Este verano, IBM llevó a cabo un particular cambio de cromos entre la división europea y la filial española. Por un lado, la que era presidenta de la compañía en nuestro país, Marta Martínez, asumió el cargo de nueva directora general de IBM Europa, Oriente Medio y África (EMEA). Sustituyendo a Martin Jetter, Martínez es la primera mujer en ocupar este cargo de enorme relevancia en las operaciones del 'Gigante Azul' a este lado del Atlántico.

Y en dirección opuesta, para cubrir su marcha, IBM decidió nombrar a presidente de IBM España, Portugal, Grecia e Israel a Horacio Morell Gálvez, hasta entonces vicepresidente de Soluciones Industriales y Desarrollo de Negocio a escala europea. 

Morell, licenciado en Económicas y Administración de Empresas por la Universidad San Pablo CEU, lleva cuatro lustros ligado a IBM, en diferentes etapas que le han posicionado como vicepresidente de Ventas, entre 2015 y 2019, y director de Servicios de Infraestructura, entre 2012 y 2015. Asimismo, lideró las relaciones con clientes del sector financiero en España.

Para conocer más sobre sus planes al frente del coloso tecnológico en nuestro país, en D+I hemos podido hablar con Horacio Morell. El directivo se muestra ilusionado con la explosión que está viviendo la nube híbrida, donde la compañía está bien posicionada tras la compra de Red Hat, y anticipa la llegada de nuevas tendencias como la computación cuántica o el blockchain.

Tras 20 años en IBM, en distintos puestos de responsabilidad, es un veterano de la casa. ¿Cómo ha cambiado la empresa en estas dos décadas desde su perspectiva? ¿Y la tecnología, en un tiempo que ha visto pasar tendencias como el cliente-servidor, la nube y ahora la inteligencia artificial o incluso los primeros conatos de la computación cuántica?

IBM ha experimentado una gran transformación, con el objetivo de construir las bases para una nueva era de la tecnología y de los negocios, impulsada por los datos, la nube y la inteligencia artificial.

Creemos que las organizaciones van a demandar un modelo de nube híbrida, porque es el único que puede aportar la plataforma integradora que necesitan, aunando la multiplicidad de nubes, datos y capacidades dispersas con que cuentan. Para ello, hemos reinventado el 50% de nuestro porfolio, para alinearnos con los segmentos de más valor de la industria. Por eso hemos adquirido Red Hat, para sentar las bases de la plataforma tecnológica híbrida y abierta que necesitan los clientes para avanzar en su transformación digital. En 2012 el negocio cloud representaba el 4% de toda nuestra facturación en el mundo y hoy ese porcentaje es del 30%, lo que nos sitúa entre los tres mayores proveedores cloud del sector.

Al mismo tiempo, vamos a ejecutar un spin-off para separar nuestro actual negocio de servicios gestionados de infraestructura y dar origen a una nueva compañía, que nacerá como líder destacado de su sector y que estará mejor preparada para responder a las dinámicas y necesidades específicas de los clientes en esa área de negocio.

Respecto a la evolución de la tecnología, creemos que estamos todavía en los comienzos de esta revolución tecnológica. Al final del camino estará lo que hemos llamado “empresa cognitiva”, una organización ágil, impulsada por los datos, guiada por el conocimiento sacado a la luz por la inteligencia artificial y construida para el cambio continuo sobre una plataforma de nube híbrida.

Tengo la sensación de que IBM siempre es una adelantada a su época: empezó a hablar de inteligencia artificial (comercial) antes que nadie en el sector y está volviendo a hacer lo mismo con la computación cuántica. ¿Tiene la misma sensación? ¿Os ayuda esto a situaros de forma clara en el mercado como pioneros? ¿Hasta qué punto cuesta convencer a los clientes cuando abordáis tecnologías que resultan tan lejanas para muchos de ellos?

La empresa tiene 109 años de historia y durante todo este tiempo, además de haber inventado tecnologías clave de esta industria, nos hemos centrado en ayudar a las empresas e instituciones a evolucionar y transformarse con cada nueva gran era de innovación tecnológica. Durante décadas, hemos creado tres grandes plataformas que perduran en el tiempo por el valor que siguen aportando a las organizaciones: el mainframe, el middleware y los servicios. Todo continua hoy. La nube híbrida es la cuarta plataforma, la que necesitan ahora nuestros clientes para acometer su transformación digital.

Fuimos pioneros en inteligencia artificial para empresas y hoy somos líderes, con más de 30.000 proyectos en organizaciones de todo el mundo. Hace ya cuatro años también fuimos los primeros en hacer accesible de manera abierta la computación cuántica a través de la nube y hoy existe ya una comunidad de más de 200.000 usuarios. Además, hemos creado una red, llamada Q Network, en la que trabajamos junto a empresas, universidades y centros de investigación líderes para avanzar en el desarrollo de la computación cuántica. En España, el CSIC y la Universidad Autónoma de Madrid forman parte de esa red.

