España es uno de los países líderes en infraestructuras de alta velocidad ferroviaria. En los próximos años, tenemos la oportunidad de ser no sólo líderes en kilómetros de alta velocidad, sino también en “trenes 5G”.

Cuando hablamos de conectividad en los trenes, cabe distinguir entre dos clases de comunicaciones: las que se producen entre los trenes y las señales (autoprestación), y las que, sobre la base de esos sistemas, los trenes aprovechan para proporcionar servicios a sus clientes.

En el primer caso, pronto empezará a implantarse en España un nuevo estándar basado en 5G (FRMCS), que ofrecerá unas capacidades muy superiores al estándar precedente, llamado GSM-R, de finales de la década de 1990. Esta transición tecnológica traerá un transporte ferroviario más inteligente, más seguro y más eficiente, con un mantenimiento predictivo y una disminución de los retrasos. Digamos que es la base de la transformación digital del ferrocarril.

Pero cuando pensamos en tener 5G en los trenes, habitualmente nos referimos a la cobertura (de teléfono y/o datos) que hay dentro de los vagones. Aquí, la tecnología 5G abre campo no sólo a mejorar la experiencia de uso de los pasajeros, sino también a desarrollar servicios y capacidad de red para nuevos casos de uso.

El reto es que el cliente reciba una cobertura casi continua. Es un desafío técnico y financiero muy grande, porque históricamente las antenas repetidoras (estaciones base) se situaban alrededor de los núcleos de población. Ahora, el reto es densificar las redes hasta el punto de que puedan cubrir toda una traza ferroviaria, con la dificultad añadida de que, con 5G, la distancia entre las torres tiene que ser muy inferior a la que necesitan el 3G o el 4G.

Primeros pasos

La buena noticia es que contamos con el empuje del Plan de Recuperación, bajo el que ya se han concedido licitaciones para desplegar 5G en 10 estaciones logísticas y de mercancías, y en cinco corredores de alta velocidad de ADIF.

En el caso de las estaciones logísticas, se testearán casos de uso de control de los contenedores que llegan a la estación, de la gestión de las empresas de mantenimiento de trenes y vías, y otros.

En las cinco líneas de AVE seleccionadas, por su parte, se montarán infraestructuras (pasivas y activas) a lo largo de toda la traza. Estos despliegues tendrán que estar terminados antes de diciembre de 2025. Para los usuarios finales de estas líneas, la mejora con respecto a la cobertura precedente será exponencial.

Primeros AVE que tendrán 5G:

  • Albacete-Alicante

  • Barcelona-Figueras

  • Plasencia-Cáceres-Badajoz

  • Granada-Antequera

  • Olmedo-Ourense

(Ojo, no confundamos estos despliegues con la posibilidad de que un operador de trenes instale un receptor o un amplificador de la señal dentro de los vagones. Esto último ayuda a mejorar la cobertura, pero no implica que esa cobertura sea 5G).

Estos proyectos serán el primer paso para extender la conectividad 5G por el resto de la red ferroviaria nacional -incluyendo las líneas de AVE más importantes- y, con la celeridad y el apoyo público adecuados, puede ser un punto de inflexión para que España tome también la delantera internacional en “5G ferroviario”.

Carrera contrarreloj

Otros países de la UE también están invirtiendo fondos Next Generation en este tipo de proyectos. A pesar de ello, España tiene mimbres para ganar la carrera y para exportar a otros países nuestras mejores prácticas.

El primero de esos mimbres es la propia experiencia de las empresas de ingeniería y telecomunicaciones en España, empezando por aquellas que han resultado adjudicatarias de los citados proyectos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

El segundo es la reciente autorización, por parte de Bruselas, para que el Gobierno español pueda conceder subvenciones al despliegue de infraestructuras de telecomunicaciones activas (es decir, los equipos de radio), lo cual sin ninguna duda acelerará la expansión de 5G por zonas rurales y menos densamente pobladas.

Y el tercero es la prometedora adopción del 5G en el mercado español, que repercutirá en nuevas oportunidades de monetización de estas líneas. Según un informe reciente de Telecoming, para finales de 2023 España representará el 3% del total de conexiones activas de la red 5G en Europa, que actualmente supone el 13% a nivel mundial.

Ese 3% español equivaldrá a 19,7 millones de conexiones 5G, solo superado por Reino Unido (con 36,6 millones) y Alemania (26,1 millones). Una tendencia que se prevé al alza teniendo en cuenta que, para 2027, se espera que España alcance los 41,7 millones de conexiones activas 5G, frente a los 78,2 millones de Reino Unido y los 74 millones de Alemania.

*** Elena de Arrieta Palacio es directora de Comunicación de DigitalES.