La ministra británica de Interior, Amber Rudd, ha confirmado que la mayoría de los centros del sistema sanitario de Inglaterra afectados por el ciberataque masivo ya "trabajan con normalidad".

Tras presidir un comité de emergencias para evaluar las consecuencias del incidente, Rudd dijo que 48 de 248 organismos locales del sistema público de salud (NHS) resultaron afectados este viernes por un software malicioso que bloqueó algunos de sus ordenadores y exigió una recompensa en bitcoins para recuperarlos. Todos ellos funcionan con normalidad excepto seis, confirmó la ministra.

"La respuesta ha sido muy buena", explicó Rudd. "Contamos con la preparación adecuada y la estrategia necesaria durante los siguientes días para asegurar que el ataque no va amás".

Anteriormente, la ministra de Interior había recomendado a los hospitales y centros médicos afectados "no pagar" el rescate que pedían unos "cibercriminales" que, según señaló, atacaron de forma simultánea a "grandes firmas de telecomunicaciones, proveedores, instalaciones ferroviarias, universidades y autoridades locales" de todo el mundo.

Amber Rudd también confirmó que el Gobierno británico desconoce quién está detrás del ataque.

Un Windows desfasado

El portavoz de salud del Partido Laborista, Jonathan Ashworth, criticó que muchos centros del NHS "han estado utilizando miles de ordenadores con el sistema operativo Windows XP, que está desfasado".



Según advertía un artículo en la revista British Medical Journal esta misma semana, el 90 % de los organismos del NHS emplea en sus ordenadores ese sistema operativo, lanzado por Microsoft en 2001 y que dejó de recibir actualizaciones de seguridad por parte de la compañía en mayo de 2015.

El líder laborista, Jeremy Corbyn, lamentó asimismo que el sistema de salud trabaje con equipos informáticos que "no están protegidos ni actualizados".

En respuesta a estas críticas, Amber Rudd aseguró que el Gobierno ha "doblado" su inversión en seguridad informática y destacó que en febrero se inauguró el Centro Nacional de Ciberseguridad británico, el principal organismo que está lidiando con los problemas técnicos que ha originado el ataque.



Con todo, la titular de Interior admitió que el sistema de salud debe "aprender" la lección tras este incidente y coincidió en que "Windows XP no es la mejor plataforma" para sistemas que tratan con información confidencial de pacientes.

Por su parte, la primera ministra británica, la conservadora Theresa May, dijo que el incidente está recibiendo toda la "atención" por parte del Centro Nacional de Ciberseguridad británico (NCSC, en sus siglas en inglés), adscrito a los servicios de inteligencia, y recalcó que el ataque no ha puesto en peligro historiales clínicos ni datos de los pacientes.

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