De vez en cuando comento ideas que rondan por mi cabeza, como por ejemplo la de que parte de la reindustrialización de Europa debería pasar porque las empresas inventen, innoven y creen marcas, pero que la producción sea más local, más cercana al lugar en que se usará el bien. Conforme maduro esta idea me doy cuenta de que puede tener un importante impacto en otros temas, como la circularidad. Leyendo la estrategia española de economía circular y la Ley 7/2022, de residuos y suelos contaminados para una economía circular me doy cuenta de que para crear un futuro sostenible para todos es fundamental tener distintos planes de acción que cubran todos los ángulos de tan mayúsculo reto.

Como dice el primero de los documentos mencionados, “la transición hacia una economía circular supone un cambio sistémico, en el que la investigación y la innovación, tanto tecnológica como no tecnológica, juegan un papel clave. Para la redefinición del modelo de producción y consumo dominante, la implantación de nuevos procesos que permitan transformar los residuos en nuevos insumos y productos que pasen a formar parte de la nueva cadena de valor o en la recuperación de materias primas para ser reintroducidas en los procesos productivos, es necesario mejorar la base de nuestros conocimientos científicos y técnicos, desarrollar nuevas tecnologías, y rediseñar los procesos productivos, modelos de negocio y de consumo que den forma a una nueva economía y sociedad. Por tanto, el fomento de la I+D+i en estos ámbitos es un elemento crucial en este proceso de transición, permitiendo, al mismo tiempo, contribuir a la modernización, desarrollo, crecimiento y competitividad empresariales que contribuirá también a la competitividad y modernización de la industria de la UE.”

¿Qué tiene esto que ver con el título de la columna? Pues mucho, porque hace unos días estaba por Benasque y ví un cartel en el que descubrí el matchfunding y a HUMA|Caldos Funcionales.

Vayamos paso a paso, el matchfunding es la financiación colectiva de proyectos que, además de recibir las aportaciones ciudadanas mediante campañas de crowdfunding, reciben un apoyo económico extra por parte de una organización; en este caso la Fundación Goteo es la que ayuda a HUMA. Esta última es un proyecto que quiere elaborar artesanalmente caldos funcionales, los famosos slow broths que son más conocidos fuera de España que aquí. Básicamente es potenciar la economía circular y los principios de 0 waste y Km0,  a partir de un residuo como son los huesos, obteniendo así el primer caldo de huesos con certificación eco, hecho en los Pirineos, con producto de los Pirineos.

Pero innovar sólo es mucho más difícil que con ayuda, por eso para producir estos caldos el fundador de la startup, Rubén, ha colaborado con la Fundación Alicia, una fundación que trabaja para que comamos mejor. Como dicen ellos, Alicia es un centro con vocación social, dedicado a la innovación tecnológica en cocina, a la mejora de los hábitos alimentarios y a la valoración del patrimonio agroalimentario.

Os cuento este ejemplo porque creo que ilustra muy bien la necesidad de cambiar el chip para reindustrializarnos, para potenciar la España vaciada y la economía circular. De hecho os he hablado de la ley de residuos y suelos contaminados para una economía circular, con efecto el pasado día 1 de enero, porque incluye las medidas fiscales para incentivar la economía circular, (por ejemplo el impuesto especial sobre los envases de plástico no reutilizables). Un impuesto que se configura como un instrumento económico para proteger el medio ambiente, al incentivar comportamientos respetuosos con el entorno natural, corregir externalidades ambientales y prevenir la generación de residuos haciendo efectivo el principio de que el mejor residuo es el que no se genera.

Dejo para otra columna otro efecto de dicha ley, el de que la industria tabaquera tendrá que pagar la limpieza de las colillas y otro tema muy importante para el mundo agro, como es la creación de Socimis agrícolas para atraer inversión a la España vaciada.