Imagen del supercomputador Caléndula.

Imagen del supercomputador Caléndula. Carlos S. Campillo ICAL

Autonomías 4.0

Caléndula y Lusitania, dos supercomputadores ante el apagón: así se readaptaron dos de los más importantes

Una 'parada controlada' y la suspensión del cálculo científico fueron las respectivas decisiones de emergencia en Extremadura y Castilla y León pese a que funcionaron sendos generadores.

Más información: El apagón siembra dudas entre los inversores en centros de datos en España

J. Arnau
Publicada

Seguramente, casi todos los habitantes de la Península se acordarán de qué estaban haciendo en torno a las 12.30 horas de la mañana del lunes 28 de abril. En ese momento, España -menos Canarias y Baleares- y Portugal se quedaron a oscuras en un apagón histórico que duró aproximadamente diez horas.

En ese periodo de tiempo, poco se pudo hacer para combatir el caos ferroviario y del transporte público de las grandes ciudades, pero, por suerte, sí había 'plan b' en servicios críticos, sobre todo, en los centros sanitarios y hospitales.

En el plano tecnológico, cabe mencionar infraestructuras con una gran dependencia energética, como los centros de datos o los centros de supercomputación. De estos servicios dependen procesos digitales básicos en cualquier región y también en este caso había planes de emergencia.

Dos de los supercomputadores de la red nacional de Supercomputación, Lusitania en Extremadura y Caléndula en Castilla y León, nos ofrecen sendos ejemplos de cómo infraestructuras de este tipo son capaces de combatir una apagón como el de hace semana y media.

Los sistemas de emergencia o el establecimiento de prioridades dan una idea de cómo dos supercomputadoras pueden seguir prestando servicio para que otros servicios no se vean afectados ante una situación como la vivida.

Lusitania: un 'salvavidas' llamado SAI

La consejera de Educación, Ciencia y Formación Profesional de la Junta de Extremadura, María Mercedes Vaquera, ha destacado la importancia de la resistencia del Centro de Supercomputación de Extremadura (COMPUTAEX) frente al apagón.

"Aquí no ha habido ningún problema durante estas diez horas de apagón, es más, cuando se produjo, saltaron inmediatamente los Sistemas de Alimentación Ininterrumpida (SAI) de almacenamiento de datos y los grupos electrógenos para mantener estos sistemas", con lo que se pudo garantizar la integridad de esta infraestructura y las aplicaciones en curso, ha explicado la consejera.

Tras aproximadamente tres horas de funcionamiento, en previsión de que el apagón se prolongara en el tiempo, se realizó una parada controlada, en línea con las medidas tomadas por el Centro Nacional de Supercomputación.

Al día siguiente, se restableció el funcionamiento sin incidencias y se pudieron retomar las tareas interrumpidas sin pérdida de información, volviendo a operar a pleno rendimiento.

Vaquera ha señalado que, "si no hubieran funcionado los sistemas de seguridad de COMPUTAEX, hubiera sido un caos en todos los sistemas de investigación que se están llevando a cabo, de todos los datos con los que se trabajan a nivel regional y nacional", puesto que se hubieran perdido y hubieran tenido que empezar de nuevo los trabajos.

Además, los componentes de los ordenadores se hubieran expuesto a posibles averías y a pérdidas económicas sustanciosas.

"Muchas veces no somos conscientes de lo que hay hasta que no se produce una situación como esta", pues este apagón "nos tiene que servir para ver la importancia que tiene, no solamente la red eléctrica, sino todo el sistema de información y almacenamiento de datos y sistemas tecnológicos, porque dependemos de ella".

La consejera ha recordado que en este centro de computación de Cáceres se registran datos de investigaciones regionales, nacionales e internacionales y que, junto con el centro de supercomputación de Trujillo CETA-CIEMAT, pertenecen al nodo de la Red Española de Supercomputación. Por cierto, COMPUTAEX tiene previsto multiplicar por diez la velocidad de las operaciones de este centro a finales de año con la adquisición del supercomputador Lusitania 4, dando así un impulso muy importante a la investigación científica en Extremadura.

Caléndula: el cálculo científico podía esperar

Misma situación la vivida en León, sede del Centro de Supercomputación de Castilla y León (Scayle) y hogar de Caléndula.

El centro, cabe recordar, tiene como actividad principal, la mejora de las tareas de investigación en las universidades, los centros de I+D+I y las empresas. Este supercomputador alcanza una capacidad de cálculo de 132 Teraflops.

Según explican fuentes de Scayle a Diario de León, la primera decisión que se tuvo que tomar ante el apagón fue la de priorizar a qué se dedicaban la energía de repuesto que se activó para el supercomputador.

Un generador garantizó que los servicios críticos que necesitan a Caléndula no se vieran resentidos. Hablamos de hospitales, universidades e incluso administración pública. Pero para ello, lo dicho, había que priorizar. Siempre según las mismas fuentes, el cálculo científico fue el gran sacrificado de esa jornada, al no ser considerado un servicio crítico.

Iban pasando las horas y como el servicio eléctrico no se restablecía hubo que tomar más decisiones. La plataforma específica para el almacenamiento masivo de datos basados en objetos (Opencayle) acabó apagándose también por precaución.

A punto estuvieron de apagarse más servicios, pero en ese momento, algunos puntos de la región castellano y leonesa comenzaron a recuperar el servicio eléctrico y la situación empezó a enfocarse con más optimismo.

Hasta el punto de que ya comenzó a planificarse el restablecimiento de las operaciones con normalidad. Eso sí, siempre se optó por la cautela. Según las fuentes consultadas, no se apagó el generador hasta que el suministro no fue estable. En cualquier caso, aún le quedaba un 30% de combustible para hacer posible su funcionamiento.

A las 10.00 horas del día 29 de abril se recuperó la total normalidad en el centro de supercomputación de Castilla y León.