Hay ahora mucho debate ético en torno al uso de la tecnología e IBM os habéis posicionado, también en nuestro país, como actores clave para definir las reglas del juego, por ejemplo en la IA. ¿Cuáles deberían ser esos estándares a seguir? ¿Cómo estáis encarando este tema desde la compañía?

La ética y la confianza deben estar incluidas a lo largo de todo el ciclo de vida de cualquier solución de IA. La mejor estructura de gobernanza de la inteligencia artificial debería guiarse por tres pilares, como son la validación previa con pruebas que determinen si existen sesgos, sobre todo en las aplicaciones de alto riesgo, establecer una responsabilidad proporcional al perfil de riesgo de la aplicación y en tercer lugar actuar con transparencia, explicando dónde se utilizará la tecnología, cómo ha sido entrenado el sistema, cómo se usa y por qué entrega ciertos resultados o sugerencias de acción.

Desde IBM desarrollamos nuestra IA a partir de un marco y principios éticos donde destacan la transparencia y la explicabilidad para que no haya cajas negras sino que, al revés, haya claridad sobre los datos que se han utilizado y cómo la IA ha llegado a esa conclusión. Por otro lado, formamos parte del grupo de expertos de la UE que han creado la lista ALTAI de recomendaciones y de otros organismos internacionales. 

Y, desde el punto de vista tecnológico, tenemos sistemas y software que ayudan a detectar y mitigar automáticamente los sesgos no deseados, como, por ejemplo, Watson OpenScale. Por supuesto, colaboramos intensamente con terceros, como la inversión de 20 millones de dólares que hemos realizado para crear un laboratorio de Ética Tecnológica conjunto con la universidad de Notre Dame.

Regresando a un terreno más inmediato, estamos inmersos en la migración a la nube. En su discurso del Think Digital 2020 apelaba al cloud híbrido como ese puente entre sistemas legacy y los nuevos entornos para facilitar ese paso de las cargas más críticas que siguen estando en los entornos on-premise. ¿Está calando ese mensaje? ¿Cómo ve a la empresa española en ese sentido?

El mercado de cloud híbrido en el mundo supone una oportunidad de negocio de alrededor de un billón de dólares. En todo el mundo hay ya más de 2.000 empresas utilizando las soluciones de “contenerización” de aplicaciones de Red Hat e IBM. Hay estudios que demuestran que la nube híbrida aporta a una empresa dos veces y media más valor que un modelo que utilice nube pública únicamente.

Desde ya antes del comienzo de la pandemia hemos visto un mayor interés y acercamiento de las empresas españolas hacia este modelo de tecnología, con ejemplos tan importantes como los de CaixaBank, Banco Sabadell o Naturgy. A medida que las empresas necesitan profundizar en su digitalización e incorporar capacidades más maduras y más amplias de IA, blockchain, automatización, edge computing o 5G, la nube híbrida abierta se confirma como la evolución natural del modelo tecnológico.

Hablaba en un reciente artículo de que IBM, el Gigante Azul, cada vez se tiñe más de "rojo" Red Hat, no sólo a nivel organizativo, sino también tecnológico y de apuesta por el open source. ¿Cómo está siendo esa simbiosis entre ambas casas?

Unir nuestras fuerzas a Red Hat es sin duda un punto de inflexión. Estamos comprometidos con hacer que Red Hat OpenShift sea la opción por defecto, de la misma manera que Red Hat Enterprise Linux es el sistema operativo por defecto. Con ellos, hemos transformado todo nuestro porfolio de software para ser nativo en la nube y lo hemos optimizado para ejecutarse en este entorno. Esta tecnología hace que las empresas puedan crear aplicaciones de misión crítica una única vez y ejecutarlas en las principales nubes públicas, incluyendo la nuestra, y nubes privadas. Es el pegamento del modelo tecnológico que necesita este nuevo momento del proceso de digitalización.

El modelo abierto significa, además, más flexibilidad, más opciones y evitar la dependencia de nubes propietarias. Juntas, IBM y Red Hat ayudaremos a que Linux, contenedores y Kubernetes sean el nuevo estándar abierto, el hilo que une todas las nubes públicas o privadas. Los clientes están viendo que esta transformación les aporta valor. Por ejemplo, en los últimos resultados los ingresos de Red Hat crecieron un 17%, impulsando las ventas del segmento Cloud & Platforms un 20%.

Uno de los grandes frenos a la hora de innovar de muchas empresas es la dificultad de romper barreras y compartimentos estancos que han ido heredando. ¿Cómo veis este problema/desafío desde IBM?

