Santiago Abascal busca seguir engrosando las filas de Vox con políticos de renombre que le ayuden a ampliar su nicho de votantes. En este sentido, Cayetana Álvarez de Toledo, Juan Carlos Girauta y Rosa Díez son algunos de sus objetivos más anhelados.

"Les tengo aprecio e interlocución; tendrían las puertas abiertas de Vox, con las diferencias que podamos tener", apuntaba Abascal en una entrevista este jueves a esRadio en la que matizaba, eso sí, que "son personas que aportan mucho más a la lucha común desde la sociedad civil". "Les escucho y les valoro", apuntillaba.

Sin embargo, los cantos de sirena del líder de Vox no han sido respondidos afirmativamente por los interpelados, que han descartado de un modo u otro la invitación.

De todos ellos, el fichaje más codiciado por parte de la formación que lidera Santiago Abascal es el de Cayetana Álvarez de Toledo. Pero también uno de los más difíciles.

"Vox es la antítesis del pensamiento de Cayetana; es un partido nacionalista y ella se enfrenta al nacionalismo", apuntan a EL ESPAÑOL desde el entorno de la diputada popular.

El de este jueves no se trata del primer tanteo de Vox a la exportavoz del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso. De hecho, cuando Álvarez de Toledo fue cesada de este cargo, la diputada de Vox Macarena Olona salió a reivindicar su labor parlamentaria a través de su cuenta de Twitter.

Ahora, la formación que lidera Santiago Abascal ha vuelto a ver una oportunidad para tender la mano a la diputada del PP tras el enésimo enfrentamiento de ésta con Pablo Casado, a cuenta de sus declaraciones en las que aseguraba que el líder de su partido "será incapaz de reconstruir el constitucionalismo". Una actitud de rebeldía por la que en el seno del PP la dan por perdida.

"Populismo identitario"

Pese al evidente distanciamiento con Casado, la pirueta que llevaría a Cayetana Álvarez de Toledo a terminar en Vox resulta casi imposible. La diputada por Barcelona ha sido siempre muy crítica con el partido que lidera Abascal, al que ha definido como "nacionalista", "lepeniano" o representante de un "populismo identitario".

"Décadas de despótica ultracorrección política han estallado en una bacanal de incorrección ultra. Años de corrosivo identitarismo centrífugo han cebado un histérico identitarismo centrípeto. A las rancias mentiras del posmodernismo se contraponen ahora las mentiras recalentadas del neonacionalismo", sostenía Álvarez de Toledo en un artículo publicado en octubre de 2018 en el diario El Mundo

Puede que el discurso de Álvarez de Toledo coincida superficialmente con el de Vox en asuntos como el rechazo al feminismo "hegemónico" o en su reivindicación de la necesidad de dar la "batalla cultural" contra la izquierda, pero entre la aún diputada popular y el partido de Abascal hay notables diferencias.

"Es una gentileza"

Juan Carlos Girauta es otro de los fichajes anhelados por Santiago Abascal, que lleva desde 2019 -cuando Girauta era dirigente de Ciudadanos- lanzándole guiños para que se incorpore a su formación. 

"Él sabe que yo no voy a volver a la política", asegura a este medio Girauta, aunque agradece las palabras del político vasco: "Es una gentileza que yo agradezco por parte de un amigo que reconoce mi papel en el mundo de las ideas".

Y es que Girauta se siente cómodo fuera de la política, aportando su granito de arena a la "guerra cultural" desde la prensa y think tanks. A sus columnas semanales en ABC hay que sumar su participación en debates como los organizados por Disenso, el laboratorio de ideas de Vox. "Yo dirijo mis consejos al mundo liberal-conservador", explica.

Sólo con una sociedad civil "activa y ágil", entiende, se puede plantar cara al Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias: "Las organizaciones políticas también necesitan nutrirse de ideas de gente libre, que no dependa económicamente de ningún partido y que no le deban servidumbre".

¿Y cuál es su propuesta? "Una refundación del centro-derecha" que pase por la anexión de "lo poco que queda de Ciudadanos" con el Partido Popular. Y esa coalición, después de unas futuras elecciones, debería pactar con Vox, ya que entiende que "son proyectos distintos, pero que deberían ser capaces de pactar".

¿Y Rosa Díez?

Rosa Díez es otro de los nombres que la cúpula de Vox ha puesto en numerosas ocasiones encima de la mesa como refuerzo de renombre. Incluso, como posible candidata a presidir un gobierno de "salvación nacional".

Desde que abandonó la política en 2016, la exdiputada de UPyD se ha ido acercando progresivamente a las tesis de los de Santiago Abascal. Este acercamiento, paulatino, se vio precipitado precisamente por el cese de Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso. "El PSOE ya manda en el PP", reflexionó Díez.

Desde entonces, la fundadora de UPyD ha sido una de las outsiders políticas más vehementes contra el Gobierno de España. Una vehemencia que en ocasiones sólo ha compartido con Vox. No en vano, llegó a defender su moción de censura contra el Gobierno de Pedro Sánchez achacando al resto de partidos de la oposición que "por razones de oportunidad" no la apoyaran: "No tienen argumentos para rebatir el fondo sobre el que se sustenta".

Al ser preguntada ahora por la invitación de Santiago Abascal, la fundadora de UPyD ha respondido a este medio con un escueto "nada que decir". Por el momento, agua.

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