Edificio de la nueva sede de la Escuela de Administración y Negocios (EAN) . FOTO: Julio Miravalls.

Edificio de la nueva sede de la Escuela de Administración y Negocios (EAN) . FOTO: Julio Miravalls.

Colombia

Un edificio que regula su temperatura de forma pasiva: no necesita calefacción ni tampoco aire acondicionado

D+I ha visitado la nueva sede de la universidad EAN, en Bogotá, diseñada por William McDonough, uno de los teóricos de la economía circular. 

21 julio, 2022 02:02
Bogotá (Colombia)

La ciudad de Bogotá (Colombia) está en el hemisferio norte, pero a sólo 4,6 grados de latitud, es decir, muy cercana al Ecuador. Su clima es suave, condicionado por la altura de 2.600 metros en la cordillera oriental de los Andes.

Goza de veranos frescos e inviernos cortos, con una oscilación media entre los 7 y los 19 grados centígrados y posibles picos extremos estimados entre 3 y 21 grados. Con esas características climáticas puede considerarse normal que los edificios no tengan demasiada sofisticación en cuanto a calefacción y sistemas de aire acondicionado.

Pero hay una notable excepción en el caso de la Universidad EAN y la nueva sede que estrenó en plena pandemia, el denominado Edificio Legacy. Un ejemplo de economía circular en la construcción y eficiente regulación pasiva de la temperatura.

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La universidad fue fundada como Escuela de Administración y Negocios en 1967, para alumnos de clase media no alta, por un grupo de empresarios capitaneados por Hildebrando Perico Afanador. EAN se ha diversificado como universidad privada que ahora imparte ingenierías y humanidades, además de las disciplinas asociadas a la administración de empresas.

Además, está empeñada en ser distinguida como una entidad que impulsa la sostenibilidad y el emprendimiento. Su rectora, la bióloga Brigitte Baptiste está considerada como una influencer medioambiental, que jugó un papel propio en la conferencia COP26.

Diseño 'Cradle to Cradle'

Tales son los antecedentes que llevaron a encargar el diseño y construcción de su sede más moderna al arquitecto estadounidense William McDonough (71 años), autor del manifiesto 'Cradle to Cradle: remaking the way we make things' (De la cuna a la cuna: redefiniendo el modo en que hacemos las cosas).

A McDonough lo etiquetó la revista 'Time' como un "filósofo utópico" cuando lo designó Héroe del Planeta en 1999.   

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Publicado como libro, junto con el químico alemán Michael Braungart, caracterizado ecologista, en 2002, su manifiesto es toda una teoría de la economía circular, en la que se plantea que cada producto tenga en cuenta a partir del diseño todo el ciclo de vida. Desde la extracción de los materiales con los que se va a hacer, hasta el proceso final de reciclaje. Teóricamente, se trata de alcanzar un balance positivo en el uso de energía y materias primas.

Ese planteamiento ha desembocado en la institución de una certificación, C2C (Cradle to Cradle, evidentemente), que acredita la buena salud de los materiales que se emplean en un producto, cómo se utilizan, el uso de energía renovable y gestión de carbono, la administración del agua y la equidad social. No se refiere sólo a la construcción y es una etiqueta fácil de obtener.

Pero se supone que el estudio de arquitectura de McDonough sí debe cumplir sus propios preceptos. Y a él le encomendó la universidad bogotana su nueva sede central, como ejemplo de sostenibilidad.

Se trata de un edificio singular de 20.000 metros cuadrados construidos, que, de entrada, llama la atención por sus dos fachadas a la calle, cubiertas en un 85% por una estructura separada de placas metálicas con distintos colores, verdes, blancas y amarillas.

Estructura de sombra en Davos

Esa "estructura de sombra", con denominación registrada WonderFrame (marco maravilloso), lo forman piezas troqueladas en forma triangular y orientadas en distintas direcciones para reconducir el viento, creando determinadas corrientes sobre las ventanas de la edificación. A través de las aperturas, además, penetra la luz natural.

Se trata de un tipo de estructura reutilizable diseñada por el arquitecto, que se ha aplicado ya reiteradamente en un pabellón temporal del Foro Mundial de Davos. Montada y desmontada de un año a otro. En el caso de la Universidad EAN es, por primera vez, una instalación permanente.

El otro gran elemento distintivo del proyecto es el sistema de ventilación y regulación de temperatura en el interior del edificio. El mecanismo que lo produce está en la fachada posterior, orientada al sur.

En un edificio que carece absolutamente de calefacción y aire acondicionado, tal como un 'estudiante-cicerón' hace ver a D+I durante la visita, en el interior "no hace ni frío ni calor". El sistema utiliza rejillas sobre las ventanas que permiten la entrada continua de aire fresco, a la vez que lo filtran, para mantener una ventilación constante.

Por otra parte, esa fachada mencionada que da al sol, está pintada de negro y recorrida en vertical por lo que el arquitecto denomina "chimeneas solares".

Se trata de tubos transparentes, con el interior térmicamente aislado, dentro de los cuales el aire, para calentarse, aprovecha al máxima absorción de energía solar por la pared negra que tienen detrás. "Los colores también intervienen en la sostenibilidad", proclama nuestro guía.

Es un diseño basado en la idea de los 'muros Trombe', que utilizan el fenómeno físico de la convección (transferencia de calor en el movimiento de un fluido). Ese tipo de construcción fue patentado en 1881 por el estadounidense Edward Morse. Pero no tuvo mucho éxito en implantarlo. Ocho decenios más tarde, los franceses Felix Trombe y Jacques Michel resucitaron la idea para construir casas solares pasivas.

Las chimeneas solares del edificio EAN Legacy tienen, como corresponde al modelo teórico, sistemas de apertura en la parte superior e inferior. Por abajo se mueve el aire más frío y en la parte superior se va acumulando el más caliente.

Dependiendo de la necesidad de calentar o refrescar el interior, con el manejo de los sistemas de apertura se puede reconducir el aire más caliente, introduciéndolo hacia el interior o extrayéndolo, hacia la calle. Se produce una circulación que calienta o enfría las estancias. 

Con estos desarrollos, el edificio fue el primero en cumplir un nuevo protocolo de verificación "para sistemas de ventilación natural en climas ecuatoriales", desarrollado en Bogotá por el Colombia Green Building Council.

Otro elemento de diseño de la construcción del que presume EAN son los sumideros de agua en las terrazas. Las baldosas del suelo mantienen entre sí una separación suficiente para filtrar el agua de lluvia hacia unos colectores, que la dirigen a un depósito. Desde ahí se reutiliza para los sanitarios y jardinería. No se mezcla con los circuitos de agua potable.

En el interior, el diseño de las aulas y auditorios está también alineado con el mejor aprovechamiento de las características físicas para la propagación de la luz y el sonido. En realidad, es todo un puro ejercicio de diseño.

"Hemos diseñado esta escuela como un organismo vivo y que respira, como parte de su entorno", declaró en su día McDonough, al entregar la obra en mayo de 2021. En principio, estaba previsto hacerlo en 2020.

La construcción, por cierto, ya presumió de sostenible desde la demolición del edificio que ocupaba el solar anteriormente. Prácticamente el 99% de los materiales fueron reaprovechados o reciclados para distintos usos, vendidos o donados.

Según el responsable del proyecto, Miguel Orejuela, en vez de gastarse 80.000 dólares en la gestión y retirada de escombros, lograron obtener hasta 55.000 dólares a cambio de sus residuos. Economía circular y circulante.