"Pues lo digo claramente: creo que sí". Pablo Iglesias no dejó siquiera un resquicio para después argumentar que se malinterpretaron sus palabras. No cabe otra interpretación. El vicepresidente del Gobierno equiparó el exilio republicano español con la fuga de Carles Puigdemont.

Su razonamiento en conversación con La Sexta ha levantado un tornado de indignación entre los hijos del exilio. Un legado que Iglesias viene tratando de hacer suyo desde que entró en política hace ya siete años.

Las asociaciones mayoritarias vinculadas a la recuperación de la Memoria Histórica han reaccionado con estupefacción. En charla con este periódico, niegan la mayor y tachan la comparativa de "desproporcionada", "injusta" y "desacertada".

La Asociación de Descendientes del Exilio Español -la más representativa en su ámbito- trabajó a contrarreloj durante la tarde de este lunes para la emisión de un comunicado. Lo hizo de forma colegiada y con la dificultad de la diferencia horaria. “Todavía son muchos los que viven fuera de España”, relata a EL ESPAÑOL su presidenta, Pilar Nova.

El texto informa de su “más profundo desacuerdo” con Iglesias: “No es posible comparar los sufrimientos padecidos en un caso y otro. No es posible comparar un exilio que intenta salvaguardar la vida con una salida bajo el foco mediático y disfrutando de un buen pasar”.

Los hijos del exilio reiteran que no es posible comparar a Puigdemont “con aquellos a los que les arrebataron todo”: “Nuestros familiares que no pudieron alcanzar la frontera fueron represaliados por ser familia de…”. Una circunstancia que nada tiene que ver con lo sucedido a los allegados del expresident.

La “gran diferencia” -expresa el comunicado- reside en que Puigdemont es un “autoexiliado”, y no un “exiliado”, ya que en España hoy “existe la democracia”: “Pedimos al vicepresidente que utilice correctamente el lenguaje”.

Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, acusa a Iglesias de "relativizar la violencia" de Franco, que "asesinó física y civilmente a millones de personas".

Insiste en que el Estado democrático del que se fue Puigdemont y la España de la que huyeron los republicanos no tienen nada que ver: "Es desafortunado".

Concha Díaz es vicepresidenta de Amical de Mauthausen, una asociación que agrupa y representa a los republicanos deportados que, tras sobrevivir a la Guerra Civil, acabaron encerrados en campos de concentración nazis. El pasado 4 de octubre moría en Francia Juan Romero, último español superviviente de Mauthausen.

Avisa de que la plataforma prefiere no polemizar, pero sí traslada a EL ESPAÑOL esta opinión: "La comparación es completamente desproporcionada. No tiene nada que ver una cosa con la otra. Los contextos históricos y personales son muy diferentes".

Unas palabras que, como las de Emilio Silva, señalan el tren de vida de Puigdemont en contraposición al hambre, el frío y la miseria sufrida por miles de republicanos.

"Puigdemont no es un exiliado"

Almudena Asenjo es directora de la fundación Largo Caballero. Una estructura vinculada a la UGT y que viene siendo subvencionada por los gobiernos socialistas. El conocido como "Lenin español" escapó de España tras la guerra, pero fue detenido en Francia por la Gestapo.

Presidente del Gobierno durante uno de los periodos más revolucionarios de la República, sufrió en carne propia el exilio más descarnado: el encierro de Sachsenhausen. De ahí el estupor que han suscitado las palabras de Iglesias en la fundación.

"Las situaciones no son comparables. Los republicanos se exiliaron tras un golpe de Estado y una guerra civil que desembocó en dictadura. Eso no tiene nada que ver con Puigdemont. Él no es un exiliado", asevera Asenjo.

La directora de la fundación Largo Caballero recuerda que "España es una democracia" y que el expresidente de la Generalitat "se marchó porque le esperaba la cárcel y no quiso asumir su responsabilidad".

El Ejército Rojo liberó a Largo Caballero y al resto de presos de Sachsenhausen en 1945. El socialista, tras una breve etapa en Berlín, viajó de nuevo a París, pero moriría apenas un año después aquejado de varios problemas de salud.

Arturo Peinado, presidente de Foro por la Memoria, coincide: "Nos parece fuera de lugar. La situación de los republicanos españoles fue inmensamente más dramática". "Irse del Estado democrático español no tiene nada que ver con exiliarse de la España de Franco", incide Peinado.

Del mismo modo, las declaraciones de Pablo Iglesias han provocado una cascada de reacciones en las redes sociales. Hijos y nietos del exilio han colgado fotografías de las penosas condiciones que atravesaron sus ascendientes para mostrar el despropósito que supone colocarlas en el espejo de Carles Puigdemont.

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