Reciclaje de mascarillas de ITAINNOVA.

Reciclaje de mascarillas de ITAINNOVA.

Aragón

El reciclaje de mascarillas ya es real: validado el proceso que las transforma en peines

Europa genera 350 toneladas de residuos procedentes de mascarillas y el Instituto Tecnológico de Aragón, de titularidad pública, ha desarrollado esta solución innovadora.

10 abril, 2022 02:52

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Todo el mundo había abordado teóricamente el problema: ¿qué hacemos con los millones de mascarillas que usamos cada día? ¿Cómo encaja la utilización de un producto con una vida útil tan corta en la necesidad de potenciar la economía circular en favor de la sostenibilidad del planeta?

Las preguntas estaban sobre la mesa y algún proyecto había empezado a cristalizar, como uno presentado en Chile, que tiene previsto convertir las mascarillas en pellet de polipropileno para fabricar otro tipo de productos.

Aquí en España también existen equipos de trabajo que tienen proyectos innovadores y disruptivos relacionados con este problema.

Una iniciativa pública del Instituto Tecnológico de Aragón (ITAINNOVA) pretende la transformación de productos sanitarios de un solo uso ya desechados en productos con una vida más larga, incluso no perecederos, como pueden ser peines, macetas o juguetes.

"La gestión de la enorme cantidad de nuevos residuos generados por la pandemia, en forma de mascarilla, es un reto que, en la actualidad, sigue sin abordarse. No existen opciones implantadas para poder obtener un aprovechamiento, y el fin es la eliminación en el vertedero", remarcan desde el centro.

El método de reciclaje del proyecto Wasamask -así se llama la iniciativa- acaba de ser validado por ITAINNOVA a escala industrial después de un proceso abanderado por el grupo de Diseño y Desarrollo de Materiales del centro público aragonés a partir del cual ha sido posible la fabricación de peines.

El proceso es el siguiente: se recogen las mascarillas; posteriormente, y tras la eliminación de las gomas y el metal de ajuste, se procede al triturado conjunto sin separar ninguno de los distintos tipos de plástico; una vez se dispone del material en formato tipo escamas, se procesa de la misma manera que se procesan otros plásticos, mediante extrusión y posterior inyección en molde.  El resultado final son unas piezas con geometría definida.

Colaboración con Irlanda del Norte

El instituto tecnológico ha trabajado en colaboración con la empresa Denroy, líder en el sector del plástico en Irlanda del Norte, y con la Universidad del Ulster, con quienes firmó un acuerdo de I+D de nuevas tecnologías y conocimientos relacionados con los polímeros, su reciclaje y valorización.

También se ha validado la recuperación de los residuos industriales generados por esta compañía en la fabricación de mascarillas Denpro FFP3, obteniéndose en este caso cepillos de pelo.

La validación del proyecto ha sido presentada esta semana en el laboratorio químico de ITAINNOVA, con la participación de la consejera de Ciencia, Universidad y Sociedad del Conocimiento, Maru Díaz; la directora del centro, Esther Borao; el coordinador de Investigación y Tecnología de Denroy, Alberto Lario y los investigadores de ITAINNOVA Cristina Crespo y Pablo González.

La responsable autonómica ha agradecido la capacidad de reacción del centro tecnológico ante "la pandemia de plástico que trajo también la Covid", con 350 toneladas anuales de desechos no reciclables por mascarillas según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente, y ha destacado el resultado innovador del proyecto "en el que los materiales se reciclan, se transforman y se vuelven a generar útiles".

Wasamak demuestra, según explica Díaz, la investigación "puntera" que realiza ITAINNOVA "para anticiparse a los retos del futuro, mitigando la crisis climática y avanzando hacia una economía circular de alto valor añadido".

Un enfoque que se erige como "indispensable", ya que "el futuro de la humanidad dependerá en gran medida de cómo articulemos ese nuevo sistema en el que seamos capaces de valorizar los residuos, impulsar alternativas a productos fabricados con materias primas no renovables y, en definitiva, plantearnos una existencia más respetuosa con el medio ambiente”, ha concluido.

Una idea que ha defendido también la directora del centro, Esther Borao. "Este es un gran ejemplo de cómo la colaboración público-privada puede sumar fuerzas y ayudar en este caso, a proteger el medio ambiente y contribuir en la neutralidad climática. Retos que, como sociedad, tenemos actualmente y debemos afrontar juntos si queremos superarlos", ha añadido.

Durante la presentación, se detalló cómo, para completar el proyecto, el grupo de Diseño y Desarrollo de Materiales (DDM) de ITAINNOVA y el Grupo de Decisión Multicriterio (GDMZ) de la Universidad de Zaragoza (Unizar), han propuesto una solución para la recogida de este residuo como paso previo a su reciclaje en una ciudad piloto como puede ser la capital aragonesa.

Calles, farmacias y centros públicos

Del estudio teórico realizado se ha concluido que la opción más adecuada es la recogida de mascarillas mediante la instalación de contenedores en las farmacias de la ciudad, ya que es la opción más favorable desde el punto de vista económico y medioambiental, además de recibir un amplio apoyo por parte de la población encuestada.

Esta recogida supondría en Zaragoza la recuperación anual de unas 274 toneladas de material, que podría valorarse en un ahorro en costes de producción de nuevos productos de 436.000 euros. Además, se evitaría la emisión de 318 toneladas equivalentes de CO2, procedentes de la no reutilización del material de las mascarillas.

En este sentido, el investigador Pablo González ha comentado que "una parte importante de la circularidad es la recuperación de los residuos". Se ha tomado como ejemplo la ciudad de Zaragoza, por ser una población de tamaño medio en cuanto a habitantes y con suficiente extensión como para ser representativa de otras.

Se han planteado alternativas para la recogida de mascarillas mediante la instalación de contenedores en diferentes puntos: en las calles, en las farmacias o en centros públicos (centros de salud, hospitales, centros educativos...). Para la toma de decisión de la mejor solución, se han tenido en cuenta tres criterios, que son los que marca la directiva europea de contratación pública: económico, medioambiental y social.

La metodología de resolución se basa en la aplicación del Proceso Analítico Jerárquico. En la que "los aspectos sociales considerados en el modelo valoran tanto las preferencias del ciudadano por las alternativas propuestas, como la importancia de cada uno de los criterios en la decisión final".

Para ello se realizó una encuesta a una parte de la población de Aragón. Para la valoración de los aspectos económicos y medioambientales se tuvieron en cuenta los costes asociados a la recogida y las emisiones equivalentes de CO2, según explica el profesor Alberto Turón.

"Se trata de contar con el criterio de los futuros usuarios del servicio de recogida a la hora de decidir sobre la mejor alternativa, además de los criterios económicos y medioambientales".