Bobby Aitkenhead, cofundador y 'Managing Director' de IDC Ventures.

Bobby Aitkenhead, cofundador y 'Managing Director' de IDC Ventures.

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Bobby Aitkenhead, el inversor del 'match' ganador en busca de las startups más prometedoras

Al frente de IDC Ventures, una plataforma de 'venture capital' que construye ecosistemas de valor en Europa y Latam, Aitkenhead reconoce que mantiene vivo el espíritu competitivo de sus años universitarios en el baloncesto: "Siempre quise estar en las grandes ligas".

Más información: IDC Ventures lanza su primer fondo de fondos de 150 millones y prevé invertir en 30 firmas de capital riesgo

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Mantener una conversación con Bobby Aitkenhead, cofundador y Managing Director de IDC Ventures, es someterse a un torbellino de energía y prepararse para recibir millones de impactos en forma de experiencias, aprendizajes y espíritu competitivo al máximo nivel.

"Siempre he querido ganar en todo", nos confiesa en los primeros minutos de una dilatada entrevista que se demoró casi hora y media de reloj, todo un récord en esta sección de perfiles a inversores que con tanto mimo preparamos en DISRUPTORES - EL ESPAÑOL.

Este afán por no quedarse atrás y estar siempre en la primera línea, "donde se juegan las grandes ligas", es una manifestación de intenciones que define muy bien al inversor al que pretendemos aproximarnos en las siguientes líneas. "Soy inquieto e intenso", nos puntualiza en un claro preaviso de lo que está por llegar.

Y aunque la entrevista ha sido extensa, la sensación ha sido bien distinta. Bobby Aitkenhead posee ese don para que el tiempo discurra en otro plano y sus vivencias trasladen a quien le escucha a múltiples emplazamientos por el mundo, tantos como los que han configurado quién es hoy en día y cuál es su misión al frente de IDC Ventures, una plataforma de venture capital que gestiona alrededor de 750 millones de dólares para que construir ecosistemas de valor a ambos lados del Atlántico.

Recientemente, han avanzado en esta misión a través del vehículo VC4, "un fondo de fondos de 150 millones de dólares que impulsa a la próxima generación de emprendedores en Europa y América Latina". 

IDC Ventures es su presente, pero para llegar a él ha recorrido un largo trayecto en el que ha habido aciertos y errores -casi- a partes iguales y donde su infancia, su familia -especialmente la figura de su padre- y los valores que recibió en su entorno más próximo fueron conformando su identidad.

La trayectoria de Bobby es amplia, polifacética y abarca múltiples áreas; no es de los que se dejan algo por probar. Después de una apasionante etapa universitaria con el baloncesto como leitmotiv, llegó una carrera prometedora en Citibank como trader, más adelante el desembarco en el mundo del emprendimiento y la inversión con startup propia de por medio -que vendió a Xoom y posteriormente fue adquirida por PayPal-, hasta llegar definitivamente a IDC Ventures.

Pero esta sinopsis no hace justicia a su figura como inversor. Empecemos por el principio y vayamos paso a paso.

"Soy el segundo de cuatro hermanos en una familia muy unida. He tenido el síndrome del hijo del medio, siempre luchando por tu espacio", explica con la sonrisa que le produce en el rostro trasladarse mentalmente a su Guatemala natal.

Su personalidad, asegura, está marcada por ser el "más intenso y revoltoso" de sus hermanos."De niño era bastante independiente, siempre me gustó hacer las cosas bien y siempre he querido ganar en todo". Pronto afloran las primeras señas de identidad que nos muestra en la entrevista y que han acabado siendo definitorias en su posterior crecimiento personal y profesional.

"No era superestudioso ni tan fanático del colegio. Me gustaba ser de los mejores, pero porque era muy competitivo, no porque me encantara estudiar"

"Perder en el colegio no se podía perder, pero no era superestudioso ni tan fanático de la escuela. Me gustaba ser de los mejores, pero porque era muy competitivo, no porque me encantara estudiar", reconoce al tiempo que frunce el ceño en una muestra involuntaria de reforzar esa característica de su carácter.

