
Raquel Jorge.
En un momento en que el acceso y control de tecnologías críticas se ha convertido en una prioridad geopolítica, la Comisión Europea elevó ayer la apuesta con la publicación de la Estrategia Cuántica Europea, con el objetivo de crear puentes en un ecosistema fragmentado, apoyar la escalabilidad y estimular la inversión privada.
Las empresas de alto crecimiento con base tecnológica, como las startups y las scaleups, pueden tener un papel facilitador a la hora de promover el desarrollo de estas tecnologías y su comercialización. También pueden tener un rol habilitador, ya que, a diferencia de la inteligencia artificial, donde sí hay líderes a la cabeza, hoy en día aún no hay ganadores claros en la carrera cuántica. Las tecnologías cuánticas -agrupadas en tres clústeres: sensórica, computación y comunicaciones- suponen una oportunidad de poner en la carrera a startups y scaleups que desarrollen sensórica de alta precisión, ordenadores cuánticos, sistemas de computación, redes de comunicaciones ultraseguras o la ampliación de la capacidad de computación para entrenar algoritmos.
Sin embargo, aunque no haya ganadores en la carrera cuántica, sí se dibujan alumnos aventajados, tanto en Europa como en España. La clave es identificar y liderar segmentos especializados de la cadena de valor que permitan mantener una ventaja comparativa diferencial.
Los retos de Europa para el desarrollo de un ecosistema cuántico competitivo
Sin embargo, existen varios retos. El principal es la escasa prioridad que se ha dado a la creación de empresas especializadas o a la puesta en marcha de mecanismos ágiles de inversión pública y privada en empresas existentes con capacidad de promover soluciones o productos basados en cuántica. Serían necesarios instrumentos como tickets de inversión flexibles, ventanillas únicas de capital, mecanismos de coinversión entre empresas públicas y agentes privados como los fondos de capital riesgo, joint ventures, o la inyección de capital en empresas ya consolidadas. La Unión Europea ha sido históricamente fuerte en investigación básica, y en lo cuántico no ha sido la excepción. Desde 2019, la Quantum Flagship ha invertido más de mil millones de euros en desarrollar capacidades científicas y tecnológicas en este campo, pero se ha visto una limitada transición efectiva de la investigación básica a la comercialización.
La fragmentación del mercado único en tecnologías cuánticas es otro gran reto. Más de la mitad de los Estados miembros han lanzado sus propios programas y siete ya han publicado estrategias nacionales, siendo los más recientes en sumarse España y Finlandia en abril de 2025. El impulso de iniciativas desde los Estados miembros es una noticia positiva, pero necesita complementarse y ser interoperable con la nueva Estrategia Cuántica Europea para garantizar que no existan duplicidades en la inversión, posibles estándares incompatibles entre países o una competencia interna entre los países por talento y recursos. Las startups europeas no solo compiten con Silicon Valley o Shenzhen: también lo hacen con sus vecinos inmediatos, debido a la escasez de talento, la existencia de comunidades tecnológicas segmentadas, la falta de programas especializados y la limitada inversión privada.
La nueva Estrategia Cuántica Europea sitúa dos prioridades en el centro, que son, no causalmente el eje vertebral de estas empresas: escalabilidad y colaboración paneuropea. Para ello, la Estrategia propone consolidar la inversión en I+D y establecer un marco de financiación para scaleups cuánticas, en el marco del próximo Marco Financiero Plurianual (MFF).
A ello se suma la propuesta del Scale-Up Europe Fund, anunciado el 28 de mayo en la Estrategia Europea de Startups y Scaleups. El objetivo es claro: que las startups y scaleups europeas del ámbito cuántico no se queden atrapadas en el "valle de la muerte" entre la investigación académica y la comercialización. Y que puedan escalar sus soluciones desde dentro del territorio europeo, creando cadenas de valor europeas competitivas, resilientes a shocks externos en materia de seguridad económica y de cadenas de suministro, y que se conviertan en líderes a nivel internacional.
El papel de España en el impulso de un tejido de startups y scaleups cuánticas
España ha tomado posiciones en el desarrollo de una Estrategia de Tecnologías Cuánticas 2025-2030 a nivel nacional. Con una inversión inicial de 808 millones de euros, la Estrategia identifica la necesidad de invertir intensivamente en sensórica cuántica, un área donde podemos marcar el diferencial. Primero, por la falta de un líder claro en el mercado. Segundo, porque existen centros tecnológicos y empresas españolas que están empezando a distinguirse a través de la sensórica, que además requiere trabajar con una base de actores diversa, evitando la dominancia en un solo actor.
En España contamos con una diversidad de startups y scaleups cuánticas, como Multiverse Computing o Qilimanjaro. También de centros tecnológicos de donde surgen spin-offs, como el impulso de Tecnalia. La huella española no trata de tener grandes empresas, sino un tejido empresarial de alto crecimiento y con un elevado nivel de especialización en un nicho de mercado dentro de la cadena cuántica.
Precisamente, el anuncio de una inversión de 59,2 millones de euros en Multiverse Computing por parte de la Sociedad Estatal de Transformación Tecnológica (SETT), la empresa pública que funciona como brazo inversor del Ministerio de Transformación Digital, alude a la necesidad de contar con agentes coinversores activos, tanto del sector público como del sector privado: el primero dando garantías jurídicas de “capital paciente” con menor aversión al riesgo y una interacción con la Administración Pública que ayuda a la empresa a especializarse con agilidad; el segundo, el sector privado, aportando mayor capacidad para traccionar capital riesgo, private equity, pension funds o family offices, para superar la fase semilla (seed) y elevar capital privado en fases A y B de una manera ambiciosa.
De igual forma, más allá de la inversión, desde el ecosistema empresarial, se han puesto en marcha esfuerzos relevantes como los que viene desarrollando Adigital a través de EsTech, con propuestas orientadas a la promoción de startups y scaleups con base tecnológica de distintos sectores. Un ejemplo de ello es el Plan Nacional de Escalabilidad, promovido en colaboración con ICEX (Ministerio de Economía) y Bolsas y Mercados de España (BME), que busca fomentar el nexo entre seguridad, economía y tecnología y fortalecer la agenda económica y digital española en la Unión Europea con nuestra oficina en Bruselas.
No es solamente una cuestión de capitalizar la relación entre sector público y privado. Es asumir que el desarrollo de tecnologías críticas es una gestión compartida de riesgos. La Estrategia de Seguridad Económica de la UE, que sigue en marcha desde junio de 2023 -hace más de dos años-, identifica una lista de tecnologías críticas, la IA, los semiconductores, las tecnologías cuánticas y las biotecnologías, como verticales tecnológicas cuya disponibilidad es necesaria y urgente para garantizar nuestra seguridad europea -y, por ende, española- así como la resiliencia de nuestra economía y la sostenibilidad de nuestros servicios de bienestar.
*** Raquel Jorge, directora de Asuntos Europeos y de la Oficina de Bruselas de Adigital.