Instalaciones de The Collider , el centro de 'producción asistida' de startups con sede en Barcelona.

Instalaciones de The Collider , el centro de 'producción asistida' de startups con sede en Barcelona.

Aceleradoras

The Collider; más que una incubadora, un centro de 'producción asistida' para startups

New Ares, All Read y The Predictive, ejemplos de cómo la iniciativa de MWCapital 'casa' a creadores de tecnología con emprendedores.

21 septiembre, 2022 02:14

Todavía con los últimos calores de septiembre, los cuatro integrantes de un proyecto que aspira a llamarse New Ares, cuando llegue a convertirse en startup, mantienen una videoconferencia coral con un posible futuro cliente.

Si todo sale bien, la nueva empresa nacerá el año que viene. Está en fase de gestación. "Esperamos constituirnos [la empresa] en febrero o marzo", dice Ferrán Soldevilla, que en gran parte lleva la voz cantante durante la conversación con D+I, como "representante institucional del centro tecnológico Eurecat", que aporta la investigación.

Las cuatro personas que forman el grupo apenas llevan un par de semanas trabajando juntas. No se conocían de antes, salvo Soldevilla y Julio Díaz, también de Eurecat, y están aprendiendo a coordinar sus tareas y roles en el equipo.

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La reunión tiene lugar en Barcelona, en la sede de The Collider, un edificio relativamente nuevo (aunque ya tiene sus años) junto al puerto deportivo, en lo que un día fue la barriada arrabalera y playera de La Barceloneta, radicalmente reconvertida ante los Juegos Olímpicos del 92.

The Collider es un programa, explica su director Oscar Sala, de la Fundación Mobile World Capital (MWCapital) Barcelona, surgida hace ya 10 años con la idea de extender "365 días al año" el poderoso tirón del Mobile World Congress, que durante tres días al año convierte a la Ciudad Condal en capital mundial de la tecnología de comunicaciones.

Un resucitador autónomo

En ese contexto, en un ambiente tipo coworking, los futuros fundadores de la startup que espera funcionar con el nombre de New Ares se encuentran un par de veces por semana, para distribuirse las tareas, revisarlas ("tenemos que preparar unos entregables cada semana") e ir afinando el proyecto.

Cada cual va perfilando su misión. Julio Díaz será el CTO; Miguel Ángel Torres, el COO; y Xavier Castells es "el candidato a CEO". Bueno, en realidad, ahora mismo todo son candidaturas.

New Ares aspira a nacer a partir del prototipo que ya existe, "un producto mínimo viable", de un dispositivo "resucitador autónomo". La idea surgió en Eurecat durante la pandemia, después de que en la Seat se pusieron a improvisar, con motores de limpiaparabrisas, respiradores para las UCIs.

En este caso se trata de un artefacto portátil que, ante un paro cardiorrespiratorio, "insufla aire y oxígeno, como el típico boca a boca, de manera automatizada".

Soldevilla explica que ya "existen equipos para hacer esto, muy manuales, con una bolsa de aire que vas presionando" rítmicamente. Es una tarea que requiere la dedicación de una persona activando el bombeo, al tiempo que otra practica el masaje cardiaco. "Con una mano hay que sujetar la máscara [sobre nariz y boca del paciente], mientras con la otra se aprieta la bolsa".

Acoplando la máscara de manera fija, según unas instrucciones sencillas, y automatizando el bombeo sólo hará falta el esfuerzo de una persona para aplicar el masaje. "Las resucitaciones a veces son muy largas, fatigosas, tienen que coordinarse los dos…".

Hoja de ruta

En cuanto a la startup, que será un spin-off de Eurecat, "estamos en la fase dos", señala Soldevilla, "trabajando en el plan de negocio, en la validación del proyecto". La primera fase fue, dentro de Eurecat, convencer a "un tribunal" de la oportunidad de la idea.

Los pasos siguen una rigurosa normativa y la hoja de ruta establecida por The Collider para sus startups en fase embrionaria.

The Collider es incubadora y aceleradora, pero también se sitúa un paso antes, en la gestación. Es un centro de producción asistida de startups. Sus especialistas buscan ADNs compatibles, para mezclar los cromosomas de la ciencia y la tecnología con los del emprendimiento y capacidad de gestión, y así engendrar y alumbrar nuevas compañías capaces de convertir una investigación en un producto de mercado.

La tecnología que quieren llevar al mercado desde New Ares está protegida por una patente de Eurecat, que se implicará tomando una participación de la futura sociedad, y esta pagará una licencia de uso.

Emprendedores en las instalaciones de The Collider.

Emprendedores en las instalaciones de The Collider.

Su tercera fase será constituir la empresa. "Nosotros somos científicos, no somos gente de empresa", añade Soldevilla, como motivación para buscar el amparo de The Collider en la formación del "resto del equipo" y acceso a ciertos recursos, incluida ayuda inversora.

Ahora están en ese momento en el que deben conocerse, en el que los emprendedores que aportan la visión empresarial "conocen la tecnología y se enamoran de ella", dice Ona Estapé, factótum en la búsqueda de compatibilidades para ese proceso germinal.

Un club de primeras citas

Luego, si el "match-making" de las personas realmente ha funcionado para New Ares, tendrán por delante el proceso de validar su dispositivo como un "medical device", lo que supone gestiones muy específicas ante la Agencia Española del Medicamento.

Y después, empezar a mejorar el dispositivo, ver su posible integración con IoT, para añadirle funciones inteligentes. Identificar a los clientes, "que en principio serían emergencias médicas, ambulancias, etcétera, pero a medida que madura el proyecto vamos viendo otros casos de uso…", desgrana Soldevilla.