Su padre y el deporte, en especial el baloncesto, han sido dos ejes transversales en su vida sin los que sería difícil entender la persona e inversor en que se ha convertido.

Su cara refleja admiración hacia la figura paterna al relatar los años de su niñez en que su progenitor ejerció un papel activo en la esfera pública y privada de Guatemala. "Siempre estuvo muy interesado en apoyar a su país". "Fue ministro de Economía y de Finanzas cuando aún era muy joven. Su primer cargo público fue a los 33 años", explica con orgullo.

A los nueve años, su familia vivió casi año y medio en Boston porque su padre "fue invitado a hacer una maestría en Administración Pública en Harvard".

La figura paterna como referente

Tras el máster, regresó a Guatemala. "Aunque tuvo oportunidades para quedarse en EEUU en el lado económico-político, su afán era su país", reitera Aitkenhead

"Le tocó vivir los procesos de las democracias de los países de Latinoamérica, en los 80 y los 90 sobre todo, pero fue de los pocos que de alguna manera sobrevivió, porque hizo muy buena labor. Muchas de las propuestas que logró implementar del lado económico y financiero siguen estando en pie y ayudando a que la economía de Guatemala sea muy estable".

Bobby se detiene para contar un episodio con especial detalle: "Le pidieron que fuera uno de los cuatro delegados del Gobierno de Guatemala para negociar la paz con la guerrilla".

"Mi padre pasó casi ocho meses yendo y viniendo a México, negociando cuatro guerrilleros y cuatro delegados del gobierno -él era uno- la paz. En el 96, tras 33 años de guerra, se firmó la paz y desde entonces hay paz en Guatemala".

Bobby Aitkenhead, cofundador y 'Managing Director' de IDC Ventures.

Bobby Aitkenhead, cofundador y 'Managing Director' de IDC Ventures.

De alguna forma, una etapa llegaba a su fin para su padre que aún permaneció varios años más como asesor próximo a dos gobiernos. "Fueron los que a finales de los años 90 impulsaron hacia delante a Guatemala"

A partir de ese momento, su padre se volcó en IDC -del que es impulsor y fundador-, compañía que este año acaba de cumplir 30 años.

La profesión de su padre le permitió a Bobby disfrutar de una familia donde se podía plantear los porqués, conversar y entender las razones del mundo que le rodeaba.

"Tenía un amplio conocimiento del sector público y privado de Guatemala, y había mucho espacio en casa para preguntar y cuestionar. Y siempre fui inquieto, me gustaba que me contaran las cosas la gente grande".

Bobby ha sido de los que juegan en las 'grandes ligas', siempre un paso por delante. Y no sólo en casa, sino también en el deporte, especialmente en el baloncesto, donde fue un adelantado a su edad que se medía a jugadores más mayores.

De alguna forma, era más maduro de lo que se podía presuponer a un adolescente de 16 años. "A esa edad jugaba al baloncesto en la liga de adultos, viajaba con adultos para los partidos". Esta circunstancia, unida a su afición por conversar con personas también más mayores que él en su ámbito más familiar, nutrió y acrecentó su gran curiosidad por la vida.

La etapa universitaria unida al baloncesto

Cuando llegó la hora de ir a la universidad, Bobby tenía claro que sencillamente “no era negociable en casa”, apostilla mientras sonríe de forma pícara y pone sobre la mesa una de las razones por las que ceder al imperativo familiar no supuso ningún esfuerzo: "Aparte de las ligas profesionales, el baloncesto más bonito se puede ver en las ligas universitarias de EEUU". Dicho y hecho.

