Jorge Vázquez, CEO de Redegal.
"Alexa, ¿Qué tiempo hace?","Alexa, reproduce las noticias de las 8". Usamos a Alexa y sus compañeros para las acciones más sencillas, desde encender una luz hasta bajar una persiana, incluso para organizar el trayecto al trabajo. ¿Por qué limitamos la tecnología a una mera auxiliar? ¿Puede ser Alexa el motor empresarial de aquellos que aún no se han digitalizado?
Cuando hablamos de inteligencia artificial, nuestro imaginario colectivo asocia nuestras ideas con Alexa o ChatGPT, y los reduce a asistentes de tareas, pero la realidad es que son mucho más.
La inteligencia artificial se ha convertido en un vaso inagotable de conocimiento, un solucionador de problemas que las empresas deben aprender a utilizar para impulsar su estrategia empresarial.
Sin embargo, para llegar a este punto, la digitalización de las compañías es esencial y también una tarea pendiente en España. De acuerdo con la 3ª edición del Think Digital Report impulsado por Inesdi Business Techschool, el 66% de las empresas españolas iniciará su digitalización este 2024, lo que reduce a un mero 34%, las empresas españolas que se pueden considerar digitalizadas.
Adaptarnos a un ecosistema digitalizado es la premisa principal para poder automatizar y delegar en la inteligencia artificial tareas que favorezcan el crecimiento estratégico de las empresas. Para ello debemos cambiar el paradigma, ver la digitalización como un impulsor empresarial, no como una barrera que sortear para entrar en el mercado competitivo.
La desconfianza, tanto en el ecosistema digital como en las herramientas de inteligencia artificial, es un sentimiento que recorre el esqueleto empresarial español.
En cifras y según el informe El manual de los directores financieros para 2024, sólo el 27% de las empresas españolas confía en introducir la inteligencia artificial en finanzas y apenas el 29% cree que la IA podría contribuir a que el director financiero y su equipo dediquen menos tiempo a tareas administrativas, siendo las pymes las empresas más escépticas con el uso de la IA en su negocio.
Estos datos nos llevan a la conclusión de que necesitamos regenerar nuestro ecosistema, digitalizarlo e innovar en nuestras estrategias.
En el ámbito de la atención al cliente, la inteligencia artificial ha demostrado ser un aliado perfecto, una dupla personalizada para los asistentes, proporcionándoles formación, información y cualquier otra asistencia en tiempo real.
De esta forma, la atención al cliente se ha visto mejorada, impulsado así la reputación de las compañías, la retención de usuarios satisfechos con el servicio y contribuyendo por ende a la estrategia de crecimiento de las compañías.
En todo este proceso de implantación de herramientas de IA como ChatGPT, la protección de los datos más sensibles es decisiva para que las empresas apuesten por su incorporación al negocio, especialmente en el caso de las pymes.
Es aquí donde los organismos públicos y las empresas deben impulsar la creación de sinergias, acuerdos que protejan y a la vez permitan a la innovación abrirse paso en el ecosistema digital.
De esta premisa nace la ley de Inteligencia Artificial Europea, que blinda a las pymes y a las empresas emergentes para realizar pruebas en condiciones reales a nivel nacional, de manera que lleven a cabo un entrenamiento de la IA antes de su puesta en marcha de manera comercial.
Si la aplicación de la inteligencia artificial en las empresas fuera el resultado de una ecuación, el miedo por lo desconocido sería la variante decisiva para dar el paso. Cambiando ese miedo por la búsqueda de innovación constante, Alexa, ChatGPT o cualquier otra herramienta de IA que se desarrolle en el futuro será el factor diferenciador capaz de impulsar el crecimiento y llevar a las empresas españolas al siguiente nivel.
***Jorge Vázquez es CEO de Redegal.