Imagen de una de las plantas de Frit Ravich.

Imagen de una de las plantas de Frit Ravich.

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Frit Ravich: una digitalización con alma para transformar una empresa familiar en un caladero de talento con IA

La compañía es la única española en formar parte del programa de aceleración Nitro, con el que accede a capacidades de IA de SAP de forma anticipada.

Más información: Christian Klein (SAP): "Las empresas se entusiasman con la inteligencia artificial, pero debe tener un impacto real"

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Frit Ravich es una compañía familiar nacida en 1963 en la cocina de una casa de pueblo de Girona que, desde entonces, ha convertido su legado de ayuda mutua y cercanía en una hoja de ruta tecnológica que hoy la sitúa entre las empresas más avanzadas de Europa en gestión del talento.

La empresa, con 1.300 empleados, atiende a más de 50.000 puntos de venta en España y exporta a 25 países, lleva años inmersa en una profunda transformación para duplicar su facturación, desde los 332 actuales hasta los 600 millones de euros para finales de la década. Pero lo relevante no está sólo en los grandes números, sino en cómo pretenden conseguirlos: sin perder la esencia de una cultura tan pegada a las personas que casi cuesta creer que conviva con el despliegue agresivo de tecnologías como inteligencia artificial, automatización o un ERP de primer orden.

Tanto es así que su historia arranca en una cocina y con una promesa casi íntima: ayudar a un amigo postrado en una cama desde hacía 18 años a ganarse la vida. Ese gesto -freír patatas en una sartén doméstica- explica mejor que cualquier presentación corporativa lo que ha ocurrido en esta compañía seis décadas después.

“No partimos de un plan estratégico sofisticado; partimos de ayudar, allá por 1963, a una persona a sentirse realizada”, recuerda su directora de Personas y Cultura, Maria Saló. Ella está al frente de una misión titánica: consolidar ese crecimiento -con el aumento de trabajadores que conlleva- sin que se pierda la magia y el carácter distintivo de Frit Ravich.

2030 es el horizonte que se ha fijado la empresa catalana y el proceso comenzó desde el interior de la propia enseña. En 2016 lanzó su proyecto Butterfly, una hoja de ruta que no buscaba “cambiar a la gente”, sino “ayudar a las personas a transformarse”. La metáfora no es casual: el gusano que se convierte en mariposa. Frit Ravich no busca la destrucción, sino una digna evolución.

La compañía convocó a más de 250 empleados en varias “cumbres del cambio” para diseñar la cultura del futuro de manera participativa. El ejercicio cristalizó en dos familias de valores, aquellos de esencia (proximidad, orientación al cliente y superación) y cambio (autonomía, transversalidad y simplicidad).

Maria Saló, directora de Personas y Cultura, y  Rebeca Montilla, Talent Manager de Frit Ravich.

Maria Saló, directora de Personas y Cultura, y Rebeca Montilla, Talent Manager de Frit Ravich.

Una vez hecho el diagnóstico, tocó ponerse manos a la obra. La empresa rediseñó cada proceso de recursos humanos para que respirara esas ideas. La evaluación de rendimiento dejó de tener notas; la movilidad interna se abrió y se democratizó; los managers dejaron de ser guardianes exclusivos de oportunidades.

No puedes pedir autonomía y luego condicionar todo a una puntuación”, resume Saló.

Un Ferrari tecnológico para un proyecto cultural

Aunque el proyecto Butterfly marcó un antes y un después, la digitalización en Frit Ravich no empezó ahí. La compañía ya había apostado por SAP en 2005 para su ERP central, una decisión poco habitual en una empresa familiar de su tamaño. Ese ADN de early adopter fue el que años después permitió dar el salto a una nueva generación de soluciones digitales con naturalidad y ambición.

Cuando llegó el momento de digitalizar, la decisión fue contraintuitiva en un contexto industrial: invertir la mayoría del presupuesto en personas. Así es como el 65% del presupuesto de transformación del primer año se destinó al área de personas y, dentro de ello, a implantar SAP SuccessFactors a la particular manera de Frit Ravich.

No queríamos adaptar nuestra cultura para encajar en un estándar tecnológico o de recursos humanos; queríamos que la herramienta se adaptara a nuestra forma de ser, a nuestra forma de acompañar a las personas”, explica Saló. El equipo rechazó funcionalidades que reforzaban modelos tradicionales de decisión jerárquica y personalizó la plataforma para soportar un modelo más horizontal.