El motivo por el cual la ciencia y el mercado están desconectados es, principalmente, porque hablan idiomas diferentes

Oscar Sala, director de The Collider

Oscar Sala asume con humor la pregunta de si es que en The Collider han creado un Tinder del emprendimiento y sigue la broma corrigiéndola: "No, es más bien un first dates lo que hacemos".

"El motivo por el cual la ciencia y el mercado están desconectados es, principalmente, porque hablan idiomas diferentes. El mercado necesita algo muy práctico, algo que enchufas y genera resultados. El científico piensa en ciencia, no en el mercado…", sentencia. 

Puede ser, incluso, que los intérpretes sean literalmente hablantes de lenguas distintas. Según Estapé, las candidaturas para participar como emprendedor en este gran baile les llegan "de todo el mundo".

"En esta edición -añade- hay uno o dos españoles y todos los demás son internacionales. Lo que ofrecemos es un caramelo: la oportunidad de acceder a proyectos tecnológicos que tienen toda nuestra confianza".

Inteligencia sin añadir sensores

Se trata de una "selección de talento artesanal", que requiere cierto "olfato", contando con mentores y hasta con psicólogos, para acompasar los avances.

Esa parte de la acción de The Collider consiste exactamente en reunir a las personas y formar un equipo que funcione, "no solo a nivel de negocio, sino también a nivel emocional, de encaje. Estos científicos necesitan líderes de negocio que se ganen su confianza, a los cuales les van a ceder su bebé, un proyecto en el que llevan trabajando muchísimos años", remacha Estapé.

La manera en que se crean startups en The Collider tiene otros casos que contar.

Miguel Silva, cofundador de Allread, una startup nacida en 2019, relata cómo su sistema de visión computerizada y tratamiento con deep learning va ganando posiciones en la gestión logística. Su tecnología nació en el Centro de Visión por Computador de Cataluña, que es socio de la empresa.

"Estamos en el puerto de Barcelona, en el de Algeciras, en el de Bilbao… En todos los principales y también fuera de España, en Italia, en Portugal…", detalla Silva. Su listado de clientes y partners incluye logística, medios de transporte y muchas grandes empresas. 

Se trata de un sistema que utiliza cualquier tipo de cámara disponible para leer códigos y controlar el tráfico de contenedores o matrículas de vehículos, sin tener que añadir una infraestructura específica. Funciona como Software as a Service en la nube u On Premise.

Para The Collider, Allread es ya un claro caso de éxito, que se sigue alojando su sede social.

"Al principio pensábamos sacar los datos de fotografías, pero luego vimos que podíamos hacerlo mejor con objetos en movimiento. Podemos leer códigos en trenes en marcha…", afirma Silva.

Control inteligente de termostatos

Otra historia diferente es la que cuenta Alonzo Romero Lauro, cofundador y CEO de The Predictive Company, un spinoff de la Politécnica de Cataluña, que también nació en 2019.

En su caso, la pandemia fue un mal enemigo porque su tecnología se dedica a gestionar temperaturas en centros públicos y de trabajo, "dotando de inteligencia a los termostatos de edificios no residenciales".

"Fue un momento muy duro", dice, cuando empezaron a recibir llamadas cancelando los primeros pilotos que iban a lanzar en 2020.

Su tecnología, como la de Allread, tampoco requiere desplegar sensores específicos. "Pero si los hay, podemos aprovechar la información que nos den, para saber, por ejemplo, cuándo y en qué espacios del edificio hay personas", advierte.

Romero explica que utilizan un algoritmo para redes neuronales, tomando en consideración la temperatura interna y también la externa del edificio, junto con las predicciones meteorológicas, "horas de sol, viento, humedad, que son datos que podemos obtener". Todo se conjuga en la nube.

"Hacemos un gemelo digital del edificio y una predicción a futuro de su necesidad energética", detalla. "Gracias a esta tecnología se puede ahorrar hasta un 40% en la gestión de calor y frío de los edificios. Esto conlleva también una reducción de emisiones, un mejor confort para la gente que está dentro y más vida para la maquinaria, porque se usa sólo cuando realmente se necesita".

Es una alternativa de mejora clara frente a las opciones actuales del facility manager, que puede, o bien programar horas concretas de encendido y apagado, o mantener un control manual de la instalación.

The Predictive asegura que su control inteligente puede modular las necesidades en tiempo real, según las variables. Mientras, su CEO se sienta a solas en una mesa del coworking, con el resto del equipo desparramado en teletrabajo, pensando en otras posibles aplicaciones de su tecnología y con la mirada fija en el concepto Smart Cities.

Iniciativa de España

Oscar Sala señala con insistencia que la actividad de la Fundación MWCapital responde a su vocación de tener efecto en toda España, como una actividad público-privada para conseguir la "transferencia de tecnología" de los centros de investigación al mercado.

De hecho, al MWC Las Vegas, en los últimos días de septiembre, se lleva a 16 startups, de las cuales la mitad son catalanas (algo pesará la presencia de instituciones autonómicas y locales en el patronato de la fundación); otras seis son madrileñas; una andaluza; y la otra, extremeña.

Además, Sala habla a escala europea, con contactos directos con la propia CE: "Esta es una iniciativa que lo que pretende, primero de todo, es ayudar a transformar la esencia científica europea, empezando por España. Que la industria, en vez de contratar la ciencia en China o Estados Unidos, construya con ciencia europea".

"Si combinamos los dos mundos, las posibilidades de la tecnología y las necesidades del negocio, cocreando juntos, las soluciones serían completamente diferentes", concluye el director de The Collider.