Uno de los grandes problemas que tienen las empresas para innovar es su inadecuada arquitectura tecnológica, que no es capaz de romper los silos y que tiende, además, a una complejidad creciente. Hoy en día solo el 20% de las cargas de trabajo de las empresas está en la nube y la razón es esa. No disponen de una arquitectura tecnología que sea capaz de orquestar y unir de forma óptima la variedad de entornos tecnológicos que conviven en una empresa, desde sus centros de datos, las diferentes nubes públicas de varios proveedores con su propia nube privada e incluso el edge.

Esa incapacidad les impide o retrasa la innovación, genera costes añadidos, aumenta el “time to market”, dificulta la gestión de los datos, incluso su seguridad… Para que se pueda realizar esa combinación de entornos, donde los datos y las aplicaciones fluyan de forma segura y respetando las cuestiones regulatorias se necesitan tecnologías abiertas de nube híbrida.

Colaboración y ciberseguridad son dos parcelas no tan conocidas del negocio de IBM, pero en las que también sois actores fuertes y, además, son de las que más están creciendo ahora mismo. ¿Cuál es su percepción al respecto? ¿Cuánto tiene que ver la pandemia de la COVID-19 en este auge?

IBM ha sido un líder en ciberseguridad empresarial desde hace muchos años. Ayudamos al 95% de las empresas de la lista Fortune Global 500 y gestionamos 70.000 millones de incidentes diarios. Somos un player muy fuerte en esta área y con una visión integral del reto que implica para las organizaciones. Contamos con soluciones como la plataforma Cloud Pak para seguridad, diseñada para resolver uno de los principales desafíos de las empresas: conectar las diferentes herramientas de seguridad y tener una visibilidad completa de lo que ocurre en términos de seguridad.

En cuanto a la pandemia, hemos visto un incremento notable de los ataques, principalmente, tratando de aprovecharse del fenómeno del teletrabajo. La pandemia ha servido para que las empresas se hayan concienciado más de su vulnerabilidad y estén mejor preparadas para combatir esta lacra.

¿Cuál es la importancia de España para IBM? ¿Cuáles son las prioridades o líneas estratégicas que se ha marcado como líder en nuestro país -entre todos los que gestionas-?

España siempre ha sido un país estratégico para nosotros. No olvides que los headquarters de Europa están aquí en Madrid. Es un país muy valorado que ha demostrado que el negocio puede crecer de forma progresiva y el talento español está muy reconocido también. Contamos, por ejemplo, con ochos centros de innovación tecnológica distribuidos por toda España, que, con un fuerte arraigo en el entorno universitario e innovador local, aporta soluciones y servicios de alta especialización. Las líneas estratégicas que hemos marcado se centran en ayudar al máximo a que las empresas, las instituciones y la sociedad española puedan acelerar y profundizar en su digitalización.

Eso se traduce en una apuesta absoluta por la nube híbrida y la inteligencia artificial, el impulso a nuestro ecosistema de socios y colaboradores y seguir contribuyendo al desarrollo en nuestro país de tecnologías futuras clave como la computación cuántica.

Además, tenemos el compromiso de contribuir activamente a crear una sociedad digital ética e inclusiva, con una atención especial al reto educativo. A lo largo de los últimos meses, hemos lanzado en España plataformas gratuitas de educación en competencias digitales como Open P-Tech, dirigida a centros educativos de secundaria, bachillerato y FP, o SkillsBuild, para personas en búsqueda activa de empleo.

IBM está inmersa en un proceso de reestructuración hacia las líneas de negocio más estratégicas que implica la desinversión en las parcelas más clásicas. ¿Cómo va a afectar esto a los actuales clientes de estas soluciones? ¿Y en el mercado español en concreto?

IBM ha avanzado a través de diversas transformaciones a lo largo de su historia, en la búsqueda de los espacios de más valor para los clientes. En 2013 comenzamos la transformación en la que estamos hoy, que se ha acelerado por la fuerte adopción de Red Hat en el mercado, que nos sitúa en la posición idónea para liderar el negocio de la nube híbrida y de la IA.

Todas esas dinámicas y nuestras decisiones estratégicas se toman con el propósito de dar el mejor soporte a nuestros clientes en su viaje de transformación digital. Nuestro foco va a ser absoluto. Estamos reinvirtiendo en nuestro negocio. Continuamos haciendo inversiones significativas en educación y desarrollo de habilidades para cumplir mejor con las necesidades de los clientes.

Saquemos la bola de cristal... Dentro de cinco o diez años, ¿dónde se ve personalmente, dada su trayectoria y la progresión que muchos españoles han obtenido a nivel internacional dentro de IBM?

Me veo en algo que siempre me ha gustado, la interacción con los clientes. No me importa tanto que sea a nivel global o local, siempre que pueda seguir ayudando a los clientes y, confío, aportándoles valor. Por supuesto, me veo trabajando con el fantástico equipo de esta casa.

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