Laura Fàbregas Eduardo Ortega Socorro

“Fue una trampa”. El acuerdo que el PSOE firmó el pasado miércoles a primera hora de la mañana en el Congreso de los Diputados con Bildu y Unidas Podemos ha acarreado horas convulsas en el partido de Pedro Sánchez, con una polémica que desde la sede de Ferraz sacude a La Moncloa.



Para varios cargos socialistas del Gobierno el PSOE no supo reaccionar ante una maniobra de Pablo Iglesias dirigida a alejar el eje del Gobierno de la “centralidad”. Se trata de los ministerios económicos, que esperaban tener en Ciudadanos un apoyo para afianzar un programa de Gobierno menos radical y capaz de abordar la crisis económica y social de la Covid-19 con el aval de Bruselas.



Pero el vicepresidente segundo marca perfil propio y arrastra al jefe de Gobierno hacia Bildu, ERC para recuperar ese “espíritu de enero” que culminó con el pacto de investidura. Podemos ejerce de puente con los separatistas vascos y catalanes en el Ejecutivo y desde el partido de Ada Colau ya le han transmitido la incomodidad por el acercamiento a la formación naranja. Si ERC debe desprenderse de JxCat en Cataluña, piden que Podemos empuje para que Sánchez se aleje de Cs.



En medio de este tira y afloja se halla Sánchez, que también ve cómo la tensión en su partido aumenta. Los sectores más ortodoxos de la formación tuvieron que encajar con estupor un pacto firmado con Bildu que recogía dos puntos polémicos: la derogación “íntegra” de la reforma laboral (lo que irritó tanto a la CEOE como a los sindicatos por haberse propuesto sin su intermediación) y la cesión al País Vasco de la gestión del superávit de los ayuntamientos que desde hace semanas van pidiendo todas las ciudades de España.



El presidente del Gobierno decidió desde el estallido de la crisis aislarse en su fortín de la Moncloa, pero los barones socialistas y el principal intérprete de la política del PSOE en la capital, José Luis Ábalos, no esconden su enfado por una jugada de Sánchez que consideran de principiante.



El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, se mostró "dolido y perplejo" por el acuerdo con los abertzales. Y el presidente de Aragón, Javier Lambán, aplaudió el apoyo de Cs y transmitió su voluntad de que “Moncloa no se vea obligado a volver a recurrir para nada a partidos que no creen en España ni en futuro común de todos los españoles”.

La vicepresidenta económica Nadia Calviño dictó sentencia al tildar de “absurdo” abrir el debate de derogar la reforma laboral en una “recesión histórica” como la que está sufriendo España, dada la inestabilidad de la economía y del empleo. 



Sánchez intentó a lo largo de todo el jueves reanudar las relaciones con la patronal. La CEOE rompió el pacto social y el presidente le pidió modificar su postura. Pero en la patronal ha aumentado la “desconfianza” hacia el socialista, admiten fuentes gubernamentales.

Asuntos económicos

“Sánchez cayó en la trampa de Iglesias”, repiten miembros del PSOE. Para las fuentes consultadas, el líder de Podemos lleva días empujando para que fracase el acercamiento con Arrimadas. “Primero fue la tasa a los ricos, ahora el pacto con Bildu”, sostienen.

El malestar llegaría incluso a los ministerios de Unidas Podemos. Fuentes cercanas al Gobierno aseguran que el Ministerio de Trabajo y su responsable, Yolanda Díaz, no habrían tenido tampoco notificación ni conocimiento alguno del acuerdo con el partido vasco. Y ello a pesar de que es el departamento competente en la materia laboral y el que hasta ahora estaba decidiendo con qué fórmulas se suprimiría la reforma de 2012.

El que Díaz no conociera el contenido del acuerdo con Bildu indica también que el propio Iglesias escondió información a sus ministros. Hasta ahora, aunque con numerosas tiranteces, la ministra de Unidas Podemos había logrado sacar adelante con consensos los asuntos tratados en el Diálogo Social, como la ampliación de los expedientes temporales de regulación de empleo (ERTE) hasta el 30 de junio.

Sin embargo, el texto inicial del acuerdo con Bildu ha dinamitado las relaciones con los empresarios. Esto tiene consecuencias en todos los planos, más si cabe con todos los procesos de negociación que hay abiertos por la crisis y de cara a la desescalada. 

Por ejemplo, según ha podido saber este medio, el encuentro fijado para este jueves de la CEOE con el ministro José Luis Escrivá para tratar el Ingreso Mínimo Vital (que se aprobará en el próximo Consejo de Ministros) ha sido suspendido sine die.

Algo parecido ocurre con la mesa de negociación de los autónomos. La Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), que forma parte de la CEOE, ya ha indicado al Gobierno que no acudirá a las reuniones para abordar los asuntos que atañen a los trabajadores por cuenta propia. Ahora le toca a Díaz la difícil labor de reconstruir los puentes con la patronal.

Excluir a Cs

El líder morado lo ha fiado a una estrategia atrevida que pasa por intentar que Sánchez, aún más alejado de su partido, considere que su futuro político pasa únicamente por volver al esquema de la mayoría de la investidura. Prueba de ello es que, en el medio de una de las mayores polémicas internas del Gobierno desde enero, en Catalunya Ràdio el secretario general de Podemos volvió a recuperar la propuesta de excarcelación de los políticos independentistas presos.



En el PSOE creen que Sánchez tuvo dos semanas para “decidir” si ir de la mano de Ciudadanos o ERC. Pareció haberse decantado por Inés Arrimadas, pero el miércoles todo cambió. Sánchez ejerce un control férreo de las estructuras internas socialistas, pero también es consciente de que en su partido quedan muchos enemigos. Ahora, con el acuerdo todavía caliente, no puede fallar más: o vuelve a Ciudadanos o se queda en el espacio que Iglesias le está cociendo.

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