"No todos los actos de transfuguismo son constitutivos de delito, pero éste sí lo es", dijo Jaume Asens, denuncia en mano. "Es grave comprar el voto de un ciudadano, pero mucho más grave es comprar el voto de un diputado, que representa a miles de ciudadanos". ¿Qué más guardaba Asens en su carpeta? Un PDF y "recortes de prensa".

Con esta sentencia, el presidente del Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos - En Comú Podem - Galicia en Común trató de argumentar la denuncia por cohecho contra Teodoro García Egea y cinco personas más. Eso sí, las únicas pruebas que aporta el equipo de Pablo Iglesias son el PDF con las firmas de la moción y "recortes de periódicos", como indicios incriminatorios.

Las otras cinco personas incluidas en la denuncia por "la compra corrupta de diputados con dinero público" son los tres "tránsfugas" de Ciudadanos, además del presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, y el supuesto "facilitador" de la operación, el ex secretario general y senador de Ciudadanos Fran Hervías

Las pruebas de Unidas Podemos contra Egea son "recortes de prensa"

"El primer documento que aportamos a la denuncia"; continuó explicando Asens, "es la copia del acuerdo de la moción de censura registrada, que incluye las firmas de los que luego fueron tránsfugas al modificar su posición".

¿Y alguno más?, preguntaron los periodistas. "Recortes de periódico que ponen en evidencia que no se respetó ese acuerdo y que en unas horas se modificó la voluntad manifestada en él y que, al cabo de dos días, el presidente de la Región señaló que había un cambio en el equipo de Gobierno donde se incluía a los tres tránsfugas con responsabilidades públicas".

Sorpresa en el hemiciclo

Unas horas antes, había saltado la sorpresa en el Pleno. Las continuas acusaciones de "corrupción" lanzadas desde la izquierda hacia la derecha del hemiciclo trataban de tapar el fracaso del murcianazo. La operación, urdida entre la sede central de Ciudadanos y Moncloa, que provocó hace tres semanas el terremoto político actual, con otra moción en Castilla y León y unas elecciones en Madrid, sólo ha servido para hundir al partido de Inés Arrimadas sin apenas ganancia para el PSOE, sólo el Ayuntamiento de la capital murciana.

Iglesias se había guardado la bomba para el final de su segunda respuesta a García Egea. Era su último día en el Congreso, antes de entregar su acta para presentarse a las elecciones autonómicas de la Comunidad de Madrid.

Después de 14 meses sometiéndose como vicepresidente segundo del Gobierno a las sesiones de control del secretario general del PP, el líder de Unidas Podemos se dio el gusto de arrancar el aplauso de su bancada cuando anunció que sus acusaciones a los populares no se iban a quedar en mera palabrería: "Le hago hoy un anuncio. Vamos a presentar en las próximas horas una denuncia en la Fiscalía Anticorrupción contra usted por delito de cohecho. Porque ya está bien de corruptos, ya está bien de comprar diputados, ya está bien de impunidad, señoría".

"Indicios y contraindicios"

El caso es que a los tres "tránsfugas" liberales, Isabel Franco, Valle Miguélez y Francisco Álvarez se les atribuye el "cohecho" como receptores de "dádivas en especie", es decir, por recibir cargos públicos, en este caso, tres consejerías. La primera de ellos, simplemente, sigue en su puesto de vicepresidenta. Y los otros dos sí que entran en un Ejecutivo en el que no estaban.

"No ha mediado ningún hecho público que explique este cambio de parecer", argumentaba Asens en la sala de prensa, "sólo sus nuevos sueldos y cargos públicos". Pero eso sí, la denuncia que blandía el diputado mientras daba explicaciones -y de la que Unidas Podemos no entregó copia a este periódico, a pesar de reiteradas peticiones-, pide que Anticorrupción "solicite al juez las cuentas de los acusados, por si ha mediado algún pago dinerario que desconocemos".

Lo cierto es que sí mediaron hechos que explicaran el cambio de posición de los tres acusados expulsados de Ciudadanos. Franco aseguró que había firmado la moción "por disciplina de partido", pero que "no la compartía". Prueba de que la vicepresidenta no estaba en sintonía con la iniciativa de Arrimadas es que la líder del partido la había apartado promocionando como candidata en la moción de censura a otra líder del partido más cercana a sus tesis, Ana Martínez Vidal.

¿Qué fue primero en este desencuentro? La versión depende de las fuentes. Pero los otros dos "tránsfugas" acusados en la denuncia alegaron motivos similares. "Esos pueden ser sus contraindicios durante la investigación, ahí será el momento clave de la denuncia", trató de zafarse Asens.

Combustible de campaña

Iglesias, en definitiva, no tuvo su mejor día este miércoles para despedirse de las Cortes. Su anuncio sorpresa lo había hecho poco más tarde de las 9.20 de una mañana de la que, en todo caso iba a ser su último miércoles respondiendo al político murciano. En menos de 24 horas se le habían destrozado todos los planes. Él quería seguir en el Gobierno 14 días más, y no. Pero es que además, algo había cambiado desde la noche anterior, cuando su equipo aún confirmaba que el acta del Congreso no la entregaría hasta "pocos días antes de empezar la campaña".

Ya que la Ley de Vivienda se queda en el tintero y no la podrá cerrar antes de dejar el Ejecutivo, al menos Iglesias deseaba defender desde el atril un par de iniciativas y alguna proposición no de ley en las próximas tres semanas. Después del rapapolvo del día anterior, cuando se enteró por la prensa de que tendría que dejar el Gobierno dos semanas antes de lo previsto, obligado por la ley electoral madrileña, Iglesias había tomado la decisión de mantener, al menos, el escaño 15 días más.

Pero tampoco: "Dejaré de ser diputado antes incluso que el Gobierno", había respondido a la pregunta del secretario general del Partido Popular: "¿Piensa el vicepresidente Segundo dejar su acta de diputado cuando dimita?".

Eso sí, la supuesta presentación de la denuncia -que a última hora de este miércoles no había sido confirmada por Unidas Podemos- le da combustible para una campaña que, ahora sí, podrá empezar. El martes que viene acudirá a Moncloa por última vez, y al Congreso ya no vuelve.

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