Uno de los enclaves más característicos de San Sebastián, en el País Vasco. FOTO: Pixabay.

Uno de los enclaves más característicos de San Sebastián, en el País Vasco. FOTO: Pixabay.

País Vasco - Euskadi

La agenda de la I+D+i para 2030: el gobierno vasco se 'obliga' a duplicar su inversión

Así es el Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación 2030, en el que la región líder en disrupción se marca objetivos económicos ambiciosos tanto desde lo público como desde lo privado tras cumplir al 88% los del plan 2014-2020.

11 junio, 2021 02:05

Noticias relacionadas

Lo publicaba D+I hace unos días. El gobierno del País Vasco fue el más comprometido con la I+D+i en un año tan complicado como el de 2020. Hasta el 42% de la inversión pública que se dedica a sectores económicos (y eso incluye infraestructuras, comercio, turismo, energía, transporte o agricultura) va a parar a la disrupción.

Y eso supone un impacto cuatro veces mayor que el que tiene este sector en la media del resto de comunidades autónomas.

Decir, pues, que para el País Vasco, la I+D+i es una prioridad es como decir una obviedad. La clave es saber, por un lado, si las distancias con el resto de regiones se van a poder acortar y, por otro lado, si el ecosistema disruptor vasco en colaboración con la administración pública serán capaces de mantener el ritmo.

Para la primera clave solo hace falta esperar para ver si otros gobiernos autonómicos cuyo impulso a la I+D+i está muy por debajo de las expectativas se ponen las pilas. Para la segunda, la respuesta es más que evidente.

Y lo es porque el gobierno vasco maneja un documento, el 'Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación 2030' (en adelante, PCTI  2030) que fija retos, objetivos y planes económicos de todo tipo para seguir creciendo.

Este informe, al que ha tenido acceso D+I, pretende hacer crecer la I+D+i vasca desde los aspectos mejorables de la estrategia anterior -finalizada en 2020-.

 Y es precisamente en ese espíritu crítico en lo que se fundamenta la garantía de que el sector va a seguir creciendo durante la próxima década.

Un espíritu crítico que no está exento de cifras concretas mirando al futuro. Este PCTI 2030 'obliga' al gobierno vasco y al Estado a casi duplicar la inversión pública en I+D+i (hasta los 870 millones en el primer caso y hasta los 116 millones en el segundo); y sugiere a la iniciativa privada pasar de 759 millones dedicados a la disrupción a los 1.100 millones. 

Estos son los mimbres de una estrategia que parte desde el análisis de los resultados del PCTI del periodo 2014-2020.

Análisis de la estrategia anterior

El PCTI 2030 es la continuación del PCTI 2020. Como tal, parece lógico pensar que se haya realizado un análisis previo de las conclusiones de la anterior estrategia poniendo el foco, sobre todo, en los aspectos a mejorar.

Según indica el estudio, el PCTI Euskadi 2020 necesitaba de una importante dotación de recursos financieros, tanto de naturaleza pública como privada, para poder alcanzar los objetivos marcados.

La estimación inicial del Plan implicaba disponer, a lo largo del periodo 2014-2020, de más de 11.000 millones de euros para su inversión público-privada en actividades de investigación y desarrollo tecnológico (I+D).

Pues bien, teniendo en cuenta la última información publicada por Eustat, la inversión real en I+D en Euskadi durante el periodo 2014-2019 ha sido de 8.122 millones de euros. 

El grado de cumplimiento es elevadísimo (un 88%, y de un 97% si nos referimos únicamente a las aportaciones públicas previstas) y el objetivo debe ser, como mínimo, igualar esos porcentajes. Ese sería, pues, el primer reto.

El segundo reto no tarda en aparecer. De cara a la próxima estrategia conviene mejorar algunos indicadores que se han quedado en niveles de desarrollo escasos.

El informe destaca la necesidad de potenciar la investigación fundamental y la experimentación; la necesidad de incrementar el número de patentes solicitadas; y la necesidad de aumentar el porcentaje de empresas innovadoras de más de 10 empleados.

Hay un tercer reto derivado de los aspectos a mejorar del PCTI 2020: el papel de la mujer en el ecosistema de la I+D+i vasca.

El informe reseña que "en Euskadi la presencia de la mujer entre el personal investigador alcanzó el 36,8% en el año 2019, un valor superior a la media europea, según muestran las últimas estadísticas disponibles".

A pesar de ello, se considera que "todavía existe un amplio recorrido de mejora en el impulso de la mujer en la ciencia y la tecnología, sobre todo en el ámbito empresarial, ya que sólo el 27,2% de las personas dedicadas a actividades de I+D es mujer".

PCTI 2030: cinco políticas y cuatro pilares

Con esta base, con todo tipo de datos económicos y sociales y con la colaboración de empresas e instituciones se ha elaborado el PCTI 2030 del gobierno vasco. Una estrategia basada en cinco políticas, cuatro pilares y cuatro objetivos.

