Imagen identificativa del proyecto SOUL.

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Aragón ESPECIAL

Fin a la contaminación por plástico en agricultura: Aragón, referente en 'biotech' al liderar el proyecto europeo SOUL

El centro tecnológico AITIIP capitanea un programa en el que trabajarán otros 17 socios que incluirá cápsulas que se desintegran de forma segura o protectores para árboles que también se biodegradarán.

Más información: Innovación en envases, salud y alimentación: otra manera de posicionar a Aragón en el contexto internacional

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La teoría está clara: que cada vez haya menos material plástico potencialmente contaminante. Y, con respecto a la práctica, la innovación suele ser una buena solución. Solo hace falta echar un vistazo a centros tecnológicos como el aragonés AITIIP para observar cómo la disrupción está contribuyendo a cumplir los objetivos a nivel medioambiental.

Nos adentramos en el proyecto europeo SOUL, que se lidera desde Aragón y desde el citado centro tecnológico. Un total de 17 socios del Viejo Continente buscan reducir el uso de energía no renovable en un 40%, disminuir las emisiones de CO₂ en un 50%, reducir significativamente la contaminación por microplásticos en suelos, crear hasta 1.000 nuevos empleos en los primeros años, impulsar la industria europea de bioplásticos y generar 7 millones de euros en retornos en los cuatro años posteriores a la finalización del proyecto.

Estos son los datos, pero ¿cómo se va a conseguir? Lo explica Berta Gonzalvo, directora de Investigación de AITIIP: "La innovación en biomateriales se traducirá en productos cotidianos que resolverán de raíz la contaminación por plásticos en nuestros suelos".

Y cita algunos ejemplos. En el sector agrícola, "veremos desde películas de acolchado y cápsulas para fertilizantes de liberación controlada que se desintegran de forma segura en la tierra tras su uso" o "clips, hilos de entutorado y dispensadores de feromonas que, en caso de pérdida accidental, se biodegradarán sin dejar rastro".

La tecnología generada "se extenderá al cuidado de nuestros jardines y paisajes, con mallas que refuerzan el césped o protectores para árboles que cumplen su función y luego desaparecen integrándose en el ecosistema".

Finalmente, "llegará a espacios de ocio como los campos deportivos, donde un innovador relleno biodegradable para césped artificial, compuesto por biopolímeros y corcho, sustituirá a los contaminantes gránulos de caucho prohibidos recientemente por la UE".

Estas serán algunas de las aplicaciones a las que se va a llegar gracias al desarrollo de SOUL. Pero la visión es más amplia. "Es fundamental entender que el proyecto SOUL adopta una estrategia dual para el fin de vida de sus productos, priorizando siempre la circularidad. Para artículos que pueden ser recogidos tras su uso, el objetivo principal es fomentar su reutilización y su reciclaje mecánico u orgánico", explica Gonzalvo.

Añade que "en última instancia, la llegada de estos productos a nuestro día a día supondrá un cambio silencioso pero profundo en nuestra relación con el entorno; para el consumidor, significará acceder a alimentos cultivados en suelos más sanos y libres de microplásticos, disfrutar de parques y zonas deportivas más sostenibles, y simplificar enormemente la gestión de residuos en el jardín o en la agricultura". Cabe mencionar que el presupuesto supera los 7 millones de euros y el plazo de ejecución acabará en agosto de 2029.

Más allá de las implicaciones medioambientales de SOUL, conviene destacar también el posicionamiento que consigue AITIIP y, por consiguiente, Aragón, en el panorama internacional. La directora de Investigación del centro destaca que "liderar el proyecto nos sitúa como un referente clave en la vanguardia de la bioeconomía circular; no solo demuestra su excelencia científica y capacidad de gestión, sino que lo especializa en el desarrollo de materiales biodegradables para sectores estratégicos como la agricultura".

Para Aragón, por su parte, este proyecto es "una materialización de su apuesta por la innovación y la sostenibilidad". Es más, Gonzalvo destaca que "posiciona a la comunidad como un territorio pionero en soluciones tecnológicas para el sector agrícola, uno de sus pilares económicos, albergando el desarrollo de alternativas sostenibles que responden directamente a las políticas medioambientales de la Unión Europea y refuerzan la estrategia regional de 'Aragón Circular' con un impacto tangible y de gran proyección internacional".

La transferencia de conocimiento y tecnología desde AITIIP al tejido industrial regional "moderniza a las empresas, impulsa su competitividad y convierte a Aragón en un actor clave en la transición de Europa hacia una economía más verde y digital".

Desde AITIIP destacan tres claves para entender por qué la región ha llegado a liderar este proyecto. "La especialización de nuestro centro tecnológico, una estrategia regional de apoyo a la innovación y, por último, la relevancia del problema que el proyecto busca resolver para la economía aragonesa".

La directora de Investigación reconoce también que "durante años, el centro ha construido una reputación y un profundo conocimiento técnico en los campos de los plásticos, los biopolímeros y la economía circular: no es un actor nuevo".

AITIIP, un referente con apoyo del Gobierno de Aragón

AITIIP es un centro tecnológico con una profunda especialización en el procesado de plásticos y la fabricación avanzada. Su misión es transferir conocimiento e innovación a las empresas para que mejoren su competitividad. Se centra en desarrollar soluciones que impulsen la transición verde y digital, la economía circular, la creación de nuevos materiales y procesos de reciclaje más eficientes, y la fabricación avanzada o industria 5.0.

Esta intensa actividad investigadora se traduce en 11 patentes y la participación en más de 150 proyectos industriales, demostrando una clara vocación de transferencia tecnológica al mercado.

Hay ejemplos que atestiguan su potencial. En el proyecto Multibiosol, AITIIP desarrolló un plástico agrícola totalmente biodegradable; con SISTERS, se atacó el desperdicio alimentario desde el campo hasta el consumidor con un proyecto que impulsa innovaciones como una app de 'cadena corta' que conecta a agricultores con consumidores para vender excedentes; y con Blade Keeper, se desarrolló un innovador protector de polímero para las cuchillas de las cosechadoras.

En el funcionamiento de AITIIP cobra valor el papel del Gobierno de Aragón, tal y como explican desde el centro. Aunque se trata de un centro 100% privado, el ejecutivo regional "ha desempeñado y sigue desempeñando un papel fundamental en el desarrollo y consolidación del centro".

Su apoyo se manifiesta en la articulación de la innovación y transferencia de tecnología, en la colaboración en proyectos estratégicos y en el apoyo financiero y reconocimiento.