Sala de acústica de la Unidad de Evaluación Acústico-Auditiva (UNAV) en el instituto de Neurociencias de Castilla y León.

Sala de acústica de la Unidad de Evaluación Acústico-Auditiva (UNAV) en el instituto de Neurociencias de Castilla y León.

Investigación

La sala del futuro con el sonido más limpio del mundo para mejorar la calidad de vida de las personas sordas

Un anillo de 24 altavoces permite a los investigadores del Instituto de Neurociencia de Castilla y León reproducir entornos de ruido y reverberación reales. 

14 septiembre, 2022 01:03

El oído es uno de los cinco sentidos con los que los humanos percibimos el mundo que nos rodea. A través de él escuchamos los sonidos y somos capaces de comunicarnos usando el lenguaje hablado. Quienes carecen de él, total o parcialmente, recurren a implantes cocleares o audífonos que reducen sus problemas de audición. Sistemas que funcionan aceptablemente bien siempre que en el ambiente no haya ruido ni reverberación. En caso contrario, la capacidad para comprender el habla disminuye considerablemente.

Para analizar con precisión los problemas de audición de estas personas, así como el rendimiento de dispositivos que les ayudan a salvar estas dificultades y mejorar su calidad de vida, la facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca (USAL) ha creado la Unidad de Evaluación Acústico-Auditiva (UNEVA), en el Instituto de Neurociencias de Castilla y León (INCYL).

“Antes de disponer de esta nueva unidad, sólo podíamos evaluar el impacto del ruido y la de reverberación sobre la audición humana mediante simulaciones. Gracias a la unidad, ahora podremos conocer de forma más precisa las dificultades de las personas sordas e hipoacúsicas para comunicarse en entornos ruidosos y reverberantes”, explica a D+I el catedrático de otorrinolaringología de la USAL, Enrique López Poveda, y director de la UNEVA.

Enrique López Poveda, director de la UNEVA.

Enrique López Poveda, director de la UNEVA.

Sala pionera

Lo que hace única a esta unidad es su sala de acústica. Con unas dimensiones de 565 x 420 x 305 cm, está completamente insonorizada y dispone de un sistema de ventilación forzada y silenciosa. En su interior, cuenta con unos paneles que pueden estar plegados o desplegados. “Gracias a ellos, la reverberación es ajustable entre 0,2 y 1,2 segundos”, concreta López Poveda.

“Las cabinas insonorizadas son bastante comunes. Sin embargo, los niveles de insonorización, sus dimensiones y la posibilidad de variar la reverberación en su interior hacen que la nuestra sea especial”, añade el catedrático, quien afirma que sólo conoce otra parecida en la Universidad de Oldenburg (Alemania). “Además, es más versátil porque está apantallada electromagnéticamente en todo su perímetro (jaula de Faraday) para facilitar la realización de electroencefalografía auditiva experimental”.

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La sala cuenta con un anillo formado por 24 altavoces. Todos ellos del modelo 8020D, de Genelec, diseñado para la monitorización en entornos de difícil audición, especialmente en aquellos en los que se carece de espacio. Están dispuestos en un círculo de tres metros de diámetro que permiten recrear situaciones de escucha con hasta 24 fuentes de audio. Al anillo se podrían añadir más altavoces e incluso colocarlos en forma de esfera para realizar experimentos de localización de sonido.

 “La idea es que el participante se siente en la silla, y apoye o no la barbilla en un soporte especial”, detalla López Poveda. “También hay un micrófono porque una prueba típica consiste en reproducir una frase, una palabra o una conversación en presencia de otras frases, palabras o ruido procedentes de otros altavoces. Se pueden manipular más las condiciones de audición abriendo o cerrando los paneles acústicos de la sala”.

Información auditiva y visual

La instalación permite evaluar la audición de personas que sufren patologías en diferentes condiciones -por sí sola, ­con audífonos o con implantes-, y resulta imprescindible para testar el rendimiento de estos dispositivos y demostrar que aportan algo.

“También incluye iluminación LED graduable, que es imprescindible para analizar el esfuerzo de escucha mediante dilatación de la pupila ocular; y un maniquí acústico de alta frecuencia para medir el sonido que registrarían los tímpanos de una persona en la sala. En conjunto, me atrevería a decir que UNEVA es única en nuestro país y no creo que haya muchas como ella en el mundo”, asegura López Poveda.

Pruebas con equipo de realidad virtual.

Pruebas con equipo de realidad virtual.

El investigador señala durante la entrevista con este medio que la comunicación verbal no es sólo cuestión de escuchar sonidos. “Mientras hablamos, estamos leyendo los labios de nuestros interlocutores, o atendiendo a otras fuentes de información visual. Algunas veces, esta información visual puede ayudarnos a mantener una conversación, mientras que otras pueden dificultarlo”.

El equipamiento disponible en UNEVA va a permitir a los investigadores analizar cómo se integra la información visual y auditiva o cómo se representan los sonidos en el cerebro del oyente mientras se mantiene una conversación. “También nos va a facilitar analizar objetivamente cuánto esfuerzo le supone a una persona comprender una conversación en diferentes ambientes sonoros de escucha (con y sin ruido, con y sin reverberación), tanto si tiene audición normal como si sufre problemas auditivos”, afirma el catedrático.

Valoración de dispositivos de escucha

UNEVA, financiada por el programa INFRARED de la Junta de Castilla y León, está disponible para organismos de investigación, empresas e instituciones públicas y privadas. De momento, en sus instalaciones ya han puesto en marcha dos proyectos.

Uno de ellos consiste en evaluar una nueva tecnología para implantes cocleares. “En concreto, queremos demostrar que, en ambientes ruidosos, los implantes cocleares o los audífonos cuyo funcionamiento está inspirado en el de dos oídos sanos proporcionan mejor inteligibilidad que los implantes o audífonos convencionales”, apunta López Poveda.

Se trata de un desarrollo ya patentado en la que llevan trabajando nueve años y que esperan que se incorpore a dispositivos comerciales en poco tiempo. Hasta ahora, las situaciones de escucha a las que lo sometían eran simuladas. Gracias a UNEVA pueden experimentar con situaciones reales.

El segundo proyecto tiene como objetivo desarrollar una herramienta para valorar el rendimiento de los dispositivos de ayuda a la audición en cualquier hospital o clínica. “Los pacientes no saben si su implante funciona todo lo bien que debería, y los fabricantes quieren saber si sus dispositivos se están implantando y programando de forma correcta. Sobre todo, en países en vías de desarrollo”, explica el catedrático.

Para ello, en UNEVA ya están trabajando un sistema estandarizado para evaluar el rendimiento de los implantes cocleares y obtener valores de referencia en diferentes ambientes de escucha.