Las cinco políticas se diseñarán en base a otros tantos planes estratégicos que tienen que ver con el desarrollo económico y el empleo (que incluye un plan de emprendimiento, entre otras cuestiones), la salud (con una gran importancia concedida al e-health), la educación, la energía y el medio ambiente y, por último, la gobernanza (que incluye procesos de digitalización de la administración). 

Descender un escalón nos lleva a tres pilares fundamentales: la excelencia científica, el liderazgo tecnológico industrial y la innovación abierta.

Respecto a la excelencia científica, el PCTI 2030 pretende "promover la investigación de excelencia, como base para crear y difundir nuevos conocimientos, capacidades, tecnologías y soluciones" o "promover la interdisciplinaridad y la combinación de temáticas y tecnologías".

Entre los ejes de este pilar se incluyen, entre otros, potenciar la investigación de excelencia y la internacionalización del sistema científico vasco con una perspectiva a largo plazo; reforzar las capacidades científicas y tecnológicas e impulsar una red vasca de grandes infraestructuras singulares de investigación; o fortalecer la colaboración entre los distintos agentes que forman parte del ecosistema.

Para alcanzar el liderazgo tecnológico industrial, el segundo de los pilares, esta estrategia sugiere impulsar proyectos estratégicos que favorezcan el desarrollo y la incorporación de nuevas tecnologías; potenciar el desarrollo de proyectos estratégicos de colaboración público-privada, tanto internacionales como locales; o reforzar la atracción de inversiones y/o multinacionales de alta intensidad tecnológica a Euskadi, que impulsen la actividad de I+D.

La innovación abierta es el tercer pilar y, para ello, el PCTI 2030 recalca la importancia de promover la innovación en las pequeñas y medianas empresas, intensificar el papel del sector público en la innovación o mejorar la colaboración con otras regiones y ecosistemas de innovación internacionales.

Hay un cuarto pilar concebido como transversal a los tres anteriores: el talento. En este sentido la estrategia vasca para 2030 invita al ecosistema de la I+D+i a reforzar los mecanismos de generación, atracción y retención del talento; a promover la formación, la capacitación y desarrollo de talento investigador y tecnológico reforzando los vínculos entre los diferentes ámbitos económicos y sociales; o a fomentar la mejora de las Competencias Digitales y facilitar la forma en que pueden ser adquiridas y actualizadas.

Los objetivos y su traducción a cifras concretas

Todo lo anterior cristaliza en cuatro objetivos muy claros, con sus correspondientes márgenes de mejora. El primero de estos objetivos es la orientación de la I+D+i vasca a los resultados. De esta manera, se pretende que el porcentaje de empleo intensivo en conocimiento pase del 17% actual al 19%; que el 22% de artículos científicos sean publicados en las 10 revistas más citadas a nivel internacional (ahora el porcentaje es del 18%); o que las exportaciones de productos tecnológicos pasen del 55% actual al 58%.

El segundo objetivo tiene que ver con el impulso que necesitan las pymes en relación a la I+D+i. Así, se pretende que el ecosistema público-privado alcance los 2.100 millones de euros de inversión en I+D+i (por los 1.800 millones actuales); que el porcentaje de empresas innovadoras pase del 42% actual al 60%; o que se proteja la innovación aumentando el número de patentes hasta las 260, desde las 194 actuales.

Potenciar la internacionalización es el tercer objetivo. El PCTI 2030 se marca el objetivo de llegar a los 200 millones en financiación internacional de la I+D+i; de incrementar la cifra de empresas vascas que forman parte de Horizonte Europa de las 77 actuales a las 120; o superar las 2.500 publicaciones científicas con colaboración internacional (actualmente son 1.651 según el documento).

Por último, la potenciación del talento femenino es el cuarto objetivo. El reto numérico es que en 2030 se llegue al 40% de mujeres dentro del cambio científico por el 36% actual.

Programas de apoyo

El papel de la administración pública resulta clave en el cumplimiento de los objetivos descritos pero aún lo es más por sus características de facilitador de políticas para el sector privado.

En este sentido, el PCTI 2030 pone negro sobre blanco hasta seis categorías que, a su vez, cristalizan en casi un centenar de programas de ayudas que emanan tanto de la administración regional como desde las diputaciones forales.

La administración pública ha marcado mediante esta estrategia dónde quiere dirigir sus programas de ayuda y estos caminos son la capacitación tecnológica e impulso de la I+D empresarial; el apoyo al ecosistema de innovación empresarial; la convergencia de capacidades y fomento de la I+D+i en cooperación; la generación de capacidades científicas y tecnológicas; la gestión del talento científico, tecnológico y empresarial; y la apertura e internacionalización del sistema de I+D+i. 

Todas estas cuestiones, sumadas a otras como la estrategia para potenciar y diversificar las tecnologías clave del ecosistema innovador mundial (IoT, inteligencia artificial, blockchain, nanotecnología, genética o big data...), hacen que, si se mantiene el grado de cumplimiento del PCTI 2020, esté prácticamente garantizado que el País Vasco siga siendo una potencia disruptora.