Un instante del Salamanca Tech Summit 2025.

Un instante del Salamanca Tech Summit 2025.

Castilla y León

Salamanca Tech Summit se pone de gala con la ciencia, la inteligencia artificial y defensa como estrellas

La ciudad universitaria por excelencia reúne a 1.200 personas en la segunda edición de este foro que aúna a startups, grandes 'tech' y estudiantes en torno a la tecnología.

Más información: Pedro Martínez (Ayto. Salamanca): "Se puede emprender e investigar en ciudades como esta gracias a su nuevo ecosistema 'tech'"

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Salamanca quiere hacerse un hueco en el mapa de la innovación europea, y lo ha dejado claro desde la jornada inaugural del Salamanca Tech Summit 2025. Más de 1.200 asistentes se concentran esta semana en el Palacio de Congresos de Castilla y León en un evento que fusiona industria, investigación, administración y startups bajo un mismo techo, con la inteligencia artificial como eje transversal de casi todas las conversaciones.

La mañana arrancó con una reflexión sobre el estado del arte de la IA: Juan Manuel Barrionuevo, CEO de Copernion, alertó sobre el verdadero alcance de los agentes inteligentes en los entornos de trabajo, mientras que Francisco Javier Perles (Viewnext) explicó cómo la orquestación híbrida de estos sistemas —combinando componentes deterministas y tecnologías preexistentes— está permitiendo una implementación más fluida y segura.

Uno de los debates más completos de la jornada fue la mesa redonda titulada “IA como fuerza transformadora en el sector económico e industrial”, con la participación de Santiago J. Sánchez Díaz de Cuéllar (Dell), Luis Cabello de los Cobos (Telefónica Tech), Jorge Valenzuela Jiménez (Microsoft) y Andy Jaffke (Teradata). Allí se abordaron tanto los retos técnicos como los frenos culturales que están condicionando el despliegue de la inteligencia artificial en la empresa.

Aunque se reconoció que los modelos tradicionales siguen siendo necesarios, los ponentes coincidieron en que la IA está permitiendo avanzar con mayor eficiencia, automatizar decisiones y generar nuevos modelos de negocio. La IA generativa, en particular, fue objeto de intenso debate: “Las oportunidades están ahí, pero el rechazo cultural a esta tecnología es hoy uno de los principales frenos a su adopción”, advirtió uno de los participantes.

Otra de las ideas fuerza giró en torno al gobierno del dato: “El valor no está solo en los datos, sino en saber cuáles son útiles y cómo extraer conocimiento accionable de ellos”. Y lejos de grandes promesas futuristas, los expertos subrayaron que herramientas aparentemente sencillas, como el reconocimiento óptico de caracteres (OCR), pueden transformar radicalmente procesos cotidianos en miles de empresas, digitalizando tareas repetitivas y liberando recursos para actividades de mayor valor añadido.

Soberanía tecnológica y defensa

Uno de los momentos más sesudos de la jornada fue la mesa redonda dedicada a la transformación digital en el ámbito de la defensa, con representantes de Indra, GMV, Grupo Oesía y la Fundación Círculo, moderados por el director del ICE de Castilla y León, Augusto Cobos. Allí se abordaron sin rodeos las tensiones entre innovación, soberanía tecnológica y geopolítica.

“El consumidor ha explotado y extendido tecnologías pensadas originalmente para el ejército, como la fibra óptica, el 5G o los propios ordenadores personales”, explicó Miguel Castro de la Hoz (GMV). “Ahora estamos ante nuevos desafíos que van más allá de sus usos originales”.

Para Mateo Burgos (Fundación Círculo), no cabe duda: “La tecnología jugará un papel cada vez más importante, pero también más complejo. En muchos ámbitos será imposible tener una autonomía nacional completa. Por eso, la colaboración europea será esencial. La soberanía tecnológica pasa por hacer I+D local y tener voz en los desarrollos conjuntos”.

Desde Indra, Rafa Arcos puso el foco en el objetivo estratégico: “Queremos formar parte del programa de aceleración de la OTAN. España tiene todo para convertirse en la cuarta potencia europea en defensa, y estamos trabajando para conseguirlo”.

Patricia Argerey (Grupo Oesía) fue más allá: “Estamos ante un sector de alta tecnología que exige tiempos de maduración muy largos y una cohesión constante entre actores. Las barreras de entrada son altísimas para una startup. La única vía posible es formar consorcios, apostar por modelos de venture client o activar alianzas de codesarrollo y coproducción. La solución no es inmediata: hoy tenemos baja capacidad de producción y de absorción, pero este proceso no se hace de la noche a la mañana”.

Ciencia, divulgación y filosofía

El cierre matinal lo protagonizó el físico y divulgador Javier Santaolalla, con su ya célebre ponencia “¡El Club de la TUSA!”, en la que logró conectar conceptos de San Agustín, Aristóteles o William Hopkins con teorías del tiempo cuántico y la cultura pop. Un ejercicio de destilación científica para todos los públicos que arrancó carcajadas, pero también dejó pensamientos de fondo sobre el papel de la ciencia en la sociedad actual.