Sao Paulo, 24 abr (EFECOM).- Brasil, la mayor economía de Sudamérica, perdió 43.196 empleos formales en marzo, su peor resultado para ese mes desde 2017, informó este miércoles la Secretaría Especial de Previsión y Trabajo, dependiente del Ministerio de Economía.

Según datos del Registro General de Empleados y Desempleados (Caged), marzo fue el primer mes del año en el que el empleo formal registró caídas, por lo que Brasil cerró el primer trimestre con un saldo positivo de 179.543 puestos de trabajo, un 0,47 % más respecto al primer trimestre de 2018.

En los últimos doce meses, el gigante sudamericano tuvo un aumento de 472.117 empleos formales, un incremento del 1,24 % respecto al volumen registrado en el mismo periodo del año anterior.

Los datos del Caged apuntan que cinco de los ochos sectores de la economía brasileña analizados registraron pérdidas de puestos formales, lista encabezada por el comercio, que cerró con 28.803 empleos el mes pasado, una caída del 0,32 % con relación a febrero, seguido de el agropecuario, con una reducción de 9.545 puestos.

En los sectores de la construcción (-7.781), la industria de transformación (-3.080) y los servicios industriales y de utilidad pública (-662) igualmente se produjeron caídas en el mercado laboral.

En contrapartida, el sector de servicios fue el que más oportunidades laborales registró, con 4.572 contrataciones.

También registraron saldos positivos la administración pública, con la creación de 1.575 plazas, y el sector minero, con 528 puestos.

Según el informe, la región nororiental del país fue la que más perdió mercado de trabajo formal, con un total de 23.728 despidos, seguida de la del sudeste, donde 10.673 puestos fueron extinguidos.

Asimismo, el salario promedio de admisión en marzo fue de 1.571 reales (unos 400 dólares), lo que supone una reducción real (tras la corrección de la inflación) de un 0,51 % en la comparación con marzo del año pasado.

Brasil cerró 2018 con un saldo positivo de 529.554 empleos formales después de tres años en negativo y tras la dura recesión experimentada entre 2015 y 2016, cuando la economía se desplomó un 7 %.