
Uno de los buques que emplea ya el nuevo sistema de comunicaciones 5G.
El puerto de Riga experimenta en el mar Báltico con una red de comunicaciones 5G con un alcance de hasta 53 kilómetros
DISRUPTORES - EL ESPAÑOL se sube a uno de los buques para comprobar de primera mano el funcionamiento de este sistema de conexiones entre estaciones-base de barco a barco y con drones.
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Un barco en alta mar sólo tiene un par de opciones claras para sus comunicaciones con tierra (aparte del lenguaje visual de banderas): satélites o radio HF/SSB de onda corta (que, aunque el nombre resulte contraintutivo, es la que alcanza mayores distancias). Pero en el mar Báltico, cuyas distancias a la costa no se miden en miles de kilómetros, han imaginado otra alternativa: establecer comunicaciones 5G en aguas profundas.
Es un proyecto puesto en marcha por la Autoridad del Puerto de Riga, a través de su subsidiaria LVR Flote (empresa propietaria de diversas embarcaciones para proveer servicios a varios puertos letones), y la compañía de telefonía móvil LMT.
Su propósito es convertir a los propios navíos en 'postes repetidores' de 5G, de manera que la señal pueda saltar de unos a otros desde alta mar hasta una estación en tierra y viceversa.
La primera base en tierra utilizada se encuentra en plena ciudad, en la orilla del río Daugava, que tiene un largo tramo navegable por barcos de buen tamaño, controlado por la autoridad portuaria. Hay que considerar, además, que la distancia en línea recta desde Riga hasta Helsinki (Finlandia) son poco más de 415 kilómetros de mar.
DISRUPTORES - EL ESPAÑOL estuvo a bordo de uno de los buques de LVR, el rompehielos Varma, anclado en ese momento en el puerto de Riga, para ver en funcionamiento desde el puesto de mando del capitán una de las primeras estaciones-base 5G instaladas para experimentar las condiciones reales de las comunicaciones. Estas no se limitan a enviar sencillos mensajes, sino que incluyen la creación de un “ecosistema” de diversos sistemas móviles con variados propósitos y necesidad de atender un elevado flujo de datos.
La idea de utilizar esa tecnología de comunicación surgió en 2022 del uso de “un vehículo marino no tripulado para investigación hidrográfica, el primero en los Estados bálticos, que nos proporciona gran eficiencia para nuestro servicio de previsiones”, explica Laura Apoga, responsable de desarrollo de negocio de LVR.
El mapeado de corrientes en el puerto requiere “manejar grandes cantidades de datos, recolectarlos, analizarlos y procesarlos”, lo cual llevó a considerar la opción del 5G, “cuya cobertura es muy adecuada para un intercambio rápido de datos en tiempo real”. Y así se estableció la primera tarea en colaboración con LMT. “Aunque somos industrias muy diferentes, tenemos en común la menta abierta a la innovación y reconocimos el potencial de la comunicación 5G marítima”, apostilla Apoga.
Drones de inspección
La responsable de negocio de LVR aprovecha la ocasión para subrayar cómo la actividad de desarrollo de nuevos proyectos ha convertido al puerto de Riga en un “banco de pruebas” para muchas otras iniciativas, en permanente comunicación con las autoridades legisladoras, para “tener un marco regulatorio” que facilita la implementación de nuevas ideas. “Hemos construido un ecosistema abierto”, dice Apoga, apuntando la ambición de producir muchas otras innovaciones.
En el “caso de uso” del 5G, Arturs Lindenbergs, jefe de innovación de LMT, pone el acento en la ventaja que supone para una compañía envuelta en múltiples proyectos, muchos de ellos de ámbito militar, “porque desgraciadamente tenemos una guerra vecina”, poder salir del laboratorio para hacer pruebas en un ambiente real como el del puerto de Riga.
Lindenbergs comenta que la base militar de Ādaži es la única en Europa en la que se hacen pruebas reales sobre el terreno para el desarrollo de tecnologías 5G con fines militares. Una experiencia en la que participa de lleno su empresa. “No se trata sólo del caudal de datos y la latencia, sino de que es una tecnología completamente nueva que podemos utilizar para los negocios”, dice.
“Lo que hemos desarrollado con LVR va a suponer un verdadero cambio para el futuro. También estamos desarrollando un ‘corredor comercial para drones’, con una red 5G”, explica. La demostración para los socios, como sistema de inspección, se realiza precisamente en el puerto, donde el uso del dron hidrográfico sugirió la idea de utilizar ese tipo de conexión “no exclusivamente para comunicación. Podemos añadirle algoritmos de visión computerizada”.

El rompehielos Varma
“Se trata de no retransmitir todo a algún lugar centralizado, sino de enviar únicamente los datos que necesitas, pensando especialmente en el futuro”, prosigue Lindenbergs. “Si tienes un par de drones es posible hacerlo con 4G. Si tienes diez drones, has de hacerlo con 5G. Pero tienes que ver cómo lograrlo con la mayor eficiencia”.
Detalla que el dron sometido a pruebas lleva dos cámaras, una para navegación y otra para la visión computerizada; y una tercera específica de infrarrojos.
