1. Resulta difícil saber qué partidos catalanes rechazaban sinceramente un aplazamiento de las elecciones autonómicas y cuáles lo deseaban en secreto, aunque fingieran estar en contra de él. Las posturas, además, han evolucionado a lo largo de la última semana.

2. De cara al exterior, sólo el PSC se oponía con contundencia a ese aplazamiento (hasta el punto de quedarse solo a media semana en su defensa de la fecha del 14 de febrero). Pero la que menos lo deseaba era, sin duda alguna, ERC

3. Ahí tienen la respuesta a la pregunta que encabeza este artículo. ¿A quién beneficia el aplazamiento (teórico) de las elecciones hasta el 30 de mayo? Es muy dudoso. Pero a ERC, con total seguridad, no.

4. ¿A quién perjudica? Dependerá de la evolución de la epidemia y del éxito de la campaña de vacunación. Salvador Illa podría salir muy beneficiado por el aplazamiento, pero también podría ver desinflarse el efecto Illa. JxCAT, sin embargo, parece ser el ganador en la sombra

5. Sólo había pasado una semana desde el anuncio de la candidatura de Salvador Illa cuando los sondeos, incluido el de SocioMétrica para EL ESPAÑOL, empezaron a arrojar la posibilidad de un triple empate entre ERC, JxCAT y PSC. 

6. A día de hoy, los sondeos internos de los partidos catalanes ya dan como vencedor a Salvador Illa por delante de ERC y JxCAT. Parece obvio, por tanto, que el aplazamiento de los comicios no se debe a motivos sanitarios, sino electorales. Concretamente, al miedo de los partidos nacionalistas a una victoria de Illa. 

7. Es más. ERC, que ha liderado esos sondeos de forma muy clara durante los últimos dos años, cae en ellos hasta el tercer puesto. Se comprende entonces que ERC haya entrado en pánico y caído en la trampa convergente: la del aplazamiento de las elecciones con la excusa de la epidemia. 

8. Es la maldición de Sísifo en su versión republicana. Cada vez que ERC parece a punto de rebasar a su eterno rival (Convergencia) y de alcanzar la presidencia de la Generalidad, ocurre algo que les deja con la miel en los labios. 

9. En 2017, ese algo fue la victoria de Ciudadanos. ERC cayó hasta el tercer puesto, por detrás del prófugo Carles Puigdemont. También las encuestas daban a ERC como ganadora ese año.

10. Si los sondeos se confirmaran, la Inés Arrimadas de 2021 sería Salvador Illa. 

11. Tan abrupta es la caída de ERC que incluso JxCAT ha empezado a verle las orejas al lobo. Porque si ERC pierde toda posibilidad de ocupar la presidencia de la Generalidad, es probable que opte por hacer presidente a Salvador Illa antes que a Laura Borràs

12. ERC necesitaba que las elecciones se celebraran cuanto antes para evitar profundizar aún más en su caída. 

13. A JxCAT, en cambio, le convenía un aplazamiento de las elecciones para dar tiempo a que esa tendencia ascendente de Laura Borràs adquiriera aún mayor velocidad. Es la misma lógica que podría aplicarse a Illa. Pero el ministro cuenta con un handicap: estar a caballo del Ministerio de Sanidad y de su candidatura electoral es insostenible a medio plazo. Y menos lo será si los datos de la epidemia empeoran.  

14. Las elecciones son en buena parte momentum, y el de ERC era pésimo. El de JxCAT, bueno, y el del PSC, excepcional. Veremos qué ocurre en mayo. 

15. El aplazamiento de las elecciones le permitirá a Salvador Illa esquivar el pico de la tercera ola, que tendrá lugar muy probablemente a mediados de febrero, e iniciar la campaña electoral catalana con la campaña de vacunación muy adelantada. Pero también podría llegar a ella con 20.000 muertos más

16. Es decir, Salvador Illa podría ser el candidato que abandonó el Ministerio de Sanidad en el punto culminante de la pandemia y habiendo fracasado en su empeño por doblegarla o el candidato que se presenta a la presidencia de la Generalidad con la campaña de vacunación encarrilada y la tercera ola bajo control

17. Aplazar su relevo al frente del Ministerio de Sanidad le permitirá a Illa, eso sí, acaparar horas de televisión y foco público. Una ventaja de la que no disfrutarán sus competidores.  

18. También Laura Borràs, la candidata de JxCAT (es decir de Carles Puigdemont), se aprovechará de su tendencia ascendente en las encuestas. Cada día ganado a las elecciones es un día más de caída de ERC y de consolidación de su candidatura.

