El exvicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, ya no habla como político sino "con total libertad" para expresar aquello que "los compañeros que siguen en política no pueden decir". Así lo admite él mismo. Es por eso que Unidas Podemos utiliza al que fuera su líder, que sigue muy ligado intelectualmente al partido, para expresar la postura que muchos de sus dirigentes mantienen sobre la intervención de la OTAN en Ucrania.

Esta es radicalmente opuesta a la del PSOE: Pedro Sánchez, como próximo anfitrión de la próxima cumbre de la Alianza Atlántica, quiere participar generosamente en el despliegue de fuerzas aliadas para contener la agresividad rusa, mientras que su socio en el Ejecutivo, que ya ha recuperado el "no a la guerra", es partidario de no intervenir.

Ni Ione Belarra, secretaria general de la formación morada, ni Pablo Echenique, portavoz parlamentario, se pronunciaron este sábado sobre el conflicto. Como ningún otro de sus rostros visibles. No lo necesitaban. Ya lo había hecho por ellos Iglesias en el acto de partido que Podemos había celebrado en Valladolid, en el marco de las elecciones que el próximo 13 de febrero se celebran en Castilla y León.

El exdirigente de Podemos cargó ahí, ante el clamor de los suyos, contra el "fulgor militarista" de la ministra de Defensa, Margarita Robles, y tildó de "tomadura de pelo" que se refiera al enfrentamiento de la OTAN con Rusia en Ucrania como "una guerra humanitaria": "¿Usted se cree que la gente es tonta y no sabe que la OTAN es una alianza militar para proteger los intereses de los Estados Unidos?".

"Yo ya no soy político, puedo decir la verdad", confesó Iglesias al comienzo de su alocución, admitiendo implícitamente que iba a hablar en lo sucesivo como portavoz oficioso del partido que fundó. Como tal, apuntó que "la geopolítica no va de ideologías, va de intereses, de intereses de Estados y, eventualmente, de empresas vinculadas a esos Estados", por lo que es "muy difícil en geopolítica decir que hay buenos y malos".

Pero la pulla al ala socialista del Gobierno de España llegó después, cuando el exvicepresidente segundo indicó que "los electores del PSOE no se creen" la afirmación de la ministra de Defensa sobre que "la OTAN nació para defender la paz, al colectivo LGTBI, los derechos humanos, la democracia y la sanidad pública".

"¿Usted se cree que la gente es tonta y se cree que la OTAN es algo distinto a una alianza militar para proteger intereses de los Estados Unidos?", preguntó públicamente -y de manera retórica- Iglesias a Robles, que agregó a posteriori que "lo que se está jugando aquí es si Europa pinta algo en la negociación o no".

Monedero

Otro personaje que ya no tiene un cargo orgánico en Unidas Podemos, pero que sirve de altavoz de muchas de sus ideas es Juan Carlos Monedero. El profesor de Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid también ha atacado a la OTAN por ser una "organización ofensiva" que "quiere arrastrarnos a los europeos en sus aventuras".

"Ya no basta con que [la OTAN] haya intervenido en Oriente Medio, en América Latina, fomentado golpes de Estado... sino que quiere traer a suelo europeo sus problemas", ha sostenido Monedero en un vídeo compartido a través de su cuenta de Twitter. "Moscú tiene derecho a salvaguardar su ámbito", ha zanjado.

Que ambos, Iglesias y Monedero, continúan haciendo de portavoces oficiosos de Unidas Podemos se comprueba en que muchos de sus diputados -Marisa Saavedra o Javier Sánchez Serna, entre otros- han compartido este sábado sus reflexiones en Twitter.

Acaso porque no han podido compartir las de Yolanda Díaz. La ministra de Trabajo, poco dada a las polémicas y huidiza en cuestiones que no guarden relación con su cartera ministerial, no ha hecho ninguna referencia a la escalada bélica en Ucrania que enfrenta a Rusia y a los aliados de la OTAN

Pero tanto ella como el total de los 35 diputados de Unidas Podemos dejarán solo a Pedro Sánchez en el Congreso el día que vaya a pedir autorización, como marca la ley, para la participación de España en el conflicto. Será la fotografía perfecta del distanciamiento más absoluto entre los socios de Gobierno.

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