Pepe Luis Vázquez Eduardo Ortega Socorro

La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, ha puesto sobre la mesa la creación de un impuesto sobre los beneficios extraordinarios de las energéticas. Se trata de algo que, inesperadamente, puede acercar al Partido Popular y también al Gobierno obligándoles a embridar sus posturas.

Génova se ha comprometido públicamente a apoyar al Ejecutivo si reproduce el planteamiento de Bruselas. De igual manera, Moncloa ha mostrado su voluntad a adaptar la figura fiscal que ahora se tramita en el Congreso de los Diputados al diseño se que se acuerde en Bruselas. 

El Gobierno europeo ha puesto sobre la mesa una iniciativa que dista mucho de la presentada recientemente por PSOE y Podemos, partidos del Gobierno de coalición. Por ello, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ya ha asegurado que se adaptará la figura fiscal nacional a la comunitaria, pero no se frenará su avance en el Congreso.

Tasa temporal

Se trata de un anuncio avanzado este miércoles por EL ESPAÑOL-Invertia y confirmado horas más tarde por la propia Montero. Cabe recordar que Bruselas ha concretado su propuesta de impuesto al sector energético en una tasa temporal del 33% sobre beneficios extraordinarios de compañías activas en los sectores del petróleo, gas, carbón y refinado.

La base sobre la que debe calcularse son los beneficios antes de impuestos del año fiscal 2022 que superen en más de un 20% la media de los tres años previos (2019-2021). Esta fórmula no tiene nada que ver con la propuesta española, que aplica un tipo del 1,2% sobre el importe neto de la cifra de negocios del sector.

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Fuentes de Hacienda aseguran que esto no va a ser problema. "España adecuará la legislación nacional a la legislación europea", apuntan. 

Se trata de una postura que ya han aplicado con otras medidas tributarias que están en vigor y a la espera de que la Unión Europea apruebe una postura común al respecto. Es el caso, por ejemplo, de la tasa Google. 

En cualquier caso, el Gobierno no se plantea 'corregir', por ahora, el impuesto en previsión de los cambios que se tendrán que hacer para aplicar la versión europea.

Además, no frenará ni ralentizará su tramitación. Se espera que el proyecto de ley que recoge la tasa esté aprobado antes de que acabe el año. Es decir, que una vez que Bruselas tenga perfilada su propuesta, el Ejecutivo la ajustará. 

En la oposición, mientras tanto, reiteran que la postura de su presidente, Alberto Núñez Feijóo, "coincide" con la posición de la presidenta Von der Leyen. Génova, que rechazó en el Parlamento que se debatiera la propuesta del Ejecutivo, se abre ahora a aceptar una de las partes que recoge la Proposición de Ley: el gravamen a las energéticas. 

Postura del PP

Durante su entrevista en La Sexta, el presidente popular ya aseguró que si el Gobierno "hace una propuesta" para gravar los beneficios extraordinarios de las eléctricas, como pide Bruselas, y no los ingresos, como persigue Sánchez, contaría con "el voto a favor" del PP. 

Sobre esta afirmación ha ahondado este jueves la número dos del partido, Cuca Gamarra, en una entrevista en los micrófonos de RNE: "Una empresa puede facturar 100 millones y tener pérdidas, y otra puede facturar 100 millones y tener dos de beneficios. Gravar sobre beneficios es muy diferente a gravar sobre la facturación". 

La secretaria general de los populares ha vuelto sobre la idea de que hay un abismo entre lo que propugnan PSOE y Podemos y lo que plantea Europa: "Es como un huevo y una castaña", ha criticado. 

Así las cosas, tanto el Gobierno como el primer partido de la oposición han terminado confluyendo en un punto: aprobar un impuesto que grave los beneficios que las empresas del sector energético están logrando gracias a la coyuntura actual.