Estudió en la Southern Methodist University en Dallas, una etapa de la que guarda grandes recuerdos. "Tenía una escuela de negocios, de las mejores 25 de EEUU en aquella época, y me permitía jugar al baloncesto al primer nivel y perseguir mi sueño en una entidad académica también de las más potentes".

Vamos a dar una oportunidad a la paz, al diálogo y a la negociación. Si eso fracasara veremos qué hay que hacer

Era la combinación perfecta para unir ambos mundos. Además, le daba la llave para salir de su Guatemala natal y entrar a una fase superior, deportiva, pero también personal. “Fue como abrir los ojos al siguiente nivel en todos los sentidos”, recalca.

Sin embargo, Bobby estaba a punto de sufrir uno de los primeros reveses que le tenía guardado el destino. "Jugué poco en la universidad", se lamenta al tiempo que su voz pierde por unos segundos el brío que mostraba hasta este momento.

Una combinación de problemas de rodilla -le operaron tres veces de la rodilla izquierda- y, según reconoce con humildad, "falta del talento necesario para seguir ahí", le apartaron, al menos parcialmente, de ese sueño de juventud.

"No logré todo el sueño, no lo viví como lo había previsto, pero sí pude conseguir la meta que me planteé a los 12 años de vivir el baloncesto al máximo nivel", asume.

KPMG: primer trabajo en EEUU

Con su etapa en el deporte de elite tocando a su fin, su mente recalculó rápido el trayecto a seguir. Otra vía se abría como billete a una prometedora etapa en al ámbito de la empresa privada y, en concreto, en el mundo de la auditoría y consultoría de la mano de KPMG.

Haber estudiado en aquella universidad de Dallas -donde, además del baloncesto, tuvo tiempo para sacar dos carreras: Finanzas y Economía-, sumado a su interés por el mundo de los negocios, le facultaron para afrontar el desafío que tocaba a su puerta.

"Mi primera oportunidad de trabajo en EEUU fue KPMG. No era mi sueño, siempre me había atraído mucho la gran banca de inversión, pero era una muy buena firma que me permitía quedarme en el país. Era un primer empleo en el que iba a aprender mucho".

Sin embargo, no conseguir la VISA –reconoce que, aunque con sponsor, "era como una lotería en aquella época" y a él no le salía la suya, unido a su negativa para regresar a Latam, le llevó a hacer las maletas por seis meses y viajar, una pasión que en los últimos años de baloncesto y universidad había quedado aparcada.

Viaje como mochilero por Europa

"Viajé a Europa. Mi pasión era hacerlo con la mochila a cuestas, tener mucha libertad y desde la humildad aprender de todas las experiencias". Aquel viaje de mochilero fue "una experiencia única en la vida". "Hablamos de una época en la que no había móviles, estabas realmente desconectado. Iba a un locutorio a mandar correos de vez en cuando, y poco más".

A su regreso y sin novedades en el frente -ni concesiones de la Diosa Fortuna con el tema de su VISA en EEUU-, KPMG fue clave de nuevo hacia la siguiente parada en su camino.

"No haber logrado la VISA fue, al final, una bendición". La  multinacional le había dado la oportunidad de realizar el viaje de mochilero y, ahora, cuando de nuevo en el sorteo de la VISA su nombre no fue agraciado, le sirvió de salvoconducto para salir de EEUU con Gran Caimán en el caribe como destino.

En la isla caribeña, y de la mano de la consultora, entró en contacto con un potente ecosistema de fondos de inversión donde estuvo un año desarrollando tareas relacionadas con la administración de fondos de inversión.

"Gran Caimán me encantaba y KPMG era una primera marca, pero no puedo decir que me gustara mi trabajo. Me preguntaba cuándo iba a llegar"

Tener Gran Caimán como lugar de residencia y KPMG como empresa no era una mala combinación, Bobby es consciente, pero lamenta que "no podía decir que me gustara su trabajo". "Pensaba ¿cuándo me va a llegar ese que me guste, que me apasione?". Con el tiempo, "sentí que me se había acomodado", reconoce.

