Pedro Sánchez no quiere líos. Que la salida de Pablo Iglesias no iba a "traer la calma" al Consejo de Ministros ya se lo temía el lado socialista del Gobierno. Pero el presidente ha tratado de adelantarse a la tensión entre Nadia Calviño y Yolanda Díaz, que no asumirá como propio el planteamiento para los nuevos Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) hasta tener en cuenta las posiciones de los sindicatos y escuchar a los empresarios.

Se preveía una detonación pública de las hostilidades cuando este martes la vicepresidenta segunda y ministra de Economía marcara terreno con su planteamiento para "impulsar la vuelta al trabajo" desde el 1 de junio con los llamados ERTE "a la inversa". Ella es la jefa del área económica del Ejecutivo, pero ése es el campo específico de la vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, que no hace nada sin buscar el acuerdo con CCOO y UGT, en la mesa con CEOE y Cepyme.

Así que entre los posados con las nuevas carteras y el póster actualizado del gabinete, el presidente transmitió a sus vicepresidentas que "hasta finales de abril" no se salgan del carril. Calviño y Díaz deben aparcar sus diferencias hasta que Sánchez viaje a Bruselas a presentar su Plan de Recuperación y, con ello, se desvele "el calendario para todas las reformas"

Foto del Gobierno de Pedro Sánchez, actualizada tras la entrada de Ione Belarra y los ascensos de Yolanda Díaz y Nadia Calviño. Moncloa

El presidente anunció este martes, en una comparecencia personal tras el Consejo de Ministros, que en una semana su Gobierno aprobará el documento que lleva meses trabajando con la Comisión Europea. Hasta hace pocos días, sus ministerios todavía intercambiaban documentos con los comisarios de la Unión Europea.

El programa promete ser un "acelerador de las reformas digitalizadoras, sostenibles e igualitarias" con las que el PSOE concurrió a las elecciones en noviembre de 2019. Eso sí, sazonado por algunos de los planteamientos sociales de Unidas Podemos. Pero, para empezar, la "contrarreforma laboral" de Díaz se verá matizada y, sobre todo, acompasada en plazos. 

'Contrarreforma' laboral

La dimisión de Iglesias provocó una renegociación del pacto de coalición, que otorgaba a Unidas Podemos la Vicepresidencia segunda. Pero el hecho de que la elegida como sucesora por el líder en retirada forme parte del equipo económico -es decir, que finalmente no fuera Irene Montero la ungida- habría resultado "incoherente", según fuentes del Ejecutivo. Díaz no sólo sería la líder morada en el seno del Gobierno, sino que habría pasado a ser "la superior" de su propia jefa, la ministra de Economía, Nadia Calviño.

Y eso habría complicado la jerarquía en asuntos como la renovación de los ERTE o la reforma laboral. Impensable para Sánchez. Inadmisible para Calviño.

Es cierto que el vicepresidente económico de la Comisión, el conservador Valdis Dombrovskisexige al Ejecutivo español una reforma laboral "integral y ambiciosa" para corregir el alto nivel de paro juvenil y la precariedad en el mercado de trabajo. Pero también lo es que el equipo de Calviño tiene diseñada una hoja de ruta, en la que "los ERTE de reincorporación laboral", previstos a partir del 1 de junio -tal como informaba EL ESPAÑOL este martes- son el "paso intermedio" para ese replanteamiento del mercado laboral.

Pero también es verdad que Yolanda Díaz ha cimentado su trabajo en el Ministerio del mismo nombre en su capacidad de negociación. Es decir, que todo lo fía al diálogo social. Y fuentes de su equipo aseguran a este periódico que en esta oportunidad no va a salirse del carril. "Nosotras todo lo esperamos a decidir cuando escuchemos al diálogo social", afirman. Y la propuesta de Economía todavía no se ha planteado en una mesa con sindicatos y empresarios.

Calendario de Calviño

Del mismo modo que Calviño ha elegido esta semana, a dos meses aún de que caduque el actual modelo de ERTE, para ir marcando terreno, Díaz ya había iniciado sus contactos con los agentes sociales para "calendarizar" la reforma laboral. Los equipos del Ministerio de Trabajo ya habían celebrado las primeras reuniones para abordar los diferentes aspectos. 

Pero Calviño tiene claros los pasos, más allá de lo que tenga en mente Díaz:

Primero los ERTE "a la inversa" que impulsen la vuelta al empleo de decenas de miles de personas de sectores clave como la hostelería, la restauración y el ocio. La idea es bonificar las cotizaciones a la Seguridad Social que paga el empleador para incentivar la reactivación de sus trabajadores. Con ello, el Estado se ahorraría sueldos y cotizaciones, y a cambio ganaría cotizantes e ingresos fiscales

Después, los primeros retoques quirúrgicos en el marco laboral. Es decir, un plan de choque para luchar contra el desempleo juvenil, la modernización del SEPE -cuya necesidad quedó a la vista hace unas semanas con el secuestro de sus sistemas informáticos- y la mejora de las políticas activas de empleo "para reincorporar al mercado de trabajo  a todos los posibles" los casi cinco millones de personas que hoy están en desempleo y ERTE.

Y sólo después, cuando se consolide la recuperación económica en la segunda mitad del año, "abordar las reformas de mayor calado". El plan le viene a Díaz marcado desde arriba, desde la Vicepresidencia segunda... Ahora, falta ver su intención combativa, como líder morada en el Gobierno, en sus reuniones cara a cara con el presidente.

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