Trump en su toma de posesión el pasado lunes.

Trump en su toma de posesión el pasado lunes.

América Tech nuevos horizontes

La sombra de una nueva oligarquía tecnológica

Los Ángeles (EEUU)
Publicada

El discurso de despedida televisado del ex presidente Joe Biden unos días antes del regreso de Trump a la Casa Blanca causó revuelo. Se esperaba que Biden se enfocara principalmente en resaltar sus logros de los últimos cuatro años, pero el mensaje más importante se centró en el momento tan delicado que atraviesa la democracia en Estados Unidos en estos momentos.

En la contienda presidencial de 2020, Biden sostuvo que su decisión de postularse como candidato del Partido Demócrata se basó en la necesidad de “salvar la democracia” tras cuatro tumultuosos años de Trump en el poder. Sin embargo, dejó la Casa Blanca el pasado lunes sin haber alcanzado su principal propósito.

“Hoy, se está formando en Estados Unidos una oligarquía de ricos, poder e influencia extrema que literalmente amenaza toda nuestra democracia, nuestros derechos y libertades fundamentales, y la oportunidad justa de que todos puedan progresar”, avisaba Biden desde el Despacho Oval. 

Pocos días después, durante la toma de posesión de Trump, fuimos testigos de cómo los grandes oligarcas de Silicon Valley ocupaban lugares destacados durante el acto, enviando un mensaje inequívoco al pueblo estadounidense: las gigantes tecnológicas apoyaban al nuevo presidente y su arriesgada agenda radical. Para ellos, esto representa un claro beneficio, ya que se anticipan suculentos recortes fiscales a las grandes fortunas y una relajación en el escrutinio regulatorio dentro del sector tecnológico.

Mark Zuckerberg, CEO de Meta, aprovechó el cambio de gobierno para alinearse estratégicamente con las políticas de Elon Musk y su plataforma rival, X. En cuestión de días, Meta desmanteló sus programas de diversidad, expresó su respaldo a la idea de promover “una mayor masculinidad en las oficinas” y organizó una fiesta en honor a Trump el día de su investidura.

Antes de la desaparición momentánea de TikTok en Estados Unidos, los usuarios de la red social iniciaron una revuelta en respuesta al drástico giro de Zuckerberg, lo que desató una masiva cancelación de cuentas en Meta. En las redes sociales quedó en evidencia la millonaria inversión de Zuckerberg en campañas de lobby contra TikTok, un rival que no logró superar en el mercado.

Tras 12 horas de una “prohibición” de TikTok, la aplicación regresó con un pop-up propagandístico dando las gracias a Trump por trabajar en mantener la plataforma activa. Un movimiento que no ha pasado por alto, ya que fue el mismo Trump quien comenzó a promover la prohibición de TikTok en 2020.

Por su parte, Elon Musk tendrá su propia oficina en la Casa Blanca para dirigir el recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental. Ni siquiera el vicepresidente, JD Vance, cuenta con una oficina en la Caba Blanca, lo que deja entrever el nivel de influencia que Musk ha logrado. Nadie lo eligió democráticamente, y él es consciente de ello. Su “saludo romano” no dejó lugar a dudas.

Otro de los multimillonarios de Silicon Valley, Jeff Bezos, también contribuyó con un millón de dólares para la ceremonia de investidura de Trump. El fundador de Amazon parece haber dejado atrás su rivalidad con Elon Musk en la competencia por los contratos espaciales entre SpaceX y su empresa, Blue Origin.

El discurso de despedida de Biden fue medido, con un claro llamamiento a la amenaza que supone la llegada de la oligarquía al poder. “Me preocupa el posible auge de un complejo industrial tecnológico que también podría representar peligros reales para nuestro país”, comentó el expresidente. “Existe una peligrosa concentración de poder en manos de unas pocas personas ultra-ricas (...) y si este abuso de poder queda sin control habrá consecuencias alarmantes”.