José Antonio Marcos es vicedecano del Área Tech de la Facultad Business & Tech de la Universidad Alfonso X El Sabio.
Ciberseguridad y confianza digital: pilares de la innovación en la economía del conocimiento
La ciberseguridad ha dejado de ser un escudo técnico para convertirse en un motor de la innovación en la economía del conocimiento. En un mundo hiperconectado, donde los datos son el nuevo oro y la confianza digital se erige como un activo intangible indispensable para crear, evolucionar y competir.
Durante mucho tiempo, la ciberseguridad se ha percibido como una disciplina eminentemente técnica, centrada en proteger datos, aplicaciones y dispositivos frente a amenazas digitales. Su implementación recaía en equipos especializados -administradores de sistemas, desarrolladores y expertos en seguridad informática- que desplegaban herramientas como firewalls, antivirus o sistemas de detección de intrusos para mantener a salvo los entornos tecnológicos.
Sin embargo, el contexto actual ha transformado profundamente esta visión. La acelerada transformación digital y la irrupción de tecnologías emergentes como la computación en la nube, la inteligencia artificial, el Internet de las cosas (IoT) o la computación cuántica han ampliado el alcance de la ciberseguridad. Ya no se trata solo de proteger sistemas, sino de garantizar la confianza digital en un mundo hiperconectado. En este contexto, la confianza digital -entendida como la percepción de seguridad, privacidad y ética en el uso de la tecnología- es un activo intangible esencial para que cualquier organización pueda construir una relación duradera con sus clientes y usuarios.
Así, la ciberseguridad se ha convertido en un pilar estratégico cuyo impacto va más allá del ámbito técnico: influye directamente en la gestión del negocio, el cumplimiento normativo y la reputación corporativa.
En este nuevo escenario, proteger la información no es suficiente; es necesario crear entornos seguros que permitan innovar sin comprometer la integridad operativa ni la privacidad de los usuarios. El valor ya no reside únicamente en los productos físicos, sino en los datos, las ideas y las relaciones digitales que impulsan la innovación. Las organizaciones que gestionan los datos de forma ética comunican con claridad sus políticas de privacidad y responden proactivamente ante incidentes, generan fidelidad y reputación. En un entorno donde los consumidores son cada vez más conscientes de los riesgos digitales, esta confianza se traduce directamente en ventaja competitiva.
De hecho, la ciberseguridad se ha consolidado como un habilitador clave de la innovación tecnológica. Las plataformas seguras permiten a empresas, instituciones académicas y gobiernos compartir datos de forma confiable, fomentando la colaboración y la co-creación de conocimiento. Este entorno de confianza digital también impulsa la investigación científica y tecnológica, facilitando el desarrollo de nuevas soluciones y modelos de negocio disruptivos en sectores como la salud digital, la movilidad inteligente o la industria conectada.
En sectores como la salud digital, la educación online o las finanzas descentralizadas, la confianza digital es lo que permite que los usuarios compartan información sensible, participen en ecosistemas colaborativos y adopten nuevas formas de interacción. En este sentido, la investigación en criptografía y ciberseguridad juega un papel clave para fortalecer esta confianza, desarrollando soluciones que garanticen entornos seguros y sostenibles.
Por otro lado, en este panorama de constante evolución tecnológica, la confianza digital no solo se preserva, sino que debe ser constantemente reforzada. La computación cuántica, con su potencial disruptivo, amenaza los sistemas criptográficos clásicos y plantea nuevos desafíos para la ciberseguridad, especialmente en lo relativo a la protección y privacidad de la información. Para responder a esta nueva situación, tecnologías como la criptografía cuántica podría revolucionar la forma en que protegemos los datos. No obstante, para que esto se materialice, es crucial invertir en la formación de nuevos perfiles profesionales capaces de afrontar estos retos.
La ciberseguridad ha sido siempre un campo de constante investigación y formación para mantenerse al día de las nuevas amenazas que aparecían. La llegada de las tecnologías cuánticas hará más necesario que nunca esa mirada hacia el futuro. Los expertos en el campo deben adaptarse a las innovaciones cuánticas y comprender sus implicaciones, preparando así a las organizaciones para una era de seguridad más robusta y avanzada. Contribuir a esta formación es precisamente el objetivo del Congreso Internacional de Ciberseguridad: Empresas, Investigación y Sociedad, que organizamos junto a la Universidad de Oviedo y el INCIBE desde hoy y hasta el viernes 3 de octubre, en nuestro campus UAX Madrid Chamberí en la calle Arapiles 13.
La revolución de la computación cuántica está comenzando a sentirse. Quienes se preparen con antelación estarán mejor posicionados para proteger la confianza digital, un activo intangible pero esencial en la economía del conocimiento. Anticiparse a este cambio implica no solo adoptar nuevas tecnologías, sino también formar talento capaz de entender cómo estas transforman la forma en que protegemos la información y gestionamos los riesgos digitales.
*** José Antonio Marcos es vicedecano del Área Tech de la Facultad Business & Tech de la Universidad Alfonso X El Sabio.