Mientras tanto, su padre había puesto en marcha y había hecho crecer IDC y ambos mantenían intensas conversaciones sobre el mundo de los fondos de inversión y las financias, pero "siempre sentimos que había una regla no escrita de que yo no iba a trabajar nunca en IDC".

La muerte de su abuelo paterno propició con un giro de guion tras un año en Gran Caimán y el regreso tras casi diez años de Bobby Aitkenhead a Guatemala.

"Pensé que o lo hacía en ese momento o no lo haría nunca”, afirma. “Amaba el caribe, pero mi trabajo, de alguna forma había dejado de pensar a lo grande, y fue como el detonante para pasar a una etapa en mi vida".

Citibank: su primer 'enamoramiento' del trabajo

Contar con conocidos en Citibank en Guatemala y el hecho de que siempre había estado más interesado por la banca de inversión que por los trabajos que había desempeñado hasta la fecha le abrieron las puertas de la multinacional financiera en 2008 -en concreto, al área de tesorería-.

Por primera vez y, muy a pesar de la crisis financiera que estalló en aquel momento, el inversor sintió que había encontrado por fin su sitio. Le gustaba su trabajo como trader -compra y venta de activos y derivados financieros-.

"En Citibank me encantaba lo que hacía, la adrenalina había vuelto como en el deporte al máximo nivel, había que tomar decisiones rápidas todos los días"

"Me encantaba lo que hacía, la adrenalina había vuelto como en el deporte al máximo nivel, había que tomar decisiones rápidas. Era lo más parecido a un partido de baloncesto: tiras a la canasta muchas veces, unas aciertas y otras fallas".

Y nos regala en este punto del relato, una de las máximas que han movido sus pasos: "Por esas ganas de siempre ganar he estado dispuesto a trabajar más que los demás. Nunca he creído que yo tuviera más inteligencia. Ya me pasaba con el baloncesto, siempre le he metido más horas". “Si pasado un tiempo, has trabajado el doble, vas a sacar ventaja”, destaca.

Su etapa en Citibank fue prolífera y Bobby fue creciendo dentro de la compañía de forma que pasó de Guatemala a Costa Rica, un emplazamiento "que entrañaba una mayor complejidad" y "una mayor conectividad con las mesas de Nueva York", hecho que volvía a ponerle a tiro su eterna determinación de "meterse en las grandes ligas".

Bobby sonríe, hace una pausa y reflexiona en voz alta: "Siempre me las he ingeniado para tratar de meterme en las grandes ligas, ¡de algo!"

La etapa consolidada y familiar en Costa Rica

En este punto de la entrevista hace un guiño a su esfera más personal. "En esa estancia en Guatemala conocí a la que hoy es mi esposa. Y cuando surgió la oportunidad de ir a Costa Rica, nos fuimos juntos".

En el nuevo país se casaron y comenzaron juntos de cero una vida en común. "Comenzamos desde abajo juntos en un nuevo país y eso te une mucho. Empezamos ahí nuestra familia, hoy tenemos cinco hijos -entre ellos dos parejas de gemelos-, y creo que al ordenarse esta parte de mi vida, se fue ordenando todo lo demás", reflexiona el inversor.

"Con mi esposa comenzamos en Costa Rica nuestra familia, hoy tenemos cinco hijos y creo que al ordenarse esta parte de mi vida en aquella etapa, se fue ordenando todo lo demás"

Este momento de consolidación le dio pie a que el gusanillo del emprendimiento y sus primeros pinitos como inversor se pasaran por su mente inquieta e inconformista.

La curiosidad le llevó a emprender varios negocios, a devorar libros sobre emprendimiento y a alimentar el interés por todo lo que sucedía en Silicon Valley. "También recuerdo mantener conversaciones muy enriquecedoras con mi padre, un gran emprendedor, sobre estos asuntos".

