Juan Luis Hortelano, presidente de Startup Valencia.
La Ley de Startups española da un paso más con la creación del Foro Nacional de Empresas Emergentes. Un hecho que, en principio, debería ser una buena noticia para todo el ecosistema emprendedor del país. La existencia de un espacio institucional que sirva de bisagra entre el ámbito público y el sector innovador era una asignatura pendiente que ya reclamamos en su día las entidades privadas que trabajamos en la Ley de Startups. Sin embargo, la forma en que se ha constituido este foro genera, como mínimo, perplejidad.
No vamos a entrar a debatir la agilidad con la que se ha creado este espacio. Estamos ya más que acostumbrados a la lentitud de nuestra Administración y no tiene sentido insistir en lo evidente. Lo cierto es que el foro llega con dos años y medio de retraso.
Lo más paradójico es que el llamado Foro de Empresas Emergentes ha nacido sin la participación directa de las propias empresas emergentes. Es decir, sin aquellas startups que están construyendo el futuro económico del país, generando empleo de calidad, desarrollando tecnología y posicionando a España en los mapas internacionales de la innovación.
En su configuración actual predominan representantes institucionales, académicos y grandes corporaciones. Todos ellos actores relevantes, sin duda. Pero ¿dónde quedan los verdaderos protagonistas del fenómeno que se pretende regular y fomentar?
Esta exclusión no es una cuestión de "salir en la foto". Las startups quedan sin voz en el foro que, en teoría, debe trabajar por mejorar el ecosistema de emprendimiento tecnológico e innovador. Y si analizamos más a fondo, podemos afirmar que su ausencia compromete la legitimidad del órgano y su capacidad real para representar los intereses, retos y oportunidades de quienes emprenden desde la trinchera.
¿Cómo se van a identificar correctamente los cuellos de botella normativos, fiscales o regulatorios si no se escucha a quienes los sufren cada día?
Desde Startup Valencia, organización sin ánimo de lucro y asociación referente en nuestro país con ocho años de vida y más de 350 startups asociadas, creemos firmemente en la colaboración público-privada. Es uno de los pilares y una de las claves para atraer talento e inversión internacional, fomentar el emprendimiento y consolidar una economía innovadora.
Hemos trabajado –y seguiremos haciéndolo– para construir puentes y avanzar juntos. Pero construir puentes implica dialogar con todos los actores, y especialmente con quienes están en el centro de la cuestión. Las startups deben estar presentes en este foro no como invitadas puntuales a grupos de trabajo, sino como miembros de pleno derecho.
Creemos profundamente en la utilidad de estos espacios porque fortalecen la participación de la sociedad civil en las políticas públicas. Y porque, cuando están bien diseñados, hacen más eficiente la colaboración entre lo público y lo privado. Además, contribuyen a que las políticas sean más eficaces, más legítimas y más duraderas.
Este foro debe contar con una representación real y equilibrada del ámbito privado del ecosistema innovador, y establecer criterios imparciales y transparentes para su incorporación.
España tiene una oportunidad única para consolidar un marco estable y ambicioso que impulse su economía innovadora. Aprovechémosla con sentido común, apertura y visión de futuro. Contar con todas las partes será el primer paso para dotar de verdadera utilidad y legitimidad a este foro.
Las startups estamos aquí. Y estamos listas para seguir sumando.
***Juan Luis Hortelano es presidente de Startup Valencia.