El todavía vicepresidente segundo del Gobierno ya sabe que en Moncloa le están arrinconando, que el candidato del PSOE -su todavía socio- no quiere pactar con él en la Comunidad de Madrid. Al menos, "no con este Iglesias"... cuyo "planteamiento es extremista y radical". Ángel Gabilondo, cumpliendo con lo que opinan sectores del PSOE muy cercanos a Moncloa, así se lo hizo saber este mismo lunes.

Pero Pablo Iglesias aseguró que de su boca no saldrá, en esta campaña, "ninguna palabra mala contra ninguna candidatura progresista". Según el todavía socio de Pedro Sánchez, los votantes de izquierdas "se desmovilizan" cuando ven "peleados a los líderes progresistas".

Eso sí, sibilinamente, el líder de Unidas Podemos acusó al PSOE de estarse derechizando a conciencia: "Comprendo que Gabilondo que se mueve al centro para atraer a los votantes de Ciudadanos, yo respeto su estrategia, pero es inevitable que tras el 4-M tengamos que pactar para formar gobierno".

Iglesias incluso citó la información de este lunes de EL ESPAÑOL, previa a las declaraciones de Gabilondo, en la que se adelantaba la estrategia de la precampaña socialista. Lo hizo cuando se refirió a que le dicen que en Moncloa no le ven "como vicepresidente de la Comunidad de Madrid" y se jactó de que "muchas veces me han dicho que hay cosas imposibles... y las hemos conseguido".

En Moncloa ya no era útil

Ésa es la clave de la campaña de los morados en estas elecciones: hacer ver que Iglesias no sólo se sacrifica "para evitar que la ultraderecha entre en el Gobierno de Madrid"... sino hacer ver que en el Gobierno de la nación ya no lo era: "Los puestos institucionales son instrumentos para cambiar cosas, y yo creo que es evidente que me voy donde soy más útil".

Vestido con camisa rosa y corbata, el vicepresidente saliente confirmó que sí renunciará a su acta de diputado, no sólo al puesto en el Gobierno. Pero no quiso confirmar que lo vaya a hacer 14 de abril, 90º aniversario de la proclamación de la II República. Eso sí, se sonrió mucho antes de decir que "cada cosa a su momento".

El líder morado se siente orgulloso de su gesto. Cree que ha servido para que vuelva a haber partido" entre las derechas y las izquierdas en la Comunidad de Madrid. "Y por eso Ayuso quiere que nos peleemos, pero no lo va a conseguir", afirmó, poniendo sobre la líder del PP lo que fueron unas palabras de su rival socialista por el voto progresista.

Además, presumió de que su salida se completará con el abandono del liderazgo del partido: "Yo creo que Yolanda Díaz", su señalada como heredera, "puede llevar a Undias Podemos más lejos que yo, y puede ser la próxima presidenta de este país".

Y finalmente, jugó la carta victimista, al citar la previsible confirmación de la condena a Isa Serra por agresión a la Policía. La anterior cabeza de lista de Unidas Podemos sería, en tal caso, inhabilitada para cargo público: "Podía ser que a nuestra candidata no le dejaran presentarse a las elecciones", apuntó como única referencia a los hechos, "y la única opción que valoramos que no fuera la mía fue la de Alberto Garzón" como candidato a las elecciones del 4-M.

"Comunismo" o "libertad"

Las encuestas no le son propicias. Es cierto que Unidas Podemos arriesgaba caer por debajo del 5% y no lograr representación en la Asamblea antes de su pirueta del lunes pasado. Pero pocos sondeos le han confirmado siquiera que pueda pasar a Más Madrid, el partido nacido de la escisión de su examigo Íñigo Errejón hace ahora dos años.

Aun así, Iglesias asegura que él sale "a ganar" y que por eso no hará ataques personales a ningún candidato: "Me tendré que poner de acuerdo con las demás formaciones de izquierdas, es lo que los madrileños se merecen", dijo, "un gobierno decente, porque la sanidad y la educación son las condiciones de posibilidad de la libertad".

Porque a la derecha lo que pretende es combatirle esa palabra. Iglesias y sus estrategas suelen evitar las guerras que no pueden ganar, pero no dejan de dar las batallas. Y en este caso, atacan por el flanco a Ayuso y al PP, que han convertido la palabra "libertad" no sólo en su lema de campaña, sino en el leit motiv de su presencia en el Gobierno de la región.

Según el todavía vicepresidente del Gobierno, "el PP considera comunismo defender la Constitución y obedecer las leyes". Y eso es lo que él defiende, aseguró "sin insultar": que "los comunistas que están en mi formación política, fueron los que se jugaron la vida y la libertad por traer esta Constitución... ésa que al PP no le gustaba, porque lo fundaron nueve ministros de la dictadura que tuvieron dudas sobre la Carta Magna", llegó a afirmar.

Para Iglesias, es "evidente" que "la derecha se dedica a destruir las condiciones materiales de la libertad". Que para él son la Sanidad y la Educación públicas. El líder morado jugó con los datos para pedir que los votantes no le crean, sino que se fijen en los datos: "Los niños de Carabanchel tienen muchas menos posibilidades que los de La Moraleja, y la esperanza de vida es de 78 años en Canillejas y de 88 en El Pardo", afirmó.

"Y eso es lo que polariza la sociedad", no sus insultos cruzados con Ayuso, de quien le pusieron unas imágenes asegurando que Unidas Podemos "alienta los disturbios y quemar las calles", lo que le preocupa "mucho más que Vox", al líder de los morados no le alteraron el gesto: "Yo soy muy educado, aunque diga verdades que pueden molestar o doler", antes de insistir en que en esta campaña no insultará, "pero los datos nos hablan de una sociedad muy maltratada por el PP y eso hay que decirlo".

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