Equipo de IDC Ventures.

Equipo de IDC Ventures.

Aún así, sus primeros pasos en este campo no fueron muy halagüeños. "Perdí todo el dinero que invertí en las primeras startups. Eran cosas pequeñas, muy locales".

No obstante, Bobby aprendió en esa vivencia el valor que tiene una red de contactos. "No vale de mucho cuando no sabes o no tienes nada que hace con ella. Pero en ese momento se convirtió en un algo muy valioso", afirma.

Un emprendedor guatemalteco perteneciente a esa red, "de los más exitosos de la región por aquel entonces" -puntualiza-, le abrió los ojos sobre el que sería su siguiente capítulo profesional. "Si tú sales de tu trabajo de trader y te vuelcas en un proyecto emprendedor, yo apostaría por ti".

Fue el punto de inflexión para el inicio de una boyante etapa como emprendedor, que Bobby abordó a corazón abierto. Montó una startup de impacto social que acabaría finalmente vendiendo a Xoom -y que posteriormente fue adquirida por PayPal "cuando era la fintech más influyente del mundo", matiza-, que le llevó de 2013 a 2017 a vivir a San Francisco y que, finalmente, le proporcionó el crecimiento personal y profesional necesario para que en septiembre de 2019 naciera IDC Ventures.

La génesis de IDC Ventures

Durante todo este tiempo como emprendedor, su faceta de inversor, sobre todo en la fase final con PayPal en San Francisco, seguía viva para Bobby y con "más claridad y aciertos" que en su infructuosa primera etapa, reconoce, incluso llegó a montar una primera plataforma de fondos de inversión, con IDC como socio.

La experiencia en el venture capital le permitió darse cuenta de cuánto le apasionaba este mundo. En este punto de su vida y tras el largo camino recorrido y las peripecias vividas, Bobboy fue consciente de que era -por fin- "el momento de ir con todo a por esta industria y en las 'grandes ligas'".

Equipo de VC4, el fondo de fondos de IDC Ventures.

Equipo de VC4, el fondo de fondos de IDC Ventures.

"Vuelvo a IDC a montar algo de cero y en el camino conozco a Alejandro Rodríguez, nuestro socio principal en España, y montamos un gran equipo".

El primer fondo fue de 125 millones, "poco a poco le vamos exigiendo más a IDC como socio y va creciendo cada vez más como cogestor de fondos", todo iba viento en popa y el devenir de los acontecimientos propició que, finalmente, Bobby y su familia regresaran a España en 2017 y que en septiembre de 2019 el fondo pasara a llamarse IDC Ventures, un tema que debatió someramente con su padre.

"Banca, consultoría, startups; haber acertado y fracaso. El grupo gestor de IDC Ventures tiene esta cultura y eso genera una gran empatía y cercanía con los emprendedores que nos diferencia"

En la actualidad, Bobby Aitkenhead es consciente de que ni él, ni los otros impulsores de IDC Ventures, hubieran llegado hasta aquí sin pasar por todos y cada uno de los episodios que conformaron finalmente su trayectoria vital y profesional.

"Banca, consultoría, startups... haber acertado, haber fracasado y no pocas veces, haber vendido... El grupo gestor tiene esa cultura y, definitivamente, es una de las señas diferenciadoras de IDC Ventures". Este camino se traduce en una particular "cercanía, empatía y comprensión" hacia los emprendedores. Y eso el algo que marca la diferencia.

En la actualidad, Bobby continúa viviendo con esa actitud emprendedora y "ese deseo de siempre ganar", "de ir más lejos y trabajar más duro" que siempre le ha acompañado. ¿Se les ocurre, queridos lectores, una mejor definición de competitividad? Es difícil. Es la actitud que define a los valientes que siempre salen con todo 'a jugar' y que no paran hasta -ahora sí lo lograste, Bobby- coronar las 'grandes ligas', en este caso, del venture capital. Enhorabuena.