Los representantes de Mediolanum, BBVA, Sabadell, Orizon y Abanca durante la visita a la isla de Tabarca.

Los representantes de Mediolanum, BBVA, Sabadell, Orizon y Abanca durante la visita a la isla de Tabarca. Julio Miravalls

Tecnológicas

Tecnología para gestionar millones de instrucciones por segundo: la banca busca optimizar su rendimiento

BBVA y Sabadell coinciden en una jornada en la que se subraya la dependencia bancaria del 'mainframe', "que ha cumplido ya 60 años". 

24 mayo, 2024 02:09
Tabarca (Alicante)

Cuatro de los pocos bancos que van quedando en España, representados por cinco de sus grandes expertos en gestionar la actividad digital, los dos máximos directivos de una compañía consagrada a optimizar el rendimiento de esas actividades, una decena de periodistas y una isla mínima en el Mediterráneo.

Esa es la combinación resultante de una convocatoria en la isla alicantina de Tabarca formulada por Orizon, cuyo punto de confluencia es examinar cómo evoluciona el pulso real de las industrias que laten en ceros y unos. A Agatha Christie tal vez le habría dado para escribir una intriga. O no.

[Orizon quiere optimizar el rendimiento tecnológico de las grandes energéticas]

Aparte del morbo de ver juntos en estos días a BBVA y Sabadell (encarnados por Ernesto Taubman, Head of Special Projects del primero, y Joan Barrionuevo, IT for IT Projects manager del segundo), no hay mayor argumento de suspense.

Todos conversan libremente entre sí sobre sus experiencias y cuestiones técnicas, sin otra reserva que lo que pudieran ser cifras no públicas de negocio, le aseguran diversas voces a DISRUPTORES - EL ESPAÑOL. 

Y ninguno de los dos responsables tan especialmente observados en la reunión comenta sobre el gran asunto de estrategia empresarial entre BBVA y Sabadell. Hablan de lo suyo, que son aplicaciones, flujos de datos, MIPS (millones de instrucciones por segundo), y de embridar las facturaciones "de IBM" por el uso de los mainframes.

Aplicaciones e infraestructuras

Porque la industria bancaria sigue amarrada al mainframe. "Que acaba de cumplir 60 años", advierte Taubman. Y Ángel Pineda, CEO de la parte convocante, apostilla que "nadie está velando por controlar el rendimiento de las aplicaciones y las infraestructuras", para sentar que esa es, precisamente, su misión.

"Rendimiento" es la palabra clave para Orizon, cuya idea, al repetir la cita de hace un año en el mismo idílico lugar, era traer a colación las experiencias y opiniones de algunos de sus clientes. También trabaja con organizaciones de los sectores de utilities y telecomunicaciones, pero todos los asistentes fueron bancos.

Además de los dos ya citados, concurrieron Banco Mediolanum (Miquel Gea Baró, responsable de Arquitectura y Calidad) y Abanca (Rebeca Cores, directora de Infraestructura y Operaciones y José Antonio Fernández, director de Transformación IT).

La propuesta de Orizon, expuesta por Pineda, es dar ya por completada la renovación de su plataforma BOA y que la versión dos esté a pleno funcionamiento "a finales de año". Un conjunto de herramientas nuevas que hacen lo mismo que la antigua, pero mucho mejor. Estará disponible con todo en septiembre.

[Las tres ‘startups’ que BBVA ha elegido para seguir dando impulso a su digitalización]

"La ingesta de la información ya no depende del origen, lo tenemos independizado. Antes, tantos clientes teníamos y casi tantas herramientas", añade Pineda, calmando la duda que le plantean de inmediato: "¿Tendremos que cambiar el formato de los ficheros que os enviamos?". "No, nada, nada… Ahora tenemos un súper datalake, donde el dato y el origen ya están independizados. Todos los algoritmos tiran del dato que toca". 

Orizon se dedica a rastrear, identificar y resolver problemas y defectos del software de las grandes empresas, analizando las aplicaciones en uso, la actividad de comunicaciones y los procesos, a través de los ficheros logs que generan. Su propósito es optimizar las tareas y rebajar costes. Estima que ha reducido, en promedio, hasta un 40% los costes y un 25% los tiempos de respuesta de los sistemas.

Equipo de desarrollo partido por dos

Para sostener la marcha, "tenemos un equipo de producción", aclara el director general de Orizon, José Manuel Desco. Y para continuar la evolución, "un equipo de desarrollo que se parte en dos. Uno se dedica a la nueva herramienta, que está alineada con las nuevas tendencias; y el otro, al mantenimiento de la anterior".

Desco aprovecha para ofrecer unas píldoras sobre su compañía, que el pasado año invirtió otros 900.000 euros en desarrollo (acumula 3,5 millones en tres años). Pero estima que este año la cifra será bastante menor, porque "la herramienta está básicamente terminada": 

Espera hacer un buen ejercicio 2024. En el primer trimestre ya supera 2023: "Estamos logrando despertar el interés de los grandes fabricantes. Ya nos creen". 

"Hemos pasado del desprecio a la visibilidad", apostilla Pineda, quien informa que está en marcha "dos pilotos" con BOA 2.

Y, a todo esto, ¿qué dicen los clientes invitados a hablar?

Contando MIPS

Barrionuevo subraya que el Sabadell, un banco "fundado en 1891", lleva cinco años desde su primer contacto con Orizon, cuando el modelo de facturación SRCT, al que tenía que hacer frente, se basaba en "las cuatro horas de pico de consumo batch" de cada mes. O sea, las cuatro horas más intensas del mes.

En aquel momento alcanzaba 23.000 MIPS por mensualidad. Ahora, con las "optimizaciones técnicas" oscila entre 15.000 y 16.000. Ha logrado "rebajar la factura un 50%", pese al continuo incremento de actividad.