El despliegue abarcó toda la suite de SuccessFactors: reclutamiento, onboarding, formación, rendimiento, compensación y desarrollo. La compañía está ahora culminando la migración de la nómina a SAP para completar el ciclo de extremo a extremo. Esa coherencia tecnológica ha permitido que cualquier empleado -desde la oficina central a un comercial en ruta o un operario de planta- tenga acceso al mismo entorno digital de desarrollo profesional.

El resultado fue una plataforma a medida que ofrece métricas de impresión: el 96% de la plantilla usa la app móvil a diario, y más del 50% de las vacantes se cubren hoy internamente. Todo un cambio radical para una organización industrial donde muchas promociones históricamente dependían de incorporaciones externas o de los tradicionales círculos de confianza.

Uno de los equipos de trabajo de Frit Ravich.

Uno de los equipos de trabajo de Frit Ravich.

El despliegue cultural y tecnológico se acompañó de un nuevo modelo de gobernanza denominado Frit Way, basado en OKR, equipos autoorganizados y liderazgo distribuido.

Traducido a lenguaje cotidiano, este esquema supone que los líderes pueden elegir libremente quién participa en cada objetivo, y cualquier empleado puede asistir a las reuniones donde se revisan los avances estratégicos. Más de 170 personas han participado activamente en este modelo, diseñado para romper silos y acelerar capacidades transversales.

La ambición va más allá: construir una organización basada en habilidades (skills-based). Para eso, la empresa está trabajando con el Talent Intelligence Hub de SAP, que conecta perfiles, puestos, formaciones y aspiraciones profesionales. El objetivo es que cada empleado pueda visualizar qué habilidades tiene, cuáles necesita y qué pasos puede seguir para optar a nuevos roles, dentro o fuera de su área actual.

“Gran parte del éxito ha sido que no queríamos dejar a nadie atrás”, explica Rebeca Montilla, Talent Manager. “Cada herramienta que ponemos en marcha tiene que ser para toda la casa, desde el primer día. Y los managers ya vienen de forma natural a preguntarnos cómo conectar sus proyectos con la plataforma, lo que demuestra que esto no es una herramienta de RRHH, es la herramienta de todos”.

Jugando la Champions de la innovación

Ese enfoque tan extraordinario no ha pasado desapercibido a escala internacional. SAP seleccionó a Frit Ravich como la única empresa española entre las siete seleccionadas en todo el mundo para Nitro, su programa global para desarrollar la próxima generación de herramientas y experiencias de talento.

Pensamos que era una broma cuando nos llamaron desde Estados Unidos”, confiesa Saló.“En ocasiones somos literalmente los primeros en pulsar un botón”.

El acceso a versiones prematuras, desarrolladores y casos pioneros está permitiendo a la empresa probar funcionalidades que llegarán al mercado en los próximos años, desde inteligencia para la gestión de habilidades hasta experiencias personalizadas de desarrollo profesional.

Por lo pronto, la compañía está integrando Joule, el asistente conversacional de SAP, empezando por el área laboral. El enfoque es prudente y pedagógico: antes de lanzarlo a toda la plantilla, se formó una red de 35 “guías digitales” voluntarios para acompañar a los compañeros y evitar que la tecnología generara rechazo o ansiedad. Se ensayan, aclaran, casos de uso realistas (preguntas laborales, solicitudes, procesos transaccionales sencillos, apoyo en selección) con una filosofía nítida: esto no es plug-and-play.

En paralelo, en el área de reclutamiento ya funciona un sistema de sugerencias de preguntas para entrevistas y matching entre habilidades declaradas y necesidades de los puestos, liberando tiempo para la parte humana del proceso.

La IA también está empezando a automatizar consultas laborales y a guiar trámites administrativos, liberando tiempo para conversaciones más estratégicas y de acompañamiento.

Mientras que muchos hablamos de tecnología antes que de cultura, Frit Ravich ha optado por el camino contrario: preparar a las personas para la transformación antes de transformar la tecnología. O, como sintetiza su equipo, “no se trata de que las herramientas hagan el trabajo por nosotros, sino de que nos ayuden a ser la mejor versión de lo que ya somos”.