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Las claves

Carles Puigdemont ha convocado a la Ejecutiva de Junts para el próximo lunes en Perpiñán (Francia) con el objetivo de oficializar la ruptura definitiva con el PSOE. Pero la reunión tendrá otro punto en el orden del día, y es que se debatirá la posibilidad de una moción de censura instrumental "con un candidato que no sea Alberto Núñez Feijóo".

La decisión marca el fin de un apoyo parlamentario que, según fuentes cercanas al líder de Junts, "no ha producido resultados" reales "tras dos años" desde la firma de los llamados Acuerdos de Bruselas para la investidura de Pedro Sánchez.

Las fuentes consultadas en el entorno de Puigdemont son rotundas. Aunque Junts "nunca fue parte de la mayoría gubernamental", subrayan, sino "únicamente de la de investidura", pasado este tiempo, "ninguno de los acuerdos alcanzados entonces o después se ha sustanciado".

El pasado miércoles, Míriam Nogueras lanzó un aviso en la sesión de control: "La gente está hasta las narices de todo y después dirán que es culpa nuestra que venga la derecha; se tendría que hablar menos de cambio de horario y empezar a hablar de la hora del cambio".

El tono agrio, añadido a las advertencias previas de Jordi Turull y del propio Puigdemont, además de las convenientes filtraciones posteriores del entorno de Junts, dejaron claro que esta vez iban en serio.

"Se ha acabado el tiempo de los ultimátum", advierten estas mismas fuentes. Lo que se decida el lunes será taxativo, sin margen para nuevas prórrogas.

El entorno de Puigdemont da por seguro que habrá una ruptura definitiva. "Y eso significaría que nunca más apoyaremos una votación del PSOE en el Congreso", aclaran.

Sánchez, de hecho, ya lo intuía. Desde Bruselas, minutos antes de entrar al Consejo Europeo este jueves, el presidente rogaba un poco más de "tiempo" a los de Puigdemont para cumplir con los acuerdos.

Recordó el presidente que algunos de los pactos "no dependen en exclusiva del Gobierno" o de los grupos parlamentarios que sustentan al Ejecutivo.

Se refería, por ejemplo, al traspaso de competencias migratorias a Cataluña y al reconocimiento de las lenguas cooficiales en la Unión Europea.

Subrayando que todo ello exige "trabajo, tiempo, dedicación y esfuerzos", trataba de evitar una ruptura más que segura, que se oficializará el lunes, basada en el incumplimiento sistemático.

Junts coincide en algunos de esos fracasos: "No hemos logrado la oficialidad del catalán en la UE, ni la cesión integral de las políticas de inmigración a Cataluña".

Pero añaden las fuentes que el PSOE "ha bloqueado la reforma de la LeCrim para penar la multirreincidencia delictiva o la reforma para echar a los okupas en 24 horas".

Y no ha habido avances tampoco en la "verdadera financiación singular" de la región ni en el "reconocimiento nacional", es decir, el referéndum pactado.

La moción instrumental

Pero hay un detalle crucial que distingue esta ruptura. Junts "nunca" apoyará una moción de censura de la mano del PP y de Vox... "no al menos con Feijóo de candidato".

Las fuentes consultadas admiten que, por primera vez, hay otras opciones abiertas.

Y que este lunes se puede empezar a avanzar en una posibilidad que "ya circula" en la cúpula: una moción de censura instrumental "con un candidato que no sea Feijóo", para convocar elecciones generales de inmediato.

"En ese caso", admiten estas fuentes, "las posibilidades serían otras" en cuanto al eventual apoyo de Junts.

Esa figura externa, posiblemente una mujer o alguien respetado por ambas partes, podría ser la clave. Hay quien ha llegado a poner el nombre de Miquel Roca sobre la mesa.

El cálculo electoral es clave: Junts desea que las generales sean antes que las municipales, previstas para mayo de 2027.

¿Por qué? Porque Aliança Catalana no se presentará en los "comicios estatales", pero a nivel local sí le está comiendo terreno a Puigdemont "como Vox al PP" nacionalmente.

De modo que la ruptura ahora tendría sentido: Junts podría recuperar terreno enfrentándose a un eventual Gobierno del PP.

"Con Feijóo la relación es peor ahora que al inicio de la legislatura", argumentan desde Junts. "Lleva más de un año llamando a Alemania para presionar con que no cambien de posición respecto al catalán en la UE".

Esto ha deteriorado las relaciones, a pesar de coincidencias ideológicas en leyes como la antiokupas o la de multirreincidencia.

Consultadas fuentes oficiales del PP sobre esa eventual moción instrumental, no se sorprendieron, pero evitaron dar una respuesta.

Se limitaron a contestar que "el PP no comenta especulaciones sobre lo que pueda opinar otro partido". Aunque sí añadieron que "quien quiera proponer algo, que lo haga en público, no a través de la prensa, y entonces sí lo valoraremos".

Movimientos preelectorales

Ante todos estos movimientos bajo la mesa, un diario con fuentes tan cercanas a Puigdemont como el independentista ElNacional.cat confirmaba en la noche del jueves que Puigdemont someterá la decisión de romper con el PSOE a una consulta entre la militancia "lo antes posible", el mismo martes, con votación telemática, para dotarla de legitimidad.

Esa iniciativa ya se tomó con el acuerdo de la investidura de Sánchez y, ahora, marcaría el cierre de la relación.

Una decisión que se ve influida, también, por el caso pendiente más grave para el partido: que Puigdemont no se ha beneficiado de la Ley de Amnistía.

La interpretación del Tribunal Supremo sobre el delito de malversación impide que el presidente del partido se beneficie de la impunidad pactada.

Todo pende del recurso de amparo que su abogado, Gonzalo Boye, presentó en el Tribunal Constitucional. "Ahora dicen que la decisión no será en diciembre, sino en marzo", apuntan desde Junts.

Aunque la resolución ya no está en manos de Sánchez, sus fuentes se burlan de sus prioridades. "¿Tú has visto un vídeo de Sánchez sobre el catalán en la UE?", preguntan para demostrar la falta de interés del PSOE en cumplir compromisos. "Para todo hay excusas", concluyen.

El entorno de Puigdemont advierte que Sánchez ya actúa en clave preelectoral, preparando unas generales. No están seguros si los "asuntos divisivos" como Palestina, el aborto o la ley de Memoria apuntan a comicios en primavera o si son tácticos, por si el PSOE se ve obligado a convocar.

Pero sí tienen claro que Junts nunca podría llegar a esos eventuales comicios sin haber roto antes con Sánchez.