Después de los rifirrafes entre los socios de Gobierno sobre la Ley Trans y horas después de la sentada que impidió a dirigentes del PSOE completar la marcha del Orgullo, la vicepresidenta primera del Gobierno y principal foco de las críticas, Carmen Calvo, ha afirmado que "en absoluto" ha perdido una batalla con esta norma, que ha calificado de "equilibrada y razonable". 

"Este Gobierno tenía desde el principio en sus objetivos una legislación LGTBI (...) Una ley equilibrada y razonable para que estos colectivos estén protegidos y al mismo tiempo tengamos seguridad jurídica con las leyes de género que nuestro país ha ido construyendo a lo largo de varias décadas y que significan mucho para el avance de los derechos de las mujeres", ha sostenido Calvo en declaraciones a los periodistas.

Después de las discrepancias con la ministra de Igualdad, Irene Montero, Calvo ha hecho suya la norma: "Es lo que hemos conseguido, no sé dónde está el resto de la mitología que se genera en relación a las cosas. Esta es la ley del Gobierno".

Con todo, ha reconocido que es, "naturalmente, un texto muy diferente del que inició y que tendrá, como es lógico, su debate". Calvo ha subrayado que la democracia no puede dejar fuera del avance la protección de los derechos de los colectivos LGTBI: "Esta es una sociedad que no se puede permitir arrinconar, ni odiar, ni excluir ni discriminar a los colectivos LGTBI, en eso lleva este país con mucha dignidad mucho tiempo y era un objetivo del Gobierno y es una ley del Gobierno".

La vicepresidenta ha celebrado que la ley haya llegado a tiempo para la celebración del Orgullo, con un "mensaje claro y nítido", y ha afirmado que para ella es "una ley más" de las muchas que tiene que coordinar.

Precisamente durante esta celebración, a la que Calvo no asistió, los socialista se encontraron con la oposición de un grupo de personas que les impidió finalizar la marcha y que portaban pancartas con eslóganes como "con Carmen Calvo no estamos a salvo", "PSOE, escucha, 'les' trans están en lucha" o "fuera PSOE de nuestro orgullo".

Las críticas al PSOE parten del anteproyecto de Ley para la igualdad real y efectiva de las personas, aprobado el pasado martes en Consejo de Ministros después de una tensa negociación. En su articulado, deja de considerar la transexualidad una enfermedad e incluye la autodeterminación del género, principal punto de disenso entre Calvo y el Ministerio de Igualdad. 

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