19. "Ahora tenemos más tiempo para ganar bien" ha reconocido el director de Comunicación de JxCAT, Pere Martí. Ahí lo tienen, diáfano. 

20. Es probable que el segundo partido más perjudicado por el aplazamiento de las elecciones, aunque a distancia de ERC, sea Vox. Y de ahí sus quejas por la nueva fecha. 

21. Porque Vox es un partido de impulso y nada hace suponer que el clima social, el que genera ese impulso, vaya a ser más tenso el 30 de mayo que el 14 de febrero, en pleno pico de la tercera ola.

22. Pero esta es una consideración secundaria y el voto de Vox parece lo suficientemente militante como para no fluctuar en demasía. El PP, en cambio, confía en que el aplazamiento le devuelva parte de su voto fugado a Vox. 

23. Hay que tener en cuenta también que las Consejerías autonómicas más castigadas por la epidemia (y especialmente la de Salud) están en manos de ERC

24. Cualquier mala noticia sanitaria que se produzca durante las próximas semanas contará en el debe de ERC. Con la gestión de la tercera ola cedida a las comunidades, Illa podría desentenderse razonablemente bien de esas hipotéticas malas noticias. Algo que no ocurrirá, sin embargo, si el Gobierno se ve obligado a retomar el mando único o a decretar un nuevo confinamiento domiciliario. 

25. A cambio, Illa capitalizará con toda seguridad el éxito de la campaña de vacunación, aunque esta sea responsabilidad en la práctica de las comunidades. 

26. ERC se encontraba entre la espada y la pared. Si mantenía las elecciones, la habrían acusado de imprudente y de poner sus intereses políticos por delante de la salud de los ciudadanos. Al aplazarlas con la esperanza de desactivar a Illa ha dado oxígeno a una JxCAT que se encuentra en empate técnico con los republicanos. 

27. No son pocos, a ambos extremos del arco político y mediático, quiénes están convencidos de que el motivo del aplazamiento de las elecciones no ha sido sanitario. 

28. El cambio de caballo a media carrera del PSC, de Iceta a Illa, ha obligado a replantear su estrategia electoral a todos los partidos catalanes

29. Pero el más perjudicado ha sido ERC por razones obvias. Su apoyo al PSOE en el Congreso de los Diputados restará fuerza a cualquier crítica que pueda hacerle a Illa. Lisa y llanamente, esa crítica no será creíble.

30. JxCAT aprovechará esa circunstancia para hacer crujir los goznes de la coherencia de los republicanos. Miquel Iceta era un rival mucho más cómodo para ERC que Illa.  

31. JxCAT sabe que ERC habría preferido no aplazar las elecciones, pero aprovechará su posposición para acusarles de haber cambiado la fecha por miedo a la derrota. 

32. Illa es un candidato transversal, que no provoca rechazos viscerales ni en el independentismo ni en el constitucionalismo, con mucha visibilidad mediática y una imagen serena y poco crispada. Es dudoso que nada de lo que ocurra durante los próximos meses vaya a alterar demasiado esa imagen. 

33. La candidatura de Illa, además, desvía el foco de la campaña desde la independencia a territorios menos ideológicos, como el de la capacidad de gestión.

34. Ciudadanos, el principal caladero de nuevos votos para Illa, se resentirá sin duda de ese cambio de foco. Porque más allá del debate sobre el procés, Ciudadanos parece moverse con dificultades en Cataluña. 

35. A cambio, Ciudadanos confía en que el aplazamiento haga que se desinfle en buena parte el efecto Illa. Pero el efecto Illa no parece tanto consecuencia de la propaganda como de su perfil radicalmente diferente al de sus rivales electorales

36. El aplazamiento de las elecciones retrasará aún más los hipotéticos indultos a los presos del procés. Veremos cómo gestionan los partidos independentistas ese nuevo retraso.

37. JxCAT es el partido que más tiene que ganar con ese aplazamiento. Porque ellos no han sido socios preferentes del PSOE en el Congreso de los Diputados, como ERC. 

38. La sospecha, sin embargo, es que JxCAT ha vuelto a forzar la mano de ERC utilizando a su favor la ya conocida cobardía de los republicanos (y que quedó patente durante los momentos decisivos del procés, cuando presionaron a Puigdemont para que declarara la independencia, pero sin arriesgar personalmente en el envite). 

39. Pero los equilibrios son importantes y JxCAT puede también quedarse colgada de la brocha. Porque su única opción de gobernar es junto a ERC, mientras que ERC tiene dos caminos frente a sí: el independentista, junto a JxCAT, y el izquierdista, junto a PSC y Podemos.