca

De momento, la UE ha anunciado un primer paquete de aranceles del 25% para golpear a productos icónicos estadounidenses por valor de 26.000 millones de euros, que en principio deben entrar en vigor el próximo 13 de abril. Se trata de la respuesta a los recargos de Trump al acero y al aluminio, que entraron en vigor a mediados de marzo. Sin embargo, Bruselas todavía no ha detallado la respuesta ni a los derechos de aduana del 25% contra los coches que EEUU anunció la semana pasada, ni a los aranceles universales del 20%.

En los días previos al anuncio del 2 de abril, el Ejecutivo comunitario ha especulado con la posibilidad de activar por primera vez su nuevo bazuca: el reglamento para proteger a la UE de la coerción de terceros países. Este instrumento, que se aprobó en 2023 bajo presidencia española de la UE, se considera como la 'opción nuclear' porque permite a Bruselas adoptar un amplio rango de medidas de represalia, que van más allá de los tradicionales aranceles.

Con esta bazuca, la UE podría imponer además a Estados Unidos restricciones al comercio de servicios (que podrían afectar en particular a las grandes tecnológicas), así como limitaciones de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio o barreras al acceso a la inversión extranjera directa y a la contratación pública.

Todo este arsenal de medidas será discutido por los ministros de Comercio de los 27 en una reunión el próximo lunes en Luxemburgo.