El modelo de facturación, por cierto, cambió en el presente año, basándose ahora en el consumo acumulado de transacciones en todo el mes, lo que también reduce coste. Pero entiende que "hay que optimizar, porque si no te verás obligado a pagar más, y llevar consultas del mainframe a sistemas abiertos, para ahorrar MIPS", asevera Barrionuevo.

Además, la analítica de Orizon "permite detectar incrementos repentinos o sostenidos del tiempo de respuesta y consumo tras la puesta en producción de nuevo software, de forma que podemos reaccionar rápidamente. Esto lo hemos extendido a entornos no productivos, lo que posibilita la detección antes de la afectación a oficinas y clientes". 

[La banca inteligente: cuando el mundo financiero confluye con el auge de la IA]

Taubman, del BBVA (intervinieron en ese orden), con consideraciones parecidas, añade otro aspecto. Debido "al inmenso crecimiento de las transacciones, muy por encima de las previsiones, la optimización del rendimiento es algo crítico, no sólo por los costes, sino también por un problema técnico".

Explica Taubman que, si no se consigue la suficiente rapidez en el trasiego de datos, "se hace cola, se llena la memoria y se cae el sistema. A la máquina puede sobrarle capacidad, pero si los datos no le entran… El rendimiento es fundamental".

Añade el jefe de proyectos especiales del BBVA que cuenta con los servicios de Orizon, (que utiliza inteligencia artificial clásica; por ahora, no IA generativa) para analizar aplicaciones y consumo, y con Kyndryl, para asuntos técnicos. Una de sus preocupaciones es que "las entregas de contabilidad tienen plazo" riguroso. Así que ganar un par de horas en el proceso es muy importante.

Procesadores y licencias

"Los picos sostenidos no importan, pero la máquina necesita tener capacidad máxima para el pico más alto", dice Taubman. Lo malo es que "la compra de capacidad no es sólo añadir procesadores, son también todas las licencias asociadas y hay que contener esos costes". 

Una receta que aplica es "utilizar procesadores ZIP, que no computan en la factura".  Pero "IBM no permite derivar todo tipo de carga" hacia esos procesadores.

Para los dos expertos de Abanca, Rebeca Cores y José Antonio Fernández, que exponen coordinadamente al alimón, casi como si fuera una ensayada coreografía, la primera referencia es que el suyo es un banco muy joven, "tiene 10 años". Aunque procede de un tronco mucho más viejo, el banco Etcheverría, fundado en 1717. El más antiguo de España.

Formalmente, ese banco desapareció en 2014, al fusionarse con NCG Banco, dando lugar a la nueva entidad que, mediante adquisiciones al ritmo de una por año, ha crecido rápidamente y se ha expandido por Portugal, Estados Unidos, Suiza y México. Pero cuando compran un banco no añaden su plataforma tecnológica al conglomerado, sino que lo incorporan a la propia.

Su dilema es, entonces, que la necesidad de capacidad informática también crece y le obliga a aumentar las inversiones. Por eso, Abanca acaba de contratar a Orizon. Con la compra, el pasado noviembre, del portugués EuroBic se verían en la "necesidad comprar dos procesadores más" para atenderlo, según previsiones.

Pero, "si optimizamos vamos a evitar comprar procesadores", plantea Cores. Aunque, no obstante, cree que en realidad se arreglarían con sólo un procesador más. "Si nos dejamos llevar, IBM se hace de oro", añade en un susurro Fernández.

De modo que su experiencia con Orizon será, a la vuelta de un año, verificar si cumplen el objetivo de no tener que añadir ese hardware. "Es un contrato a éxito. Cobrarán si hacemos la integración con un procesador menos", redondea Fernández.

La banca móvil

El caso de Mediolanum es diferente. Miquel Gea Baró detalla que su entidad, originada en 2001 a partir de Fibank, "no tiene mainframe, sino una red de agentes". 

Su eficiencia pende de la respuesta instantánea de la banca móvil, "todo el mundo tiene el banco en su mano". Su problema no es el volumen de MIPS consumido. Es que "nadie acepta esperar para hacer una consulta o una operación a través de la aplicación de su banco y, menos aún, la inoperatividad del servicio". 

"Nuestro problema es el rendimiento. Las noches se nos hacen cortas", asevera Gea Baró. Necesitan una "optimización del front-end". Por esta razón han establecido, desde 2019, una "oficina técnica de rendimiento, con Orizon, con el plan de renovar la aplicación en el periodo 2025/2026".

Sobre la nueva problemática generada por la irrupción del móvil en la operativa bancaria, Taubman rememora que "cuando empieza [en BBVA] estábamos más a atenderlo a que los costes… y se multiplican por cinco, para la funcionalidad y el rendimiento. Hay que evitar los costes adicionales". 

[Se acabó la fiesta 'cloud', 2023 es el año de la eficiencia]

Otra mochila tecnológica que cargan los bancos, a medida que pasan los años, opina Taubman, es que "lo más difícil es retirar procesos" obsoletos, que se están ejecutando de manera habitual, aunque ya nadie tenga claro si sirven para algo o tienen alguna incidencia en el funcionamiento del banco. Si lo tienen, claro, en el funcionamiento de las máquinas.

Orizon se apunta, claro, a la tarea de identificarlos y ayudar a retirar todo lo que está recargando procesos, penalizando la infraestructura y engordando la factura de operación.

Ah, y volviendo al principio, lo más que se puede comentar del informativamente morboso encuentro BBVA-Sabadell es una amistosa despedida cazada al vuelo por este periodista en el puerto de Santa Pola: "Bueno, ya nos veremos una semana de estas".