Vanesa Díaz, CEO de LuxQuanta.

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Opinión la tribuna

Seguridad cuántica para infraestructuras críticas

Vanesa Díaz
Publicada

El gran apagón que sacudió a España esta primavera fue mucho más que un suceso puntual o una anécdota que recordar con cierta inquietud. Durante horas, el país quedó paralizado, dejando sin conexión y sin servicios básicos a millones de personas. Este incidente nos mostró hasta qué punto las infraestructuras críticas son vulnerables, y la facilidad con la que nuestra normalidad puede apagarse.

Más allá de su origen, lo ocurrido pone sobre la mesa una realidad ineludible: los servicios esenciales como la red eléctrica, las telecomunicaciones, el sistema sanitario o el transporte, deben contar con un nivel de protección robusto para poder hacer frente a amenazas cada vez más sofisticadas. Porque lo más preocupante no son únicamente la magnitud del fallo y las consecuencias económicas y sociales que ha ocasionado.

Sea o no este caso concreto un ciberataque, lo cierto es que este tipo de incidentes pueden producirse en cualquier momento, y subrayan la necesidad de que gobiernos, empresas e instituciones se anticipen a los ataques cuánticos para garantizar la seguridad de sus datos más sensibles y preservar la estabilidad de las infraestructuras críticas.

Y es aquí donde la irrupción de los ordenadores cuánticos plantea un marco hasta ahora desconocido. Su capacidad para procesar información a una escala sin precedentes podría inutilizar muchos de los sistemas de cifrado actuales. Uno de los ataques más preocupantes a día de hoy no es un escenario futurista, sino una amenaza real.

Es el conocido como Harvest now, Decrypt later (recoger ahora, descifrar después), donde actores maliciosos interceptan comunicaciones cifradas protegidas con algoritmos que a día de hoy se consideran seguros, para descifrarlos cuando la computación cuántica lo permita. Esta vulnerabilidad hace necesario actuar hoy sobre las infraestructuras y comunicaciones que estarán en funcionamiento dentro de 5, 10 o 20 años.

Entonces, ¿cómo prepararse ante esta nueva generación de amenazas? Una de las soluciones más eficaces es la Distribución de Claves Cuánticas de Variables Continuas (CV-QKD). Esta tecnología, que se sirve de las leyes de la física cuántica para generar y distribuir claves criptográficas, utiliza los principios de la mecánica cuántica y proporciona a las redes de comunicación un nivel de seguridad sin precedentes.

Con capacidad para integrarse de forma sencilla en las infraestructuras de telecomunicaciones existentes, garantiza que cualquier intento de un intruso por acceder a la información del canal cuántico, dejará un rastro que podrá ser detectado por el receptor. Una vez esto ocurra, la comunicación queda interrumpida.

Pero para que esta y otras tecnologías sean realmente efectivas, es necesario que vayan acompañadas de una estrategia de seguridad global y coordinada. Una hoja de ruta común que facilite su adopción, garantice la interoperabilidad entre países y refuerce la seguridad tanto de las instituciones como de los ciudadanos.

Europa, por ejemplo, ha puesto en marcha iniciativas como QUARTER, un consorcio formado por empresas del sector cuyo principal objetivo es aumentar la madurez de la Distribución de Claves Cuánticas, y definir un plan de industrialización y certificación para garantizar su implementación.

La ciberresiliencia no se puede improvisar, y reaccionar a posteriori no es una opción. Es prioritario contar con una capa de protección lo suficientemente sólida para resistir a los ataques, incluidos los que aún no han sucedido. La computación cuántica está todavía en desarrollo, pero el riesgo que plantea es real, y convierte la anticipación en una necesidad estratégica.

***Vanesa Díaz es CEO de LuxQuanta.