Recreación de lo que sería el 'hub' innovador en la antigua aduana de Irún.

Recreación de lo que sería el 'hub' innovador en la antigua aduana de Irún.

País Vasco - Euskadi

Irún: de histórica frontera de mercancías a intercambiar conocimiento e innovación entre España y Francia

Así es el proyecto Vía Irún, que remodelará el espacio fronterizo de la sexta ciudad del País Vasco para desarrollar, entre otros planes, un 'pasillo' de transferencia de conocimiento conectado con Francia.

23 febrero, 2023 03:59

Todos los proyectos de nueva creación desarrollados en torno a la innovación son estratégicos. Todos buscan generar economía, favorecer la transferencia de conocimiento entre empresas, administraciones públicas, facilitadores de tecnología y sociedad. Desde ese punto de vista, nada sería novedoso en el proyecto de Distrito Urbano Innovador de Irún (País Vasco).

Quizá lo que diferencie a este plan de otros desarrollos sea el hecho de que está ubicado en un paso transfronterizo, concretamente, en el entorno de la antigua aduana que marca el paso entre nuestro país y Francia.

Y eso, lógicamente, hace que su cariz estratégico se multiplique. Cuando este distrito esté concluido se convertirá en un auténtico pasillo por el que fluirá el conocimiento de forma bidireccional.

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"Es la mayor revolución social y económica que ha vivido Irún desde su ensanche a finales del S.XIX", explican orgullosos desde el Ayuntamiento de la sexta ciudad en número de habitantes en el País Vasco.

Conviene resaltar que Distrito Urbano Innovador no es un fin en sí mismo, sino que forma parte de un plan aún más ambicioso, Vía Irún, que nace de la necesidad de convertir esta zona fronteriza, en la que además de una antigua aduana está la estación de tren, es un nuevo referente económico y social.

Lo que está claro es que, dentro de este proceso transformador de ciudad, la innovación y la transferencia de conocimiento son clave.

Desde el consistorio explican que "el ámbito ferroviario es el espacio ocupado en el entorno de la aduana, que ha cumplido una función muy importante en el desarrollo de la ciudad, la economía y la sociedad irunesa y que, sin embargo, ha entrado en un proceso de obsolescencia y abandono".

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En este contexto, "la oportunidad para la ciudad consiste en integrar ahora este lugar y vincular su planificación urbanística con la reflexión sobre un entorno amplio, que está ya en un proceso de cambios y que debe beneficiarse de este impulso renovador".

Así, el Ayuntamiento ha hecho un análisis sobre las actividades económicas y dotacionales que pueden implantarse en este nodo de centralidad y la forma en la que procesos similares están regenerando las ciudades europeas.

Europeas y españolas. Como ejemplo, podemos citar iniciativas como la Milla del Conocimiento de Gijón y el futuro Barrio de la Innovación de Oviedo -ambas en Asturias- que son ejemplos de ecosistemas socioeconómicos innovadores similares al que pretende levantar ahora Irún.

En la línea de estos barrios, también existen ya casi en todas las regiones y en muchas de las ciudades importantes ecosistemas innovadores como Parques Tecnológicos o hubs específicos, que hacen que los lugares donde se trabaja por y para la innovación estén muy localizados.

Pero volvamos a Irún. El año ha comenzado con grandes noticias para este futuro ecosistema de innovación.

El alcalde, José Antonio Santano, ha confirmado recientemente la adquisición, por parte del Ayuntamiento, de la parcela que alberga el edificio de esa antigua aduana a la que hacíamos referencia.

La parcela y el inmueble, clave en el desarrollo del Distrito Urbano Innovador del espacio ferroviario, pasa así de manos del Estado al Ayuntamiento "abriendo de par en par un nuevo hito en la ciudad y, más concretamente, en esta zona".

Este anuncio llega después de que a finales de 2022 ADIF adjudicara el proyecto de la nueva estación internacional, "cuyas obras empezarán muy pronto".

Formación y emprendimiento

Ahora, este edificio de la antigua aduana, que debe ser rehabilitado, se convertirá en un "equipamiento público de primer orden dedicado a la formación, el emprendimiento, incubadora de empresas… en definitiva, en un polo de innovación en la ciudad".

En detalle, el Ayuntamiento adquirirá al Estado la parcela -de más de 9.000 metros cuadrados- por 1,6 millones de euros. El siguiente paso será encargar el proyecto de restauración, para el que se cuenta con 5 millones de euros, fruto de una subvención concedida por el departamento de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes del gobierno vasco.

El proyecto, según fuentes municipales, tiene como objetivo que la antigua aduana se convierta en el centro de la estrategia para generar el Distrito Urbano Innovador, diseñado bajo las premisas de innovación, cohesión económica y social, transformación digital y ecológica.

Será el equipamiento público que físicamente habilite espacios de confluencia entre la ciudadanía, las instituciones públicas, los agentes del conocimiento, agentes tecnológicos y empresas privadas con procesos de mentoría para la "regeneración integral de esta zona limítrofe con los barrios de Pio XII y Belaskoenea, y apoyar la ideación-diseño-implementación de servicios y startups de alto valor añadido para explotar las oportunidades de mayor potencial".

El patrimonio a rehabilitar cuenta aproximadamente con 2.100 metros cuadrados en el edificio cabecera y 5.000 metros cuadrados en las antiguas naves.

Este equipamiento será el motor público de un Distrito Urbano Innovador, que se prevé viabilice la regeneración urbana integral del área, con 34.850 metros cuadrados destinados a actividad económica, 25.400 metros cuadrados a vivienda libre y social y más de 25.000 metros cuadrados de parques.

El edificio se construyó en el año 1882. Fue destinado a albergar los usos de almacén y oficinas de la Aduana en planta baja y vivienda en planta primera y bajo-cubierta. A finales del XIX estaban de moda dos tipologías de estación de tren: la estación disimulada por una fachada-palacio para las oficinas administrativas (de origen inglés) y la estación visible (de origen francés), que muestra la forma y el destino de la construcción.