Pablo Casado no está dispuesto a hacer rancho aparte con Isabel Díaz Ayuso ni con el PP madrileño, la división territorial en la que creció el líder del partido, que no en vano estuvo al frente en sus inicios de la organización de Nuevas Generaciones en la Comunidad de Madrid.

Dentro de la tensión creciente entre el presidente del primer partido de la oposición y la del Gobierno de la Puerta del Sol, la dirección nacional popular dejaba claras este lunes varias líneas infranqueables en lo relativo al próximo congreso del PP de Madrid. Y, de paso, trataba de diluir a Ayuso como una más entre las baronías regionales, pese a su éxito arrollador en las elecciones autonómicas del pasado cuatro de mayo, que le permite ahora gobernar en solitario.

El mismo triunfo electoral que impulsa su liderazgo, hasta el punto de estar potenciando su agenda internacional y su próximo viaje a EEUU, justo en las semanas previas de la convención nacional que con tanto mimo prepara Casado. Un cónclave en el que no está garantizada aún la presencia de Ayuso y que se celebrará a principios de octubre en Valencia, pero que tendrá previamente una ruta itinerante en otras ciudades españolas con la participación, entre otros, de los ex presidentes del Gobierno José María Aznar y Mariano Rajoy.

Justo seis días después de que empezaran las hostilidades entre Génova y Sol, cuando en un desayuno informativo el pasado día siete Casado evitaba respaldar a Ayuso en su intención de presidir el PP de Madrid -en manos de una gestora los últimos años después de los convulsos episodios que vivió el partido con dos de los antecesores de Ayuso, Cristina Cifuentes e Ignacio González- la tensión seguía creciendo. Disparaba primero Ayuso en una entrevista a primera hora en esRadio, donde pedía a la dirección nacional que adelantase el congreso regional, previsto para el primer semestre de 2022 aunque sin fecha concreta aún.

Pocas horas después el número dos del PP, Teodoro García Egea, en su habitual rueda de prensa posterior a la reunión ordinaria del comité de dirección, presidido por Casado, cerraba la puerta a esa pretensión. "Por un acuerdo de la Junta Directiva Nacional [el órgano del PP que aglutina a todos los barones territoriales] los congresos de las comunidades autónomas uniprovinciales se celebrarán en el primer semestre de 2022. Eso es una regla que todos vamos a cumplir, y que la dirección nacional por supuesto cumplirá" afirmaba tajante García Egea.  

La mano derecha de Casado no se quedaba ahí y trataba en todo momento a Ayuso (a la que apenas citaba) como una dirigente más.

Preguntado sobre por qué el pasado junio, en una entrevista en televisión, la respaldó para presidir el PP de Madrid, el secretario general de los populares hilvanaba una respuesta en la que llegaba a compararar a la jefa del Ejecutivo autonómico con alcaldes del partido en pequeños municipios de la región como Majadahonda, Pozuelo de Alarcón, Torrejón de Ardoz o Boadilla del Monte, a los que, explicaba, también hubiera apoyado de postularse como hizo Ayuso. "Estos alcaldes sacaron hace dos años una mayoría holgada o absoluta, en momentos en los que no se ven muchas mayorías absolutas, y ahí están desarrollando su trabajo con mucha diligencia" enfatizaba.

Teodoro García Egea. PP.

El mensaje no podía ser más evidente: Ayuso es una más, y ni siquiera una primus inter pares. Egea incluía en la terna, como no podía ser de otra manera, al primer edil de la capital de España, José Luis Martínez-Almeida, quien en unas declaraciones públicas volvía a dejar abierta la posibilidad de pelear por la presidencia del PP de Madrid. 

¿Convención o EEUU?

Pero por si todo esto fuera poco, tampoco el número dos del PP mostraba excesivo entusiasmo por la eventual participación de Ayuso en la convención nacional del partido. Preguntado al respecto, Egea volvía a elegir el camino del ninguneo: "Todos los presidentes autonómicos están invitados a la convención, y yo creo que como presidentes autonómicos que son, pertenenciantes al PP, estoy seguro de que todos van a estar en la convención presencialmente, y trabajando para que muy pronto el PP llegue a La Moncloa y Pablo Casado sea el presidente del Gobierno. Estoy seguro de que todos estamos en eso, y no en otras cuestiones". 

Fuentes del PP confirmaban que los presidentes autonómicos están invitados a participar en el fin de semana central de esa convención, los próximos dos y tres de octubre en la capital del Turia. En concreto, tendrán su espacio el sábado, mientras que el domingo tres será el gran acto de cierre que protagonizará Casado en la Plaza de Toros de la capital valenciana. Mientras, fuentes del entorno de Ayuso aseguraban que "hará todo lo posible para regresar de EEUU a tiempo, pero aún estamos cerrando agenda de ese viaje que es complejo y se lleva preparando desde hace meses".

Además de esa visita, Ayuso lleva días intensificando sus entrevistas con medios internacionales. De hecho este lunes estaba en Milán, donde su equipo presumía de haber conseguido entrevistas en horario de máxima audiencia tanto en Mediaset, el propietario de Telecinco, con en la RAI, el canal público de Italia. La presidenta madrileña también se hacía notar en una entrevista en el Corriere Della Sera con motivo de la concesión de un premio por su gestión de la pandemia.

Casado preside este lunes el comité de dirección del PP. EFE

 

Así las cosas, hay tres escenarios posibles: que Ayuso ni siquiera haga acto de presencia en la convención nacional del PP, sin perjuicio de que pudiera participar de manera telemática en directo o con un mensaje enlatado; que la sangre no llegue al río y esté finalmente participando el sábado junto a sus homólogos autonómicos o, una tercera opción intermedia, que llegue al final de la convención, el domingo, pero se ausente del espacio reservado a los presidentes regionales. 

Pese al clima cada vez más enrarecido, fuentes de uno y otro lado aseguran que la relación entre Casado y Ayuso, muy intensa y profunda desde hace años (fue el líder del PP quien en 2019 apoyó por una entonces desconocida dirigente como candidata a las autonómicas de Madrid), no se ha resentido y que continúan hablando casi a diario. Sin duda, todo lo relativo al PP de Madrid y a su congreso será una dura prueba para esa relación política y personal.

 

   

 

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