La inclusión de drones, acuáticos y voladores, pero en particular estos últimos, tiene dos objetivos, ligados con el ámbito del puerto. Por una parte, pueden servir “para detectar un barco que necesita ayuda”, o a “pescadores en el hielo”, en el lago Ķīšezers, que está conectado con la desembocadura del Daugava y, por tanto, vinculado con el propio puerto. “Para la policía es muy arriesgado ir sobre el hielo para rescatarlos”.
“También son útiles para inspeccionar todo el perímetro del lago. Para hacerlo, por ejemplo, una vez por semana necesitas al menos dos o tres personas, coches, combustible… En cambio, puedes hacerlo con un dron en una hora. Y hay muchos más casos de uso, a partir de ahí”, añade Lindenbergs.
Sobre el proyecto iniciado con LVR en 2022, el jefe de innovación de LMT comenta como “algo divertido” que cuando firmaron el primer memorando de colaboración no tenían una idea clara de lo que iban a hacer. De hecho, empezaron “imaginando cómo se podía dotar a cada nave de una pequeña red de fibra”.
Luego surgió la idea de utilizar una red de 5G, conectando de barco en barco mediante routers. Y la correspondiente discusión con los técnicos, que, de entrada, no lo veían posible. La discusión no cesó hasta que se hizo una prueba básica. “Y funcionó”.
Facilidades regulatorias
La demostración a gran escala del concepto para los participantes en el proyecto tuvo lugar el 11 de julio de 2024, en el puerto de Riga. La red 5G mostró plena funcionalidad desde la costa hasta el barco; se extendió de barco a barco; y entre la nave y drones en el agua y en el aire.
Estuvieron presentes representantes de los puertos alemanes de Lübeck, Kiel y Hamburgo que, según Lindenbergs, se asombraron con los logros y las facilidades. “Para volar un dron, ellos tienen que pedir permiso meses antes. Nosotros lo pedimos un viernes y lo tenemos el lunes…”.
“Incluso si lo pedimos un lunes, podemos tenerlo el martes”, puntualiza Kaspars Ozoliņš, jefe del consejo de LVR, para subrayar las facilidades que encuentra el ecosistema innovador en los ámbitos político y burocrático de Letonia. “No es que sólo aquí tengamos grandes ideas, la gente las tiene por todo el mundo. La cuestión es cómo se pueden probar en la vida real y a plena luz del día”.
El propósito de los promotores es ampliar el proyecto a los otros países ribereños del Báltico (“Alemania, en especial, ahora mismo”) y añadirlos a los contactos que ya tiene también con Canadá y Reino Unido. El objetivo final para las empresas implicadas ahora sería que todas las flotas que lo navegan regularmente tuvieran esta cobertura.
El proyecto está diseñado para utilizar 5G en la banda de 3.5 gigahercios, cuyo alcance formalmente se estima que puede llegar hasta 30 kilómetros fuera de áreas urbanas (como el mar, sin ir más lejos). Pero también se plantea el posible uso de la banda de 26 gigahercios, con menor alcance, pero capacidad para mayor densidad de comunicaciones, según pueda convenir a sus múltiples propósitos.
Lindenbergs amplía su explicación: “Entre las lecciones que hemos aprendido, es fantástico trabajar directamente con los vendedores [de componentes para la red], que al fin y al cabo te suministran el producto. Pero si quieres profundizar en la investigación y la innovación, ellos te proporcionan la funcionalidad del momento. Por eso decidimos empezar a desarrollar nuestra propia red 5G. O sea, no sólo poner un cierto hardware y ya está, sino seguir con el desarrollo diario”.

“De momento lo llamamos ‘Open Core’, porque está basado en código abierto, y tenemos un plan sobre ciertas funcionalidades que deben desplegarse para la plena operatividad marítima. Hay dos problemas: cómo suministras la mejor calidad posible a los barcos, porque la red se está moviendo en todo momento; y el gran desafío de los algoritmos AAR [que gestionan la admisión de nuevos usuarios y la asignación de recursos] con los que las estaciones-base se deben activar, establecer una conexión, etcétera… Suena fácil, pero es muy complejo”.
Muestra imágenes de los dispositivos utilizados hasta ahora: “Es una red 5G de Ericsson alrededor de la cual hemos desplegado algunas funcionalidades para la interfaz de usuario”. Confirma que es una configuración standalone privada y que el sistema ofrece buena comunicación hasta “20 o 30 kilómetros”, pero asegura que han logrado establecer la conexión hasta “a 53 kilómetros, aunque eso no significa conseguir un servicio de calidad súper”.
“Queda por último mencionar los satélites, por supuesto. Todo el mundo dice que Starlink va a cambiar el mundo y será la supersolución para toda clase de usos. En mi opinión eso está en un cincuenta-cincuenta: Starlink facilita conexión en todos los casos, pero no un gran rendimiento. Va justito. No competimos con los satélites, pero deberíamos unir fuerzas para conectar todo a la vez, lograr el mejor rendimiento y llevar nuevas soluciones al mercado. No hay razón para peleas entre tecnologías”, remata Lindenbergs.