La coportavoz de Podemos, Isa Serra, ha defendido que hasta la Real Academia Española (RAE) define el caso del expresidente de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont como exiliado, tal y como dijo este domingo el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias en el programa Salvados. No obstante, ha especificado que ello no supone equipararlo con el "sufrimiento" de las víctimas del franquismo que tuvieron que abandonar el país.

Así lo ha indicado Serrado este lunes en una rueda de prensa, en la que ha defendido que la definición de Puigdemont como exiliado "no lo dice Pablo Iglesias sino que hasta la RAE dice que un político que ha salido del país por ejercer determinados planteamientos políticos", que no comparten, "es un exiliado". En concreto, la acepción de la Academia de "exiliado, da" es: "Expatriado, generalmente por motivos políticos".

Pablo Iglesias dijo que creía que la situación de Puigdemont se asemejaba con un exiliado. "Si está en Bruselas (en referencia a Puigdemont) no es por haber robado dinero a nadie, por haber intentado enriquecerse ni por haber metido la mano en el bolsillo de nadie, sino por llevar sus ideas políticas hasta un extremo que, para mí, es erróneo y no es indiferente al derecho (...) Se ha jodido la vida para siempre por unas ideas políticas que yo no comparto", ha destacado Iglesias.

La coportavoz de Podemos, cuestionada sobre las críticas en redes que interpretan que el vicepresidente comparó el caso del eurodiputado con el exilio tras la Guerra Civil, ha subrayado que se está hablando de contextos históricos y políticos absolutamente diferentes. "Decir que Puigdemont es un exiliado no es igualarlo, desde luego, al sufrimiento de una dictadura criminal como fue la franquista", ha reiterado Serra para insistir en que no se puede comparar ambos contextos, aunque se definan como exilio.

También conocida como La Retirada, el exilio republicano fue una diáspora de masas -de medio millón personas- de larga duración y plural porque incluyó gente de todos los estratos sociales, políticos y económicos, desde simples asalariados o amas de casa hasta un muy elevado número de intelectuales. Huyeron hacia Francia, América o el Norte de África. Y muchos de ellos murieron a miles de kilómetros de sus hogares.

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