Mapa proporcionado por Libelium donde aparecen en rojo las islas de calor en un entorno urbano.

Mapa proporcionado por Libelium donde aparecen en rojo las islas de calor en un entorno urbano.

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Cómo enfriar las ciudades en plena ola de calor y prepararlas para un verano extremo

Medir la temperatura urbana con sensores y satélites permite saber dónde actuar y cómo crear espacios más frescos y habitables. 

Más información: Los investigadores españoles que crean "refugios climáticos" en las ciudades para hacer frente al calentamiento global

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En un verano que no ha hecho más que empezar a este lado del Globo, se han batido muchos de los récords registrados hasta la fecha. En España, ya se puede decir que el mes de junio de 2025 ha sido el más caluroso de la historia, según los datos preliminares de la Aemet. 

Las temperaturas máximas están superando los 40°C en muchas zonas del país, y en ciudades como Barcelona, Huelva o Murcia se alcanzaron cifras inéditas para esta época del año. En ese mismo periodo, del 1 al 21 de junio, el sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo) ya ha contabilizado 94 muertes atribuidas a las altas temperaturas. (Este sistema es la referencia que emplea el Insituto de Salud Carlos III para diseñar los Planes de Calor). 

Durante estos días cualquiera que camine por una calle estrecha, rodeada de edificios y sin sombra, puede notar cómo el asfalto desprende un intenso y sofocante calor acumulado en las últimas semanas.

Este fenómeno, conocido como isla de calor urbana, convierte determinadas zonas de la ciudad en auténticos ‘cocederos’, donde la temperatura puede ser entre 4 y 7 °C más alta que en áreas verdes o rurales cercanas. Y no es una sensación subjetiva. 

Su origen está en varios factores, entre ellos el uso de materiales como el hormigón o el asfalto, que absorben más radiación solar; escasez de vegetación; calles estrechas sin ventilación; o una alta concentración de edificaciones que atrapan el calor. 

Refugios climáticos

Este microclima urbano tiene sus consecuencias sobre el bolsillo, debido al incremento del consumo energético; medioambientales, al empeorar la calidad del aire; y, sobre todo, riesgos para la salud, con un aumento de las enfermedades respiratorias

La solución no es solo refugiarse al amparo de un ventilador o del aire acondicionado. Cada vez está más claro que hay que rediseñar los espacios urbanos con criterios climáticos, y para ello es fundamental contar con una herramienta que parece tener la clave a muchos de los retos a los que se enfrenta la sociedad actual: los datos. 

Queremos que los datos se traduzcan en decisiones, como dónde plantar más árboles, qué materiales usar en para la construcción de edificios o diseñar las calzadas, qué zonas repensar o peatonalizar”, resume África Arévalo, responsable en Libelium del proyecto BeatTheHeat (Vencer al calor).

Esta iniciativa europea, que lidera esta empresa aragonesa, trata de poner remedio a estas islas urbanas ya existentes y evitar la aparición de otras nuevas. El objetivo es más que evidente, pero no sencillo de llevar a cabo: combatir el calor urbano con tecnología, colaboración pública. “No se trata solo de digitalizar, sino de transformar la forma en que las ciudades entienden y gestionan su entorno”, apunta Arévalo en entrevista con DISRUPTORES - EL ESPAÑOL

Espacios compartidos

Para lograrlo hacen uso de datos que muchas ciudades ya obtienen mediante sensores ambientales, estaciones meteorológicas, cámaras y satélites para monitorizar sus condiciones.“Muchas ciudades tienen muchos datos que no están utilizando. Una de las premisas del proyecto es darles valor y convertirlos en conocimiento útil para la toma de decisiones”, subraya Arévalo.

La primera fase dio comienzo a principios de 2025, y en ella participan tres ciudades especialmente expuestas al calor: Cartagena, en España, y Nápoles y Taranto, en Italia. Todas con condiciones similares (clima cálido, presión turística y necesidad de transformación urbana) y una base tecnológica suficiente para integrarse en una plataforma común de datos.

Mapa de las temperaturas y zonas verdes de la ciudad de Cartagena.

Mapa de las temperaturas y zonas verdes de la ciudad de Cartagena.

“Ya tenían cierta trayectoria digital y sensibilidad institucional. Cuando les propusimos participar, no dudaron”, recuerda la portavoz de Libelium. Porque el propósito no es sólo paliar los problemas particulares, también “crear un espacio de datos compartido, donde cada ciudad recopila, analiza y decide qué información desea compartir con el resto".  

Entre la información registrada hay indicadores clásicos como temperatura, humedad, radiación solar, calidad del aire o velocidad del viento. También otros menos convencionales, como imágenes satelitales para cartografiar zonas verdes, cámaras urbanas para medir afluencia peatonal o vehículos, información catastral sobre tipos de edificio, materiales del pavimento o cuántos grados puede reducir un determinado tipo de árbol dependiendo de la sombra que proyecta

Ecosistema abierto

Actualmente, están en fase de recogida de datos, prevista hasta septiembre de 2025. Al mismo tiempo, están desarrollando la infraestructura digital que permitirá cruzar esa información entre distintos departamentos municipales, como medio ambiente, movilidad o urbanismo, para superar las barreras administrativas que puedan surgir.

BeatTheHeat está concebido como un “ecosistema abierto a terceros”, incluidos centros de investigación, startups y empresas tecnológicas. “Imagina que una empresa local accede a datos de movilidad y calidad del aire y desarrolla una aplicación para planificar rutas. Lo que tratamos es que lo comparta con el resto. Y aquí el verdadero cambio no es solo técnico, es cultural”, señala Arévalo. “Tenemos que aprender a colaborar, a compartir información, a construir sobre la experiencia del otro”.

La coordinadora del proyecto en Libelium insiste en que la innovación no siempre requiere de sensores ni plataformas. “El concepto de 'isla de calor' no es nuevo. En la Expo 92 de Sevilla se instalaron unas estructuras cónicas en la Plaza del Futuro que funcionaban como chimeneas solares. Eran huecas, permitían que el aire caliente subiera y refrescaban el entorno. No necesitaban electricidad ni mantenimiento, pero eran muy eficaces”, recuerda.

“Ese tipo de soluciones, unidas al potencial de la tecnología actual, nos pueden ayudar a construir ciudades más habitables y sostenibles”. La clave subraya para terminar, está en “unificar el conocimiento urbano, la acción institucional y la innovación digital”. BeatTheHeat quiere dar impulso a este cambio y preparar a las ciudades para un futuro donde el calor extremo será cada vez más habitual.

Supermanzanas y zonas peatonales

El caso de Cartagena es un buen ejemplo de cómo los datos pueden cambiar una ciudad. Libelium ya había trabajado previamente en la ciudad para diseñar su zona de bajas emisiones, cruzando datos de calidad del aire, viento y temperatura para identificar las zonas más críticas y reorganizar el espacio urbano. Esa información ha servido para solicitar financiación europea con la que implementar intervenciones físicas, como supermanzanas, peatonalización o la instalación de techos reflectantes.