Dicen que el mundo no ha cambiado… pero yo lo veo diferente. Estaba comiendo en un restaurante mexicano y cantaron una bonita canción que repetía esta estrofa. Así que me dije: ¿por qué no escribo una columna un poco distinta?, y aquí me tenéis haciéndolo.

Oigo con demasiada frecuencia que siempre ha habido cambios de temperatura y que las personas que creemos que existe un cambio climático evidente somos muy exageradas. La verdad es que me sorprende que todavía haya tanto negacionista, cuando los incrementos de temperaturas, la radicalización del clima y las crecientes sequías son más que evidentes.

Sí, es cierto que a lo largo de los miles de años de la historia ha habido épocas glaciares y cambios de temperaturas, pero no es menos cierto que el impacto de los humanos desde que empezamos a multiplicarnos exponencialmente, a consumir y a contaminar de manera descontrolada es más que evidente. No cabe duda de que estamos contribuyendo de manera notoria al calentamiento global.

Hace ya cuatro años del inicio oficial de la pandemia en España y durante esos meses de confinamientos, de parón de la producción industrial y de los desplazamientos por el planeta, se vió como la naturaleza es muy poderosa. En esos largos meses pudimos ver cómo los animales recuperaban terreno, como la capa de ozono se empezaba a recuperar… La cuestión es que si emitimos tanta contaminación y generamos tanta basura como para extinguir ecosistemas enteros o partes de los mismos, rompemos los fundamentales equilibrios y nos cargamos el futuro de manera acelerada.

Hablando de residuos, hace tiempo que sigo con interés este tema que es tan importante para los humanos y nuestro planeta: la gestión de residuos y su valorización. De hecho, acabo de leer el informe que ha realizado la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA) en colaboración con la Asociación Internacional de Residuos Sólidos (ISWA).

Dicho documento se llama Global Waste Management Outlook (Perspectiva mundial de la gestión de residuos) y ofrece una evaluación actualizada de la gestión global de residuos y un análisis de datos relacionados con la gestión de residuos sólidos municipales en todo el mundo. Tal como ellos mismos indican: “El informe proporciona una actualización sobre la generación global de residuos y el coste de los residuos y su gestión desde 2018. El análisis utiliza evaluaciones del ciclo de vida para explorar lo que el mundo podría ganar o perder si continúa como hasta ahora, adoptando medidas intermedias o comprometiéndose plenamente. hacia sociedades con residuos cero y economía circular. El informe también evalúa tres escenarios potenciales de generación y gestión de residuos municipales, examinando sus impactos en la sociedad, el medio ambiente y la economía global. Además, presenta estrategias potenciales para la reducción de residuos y una mejor gestión, siguiendo la jerarquía de residuos, para tratar todos los materiales de desecho como recursos valiosos.”

El documento nos dice que se prevé que la generación de residuos sólidos municipales crecerá de 2.300 millones de toneladas en 2023 a 3.800 millones de toneladas en 2050. Además, se calcula que el coste de la gestión de dichos residuos en 202o fue de 252.000 millones de dólares. Si a estos les añadimos el coste oculto de la contaminación, implicaciones en la salud de las personas y su impacto en el cambio climático, el coste se dispara hasta los 361.000 millones de dólares. Además, el estudio estima que si no tomamos medidas urgentes, en 2050 este coste podría aumentar hasta los 640.300 millones de dólares. Son datos realmente alarmantes, más si cabe cuando miras el informe con detalle y ves que en el mundo se siguen generando muchos residuos que no son controlados, con todas las implicaciones que ello conlleva.  

Desde UNEA e ISWA nos dicen que se pueden tomar medidas de prevención y gestión de residuos para controlar la situación y que estas podrían frenar el crecimiento esperado en torno al 50%. Pero también nos dicen que un modelo de economía circular, en el que la generación de residuos y el crecimiento económico se disocian mediante la adopción de medidas para evitarlos, prácticas comerciales sostenibles y una gestión completa de los residuos, podría generar una ganancia neta de 108.500 millones de dólares al año.

Lógicamente, no sólo nos explican los beneficios de un modelo de economía circular, sino que nos recuerdan que la cantidad de residuos que se producen y si se convierten en contaminantes depende de tres factores:

· El diseño de los productos determina qué materiales y en qué cantidad se utilizan, así como si los productos pueden reutilizarse, repararse o reciclarse fácilmente al final de su vida útil. Lo que algunos llaman sustainability by design.

· Las decisiones de los ciudadanos sobre cómo compramos, utilizamos y desechamos productos y materiales, y si optamos por reducir, reutilizar, reparar y reciclar.

· La capacidad de los sistemas locales de gestión de residuos para recoger, clasificar y reciclar o eliminar residuos de forma segura, y la disponibilidad de sistemas de reutilización y recarga que prevengan los residuos.

Y sí. lo habéis leído bien, gestionando los residuos adecuadamente se podría generar una ganancia neta de más de 100 millones al año. La cuestión es que es muy importante que valoricemos los residuos (además de reducirlos al mínimo posible) y, si queremos evitar el peor escenario, es cada vez más urgente que lo hagamos ya.