Economía

El mundo del automóvil adapta sus previsiones de conducción autónoma

11 marzo, 2019 20:45

Washington, 11 mar (EFECOM).- Accidentes mortales, dificultades tecnológicas y exigencias de los legisladores pueden retrasar la llegada de los vehículos autónomos que son capaces de circular sin ninguna intervención de conductores.

Una de las promesas de los automóviles autónomos que más ha capturado la imaginación del público es la de una futura disminución sustancial del número de muertos en las carreteras, que se conseguiría con la adopción de la nueva tecnología.

El accidente que en marzo de 2018 protagonizó uno de los automóviles de pruebas de conducción autónoma de Uber en Arizona, y en el que murió una transeúnte, Elaine Herzberg, de 49 años, moderó la rapidez con la que los sueños de un mundo de automóviles autónomos sea una realidad.

Tras el accidente, Uber decidió dejar de utilizar su flota de vehículos autónomos de pruebas en Arizona lo que supuso un claro revés a sus planes a pesar de que mantuvo su programa de conducción autónoma en los estados de Pensilvania y California.

Otros accidentes, algunos de ellos mortales, de vehículos autónomos o semiautónomos, como los de Tesla, han tenido un impacto negativo en las perspectivas de cuándo se materializarán los vehículos autónomos en las calles y carreteras.

La semana pasada, un alto directivo de Volskwagen (VW) reconoció en el Salón del Automóvil de Ginebra que quizás el sector ha sido demasiado optimista en sus previsiones sobre la tecnología de automóviles autónomos.

En declaraciones a los medios de comunicación, Thomas Sedran, responsable de vehículos comerciales de VW, comparó el desarrollo de la tecnología que permitirá a los automóviles circular sin ninguna intervención humana con el envío de seres humanos a Marte.

Sedran también anticipó que el nivel 5 de vehículos autónomos, el que realmente permite que un automóvil circule sin que un ser humano intervenga de ninguna forma en el viaje, nunca podrá aplicarse de forma global dadas la exigencias tecnológica que se requieren.

Una de las compañías que más ha "vendido" la tecnología de vehículos autónomos es el fabricante de automóviles eléctricos de lujo Tesla. Su fundador, Elon Musk, ha utilizado frecuentemente la promesa de esa tecnología para fomentar la imagen de sus vehículos.

El 20 de julio de 2016, Musk publicó en el blog de Tesla la segunda parte de su "plan maestro" de la compañía que incluía promesas como que "cuando los reguladores aprueben la verdadera conducción autónoma, significará que se podrá invocar a su Tesla básicamente desde cualquier sitio".

"Una vez que le recoge, será capaz de dormir, leer o hacer lo que sea de camino a su destino", añadió.

Es importante notar que Musk puso el peso de la materialización de los vehículos comerciales en que "los reguladores aprueben" la tecnología y no en que el sector sea capaz de desarrollar la tecnología que permita la conducción autónoma segura.

La manera en que Musk y Tesla, cuyos vehículos están equipados con el sistema Autopilot, han vendido esta tecnología les ha provocado problemas.

En marzo de 2018, una persona murió cuando el Tesla que ocupaba se estrelló en California. En el momento del accidente, el sistema Autopilot estaba en funcionamiento y el conductor no tenía sus manos en el volante, según reconoció Tesla.

En 2016, otro conductor también murió, esta vez en Florida, cuando su Tesla se estrelló contra un camión.

En 2018, Center for Auto Safety y Consumer Watchdog, dos grupos de defensa de los derechos de los consumidores, acusaron a Tesla de mentir al público estadounidense con su publicidad.

Musk predijo en un tuit publicado en enero de 2016 que, "en dos años", sus vehículos serían capaces de recorrer el país de costa a costa sin conductor.

Este mes, Tesla actualizó finalmente su página web de Autopilot en lo que parece ser un reconocimiento de que la tecnología va más lenta de lo deseado por su fundador.

Como señaló la web Arstechnica, Tesla ha moderado sus predicciones de un futuro de conducción autónoma y ahora incluye una advertencia sobre la capacidad de la conducción autónoma absoluta.