El pequeño electrodoméstico de Almotech y su biotecnología convierte el aceite doméstico en cápsulas de jabón líquido.
Almotech acelera la valorización del aceite usado con su salto al mercado profesional
La startup navarra pasa de la fase experimental a la comercialización y abre nuevos casos de uso en hospitales, alojamientos y puntos limpios.
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En 2021, cuando DISRUPTORES - EL ESPAÑOL contó por primera vez la historia de Almotech, la startup navarra apenas comenzaba a dar forma industrial a una idea que combinaba la innovación con la economía circular de modo perfecto: reutilizar el aceite usado que se genera en millones de hogares y que, en la práctica, sigue siendo uno de los residuos peor gestionados.
Cuatro años después, aquella intuición, aquella promesa ya es un producto comercial con nombre propio (YENXA), clientes reales y los primeros casos de uso que amplían sus vistas más allá del ámbito doméstico.
“Han sido seis años de intensa actividad de I+D”, explica Ana Martínez, cofundadora de Almotech. El resultado de ese trabajo es un pequeño electrodoméstico que permite transformar ese residuo en productos de limpieza mediante un sistema de cápsulas biodegradables, sin salir de casa y sin depender de una cadena logística posterior.
“Nuestro objetivo era claro: valorizar en origen un residuo problemático y transformarlo en un bien de primera necesidad, pero con una calidad que nadie cuestione”, subraya Martínez. Jabones con eficacia probada, perfumes, libres de alérgenos y pensados para un uso continuado, no como un gesto puntual de conciencia ambiental.
Eso sí, el ámbito de los jabones cosméticos sigue quedando por ahora lejos de su estrategia.
Miras hacia el mercado profesional
El salto relevante, sin embargo, ha llegado cuando la tecnología ha salido del hogar.
Almotech ha comenzado a escalar su propuesta hacia entornos profesionales donde el volumen de aceite, el coste operativo y el impacto ambiental multiplican el sentido del modelo. Hablamos de hospitales, alojamientos turísticos, puntos limpios y espacios colectivos que son ya los primeros escenarios reales donde YENXA está operando.
La solución de Almotech para entornos más allá del ámbito doméstico.
Ana Martínez explica a DISRUPTORES el caso de uno de esos hospitales, ahora mismo en fase de instalación, donde el aceite procedente de las cocinas se reutiliza para producir los mismos productos de limpieza que el centro ya consumía, sustituyendo -o complementando- las soluciones industriales tradicionales. En otras palabras: menos transporte, menos emisiones, menos envases y un ahorro directo en costes operativos.
La razón de este viraje no es baladí. En entornos como el canal Horeca o los alojamientos turísticos deslocalizados, donde la recogida y traslado del residuo supone un problema añadido, la valorización en origen cobra todo el sentido económico y ambiental.
Expansión y crecimiento
Tras culminar el proceso de industrialización, Almotech se encuentra ahora en plena fase de comercialización a través de su web y en la búsqueda de alianzas estratégicas para distribución, licencias o acuerdos internacionales.
El foco inmediato, devela Martínez, está en el mercado nacional, pero los planes de expansión a más largo plazo apuntan a regiones como Latinoamérica o el sudeste asiático, "donde la combinación de consumo, concienciación ambiental y problemas logísticos convierte el modelo en especialmente atractivo". Sin cifras cerradas ni objetivos que pueda adelantar a este medio, la estrategia pasa por consolidar primero los casos de uso locales y escalar después con mayor agresividad comercial.
El reconocimiento del sector, mientras tanto, también ha empezado a llegar. Recientemente, Coca-Cola Europacific Partners premiaba esta iniciativa y abría, además, "conversaciones con los responsables de sostenibilidad" de la popular compañía de refrescos.
Imagen de familia en los recientes premios de Coca-Cola Europacific Partners, donde Almotech fue premiada.
En estos cuatro años se han ido tejiendo los mimbres de la propuesta de valor actual, pero no estamos cerca siquiera del destino final. De hecho, el siguiente paso de Almotech no es solo crecer, sino profundizar en la digitalización del sistema.
La compañía ya trabaja en incorporar "software de monitorización, mantenimiento predictivo, control remoto de equipos e incluso inteligencia artificial para mejorar el cribado de los aceites y la trazabilidad completa del residuo convertido en recurso". El objetivo de todo ello es medir y certificar de forma precisa el impacto ambiental generado, cerrando así el círculo de una propuesta que nació como solución doméstica y hoy aspira a convertirse en infraestructura circular de amplio alcance.
Poca conciencia pública
A todo lo anterior se suma el ámbito de la conciencia pública, donde Almotech trabaja con un dato de partida cuanto menos preocupante: en España se recicla menos del 10% del aceite doméstico consumido, muy lejos de los objetivos que apuntan a tasas cercanas al 60%. La compañía propone al respecto reforzar los puntos limpios con sistemas de incentivo inmediato: depositar el aceite y recibir a cambio un detergente con valor de mercado.