César Tello, director general de Adigital (Asociación Española de la Economía Digital).
La red de ecosistemas digitales que posiciona a España como el futuro hub líder de Europa
Cuando se habla del futuro digital de Europa, pocas veces se mira al sur de Europa con la atención que merece. Sin embargo, España ha dejado de ser una promesa incipiente para consolidarse como una realidad en el mapa tecnológico del continente. Los datos hablan por sí solos. De acuerdo con la quinta edición del Informe de Economía Digital en España, la economía digital representó en 2024 el 26% del PIB nacional, un 1,8% más que en 2023. Además, la Comisión Europea, en su informe sobre la Década Digital 2025, sitúa a España como el segundo país con mejor cobertura de fibra óptica de la UE.
Esta infraestructura digital avanzada, unida a un clima favorable y una calidad de vida reconocida, ha convertido a muchas ciudades españolas en polos de atracción para nómadas digitales y profesionales tecnológicos. Lo que hace una década era una aspiración, hoy se perfila como una realidad.
En parte, impulsado por el apoyo público a través de legislaciones que apoyen a los emprendedores como la Ley de Startups y sus beneficios para nómadas digitales o incentivos fiscales, una cultura de innovación abierta, y la capacidad de conectar empresas, universidades, administraciones públicas e inversores en torno a una visión compartida de futuro.
Hubs distribuidos
Mientras otros países han concentrado su innovación digital en una única ciudad —como París en Francia o Berlín en Alemania— España ha creado diferentes ecosistemas emprendedores a lo largo de su geografía con fortalezas específicas.
Madrid ha consolidado su posición como centro neurálgico financiero e institucional, atrayendo inversión nacional e internacional. Barcelona, con una fuerte proyección internacional, destaca en sostenibilidad, ecommerce y biotech, concentrando capital, startups, aceleradoras o asociaciones como Tech Barcelona.
Pero lo verdaderamente interesante es cómo han emergido otros nodos interregionales con gran potencial. El País Vasco, con una fuerte base industrial, ha impulsado scaleups de tecnologías avanzadas como Multiverse.
Valencia se consolida como polo emprendedor con Startup Valencia, Lanzadera o la Marina de Empresas. Málaga, rebautizada como el “Silicon Valley del sur”, ha atraído a gigantes tecnológicos como Google, gracias a su apuesta por la ciberseguridad y el talento digital.
A este mapa hay que sumarle una red de eventos y encuentros profesionales que refuerzan la marca España como destino tecnológico. El Mobile World Congress y la Smart City Expo en Barcelona, el Valencia Digital Summit, B-Venture en Bilbao, el Digital Enterprise Show en Málaga o South Summit con edición en Madrid y en Bilbao son solo algunos ejemplos de cómo nuestro país se ha convertido en sede de referencia para la innovación internacional.
En la diversidad está la riqueza y, precisamente, esta distinción única de contar con un ecosistema compuesto por varios hubs digitales repartidos por todo el territorio español es una ventaja estratégica para posicionar a España como un hub digital de referencia en Europa. Esta variedad aporta especialización, mayor atracción de empresas y talento y, sobre todo, un efecto red de colaboración que hace de nuestro país un ecosistema único.
Objetivo pendiente
España ha demostrado que es posible construir un ecosistema tecnológico diverso, dinámico y competitivo. Sin embargo, si quiere posicionarse definitivamente como el hub digital de Europa necesita dar un paso más.
Fortalecer la colaboración entre regiones, compartir conocimiento, impulsar proyectos conjuntos y facilitar la movilidad de talento y empresas son pasos clave. Así lo desarrollamos en el Plan de Escalabilidad que presentamos para contribuir al liderazgo económico de España a través del ecosistema emprendedor e inversor.
En un mundo cada vez más competitivo, donde el capital humano y la innovación tecnológica esculpen el nuevo modelo productivo, no basta con tener buenas condiciones estructurales: hay que facilitar la movilidad, simplificar la burocracia y ofrecer seguridad jurídica. Las startups y scale-ups no solo buscan fondos, buscan marcos estables y entornos donde escalar con confianza.
España tiene una oportunidad histórica para ocupar ese rol. Pero hacerlo requiere visión, coordinación y ambición, tanto de entidades públicas como privadas. Se trata de construir un país donde puedan surgir y consolidarse los campeones tecnológicos del futuro, donde el talento encuentre su lugar, y donde las regiones colaboren para ser parte de un proyecto común: un ecosistema digital distribuido, robusto y orientado al impacto global.
***César Tello es director general de Adigital (Asociación Española de la Economía Digital).