Pedro Sánchez inauguraba una nueva moda: las comparecencias puntuales, a la hora anunciada, tras "seis semanas de estado de alarma" y por tanto, confinamiento y retrasos en Moncloa. A las 20.15 horas, justo después de los aplausos en los balcones, el presidente aparecía en las pantallas para explicar la nueva etapa del estado de alarma que entra en vigor este domingo. Dos anuncios: se podrá salir a hacer deporte solo y a pasear acompañado en una semana y, sobre todo, las decisiones se seguirán tomando en Moncloa.

Éste era un mensaje directo a Quim Torra, presidente de la Generalitat, que ne la mañana del domingo había presentado el "plan de desconfinamiento para Cataluña". Y tirando a dar: el president reprochaba en rueda de prensa que él sí lo tiene y que no se lo ha visto "al Gobierno del Estado". En respuesta, Sánchez anunciaba que "este martes lo aprobaremos en Consejo de Ministros y yo mismo lo presentaré en rueda de prensa".

Quim Torra llegará, en todo caso con ventaja a la videoconferencia de presidentes autonómicos este domingo. Su ultimátum es el plan detallado de desescalada aprobado en una reunión extraordinaria y urgente convocada por él mismo en la mañana del sábado. Por fases temporales, por sectores poblacionales y de producción y con técnicos conocidos que lo avalan. Para Cataluña nada más, claro.

Quim Torra, durante el Consejo Ejecutivo telemático extraordinario de este sábado. Efe

La estrategia del líder separatista era doble. Por un lado, no darle tiempo a Sánchez a contestar. Pero no lo logró. Y por otro, aprovechar la epidemia del coronavirus, para acrecentar la tensión separatista por otros derroteros. Era un arma poderosa frente un Ejecutivo central con demasiados frentes abiertos y poca munición.

Torra convocó un Consejo de Gobierno urgente este sábado a las 13.00 horas y una comparecencia de prensa a partir de las 15.00 horas por videoconferencia desde la Casa dels Canonges. Según una nota oficial del Govern, la idea de la cita de emergencia era abordar cómo será el desconfinamiento y analizar el plan que ha elaborado el epidemiólogo Oriol Mitjà, que contempla una desescalada en cinco fases, test masivos y abre la puerta a la creación de un certificado de inmunidad. Este último extremo desechó.

Torra exige a Sánchez que levante el estado de alarma o devuelva competencias

Por su parte, Sánchez tuvo que anunciar una cosa sin que existiera: la "desescalada", al menos ese plan con fechas e hitos, se conocerá el martes tras el Consejo de Ministros. Sólo pudo dar unos detalles nominativos. Según el presidente, la recuperación de la "nueva normalidad" será "gradual y asimétrica". Es decir, por pasos y diferenciada en función de los territorios en los cuales actuemos. Además deberá ser ordenada, o sea, "regida por unas mismas reglas". 

Ultimátum de Torra

El presidente diferenciaba entre "recentralización", la acusación que no se aparta de la boca de los separatistas de ERC y del Govern de Cataluña, y "coordinación". Una cosa no es la misma que la otra. "Es necesario que el cuadro de mandos lo coordine el Gobierno, para evaluar la gradualidad y la asimetría del desconfinamiento".

Es decir, aunque se apliquen pasos distintos en diferentes lugares, el Ejecutivo seguirá coordiándolo todo desde Moncloa. "Si para proteger territorios menos afectados nos hemos tenido que confinar todos", ahora se instalará un mismo "cuadro de mandos integral". Según Sánchez, este plan será accesible al público "con los marcadores también a la vista, para que todo ciudadano pueda ver los criterios objetivos" con los que se toman las decisiones.

Con esto pretendía dar por superado el ultimátum de Torra. El president había anunciado que su carta ganadora le permitiría darle tres opciones a elegir a Sánchez: O bien levantar el estado de alarma, o bien mantenerlo por territorios o, finalmente, "devolver a Cataluña sus competencias".

El Gobierno aprobará el plan de desescalada el martes en Consejo de Ministros.

Es decir un tres en uno catalanista, cualquiera de estas tres posibilidades eran la misma en lo que a la región respecta. Que Sánchez ceda y Torra pueda colocarse la medalla de que "recuperamos nuestra competencia".

Todo mal

Para el líder separatista que presiden el Govern, todo lo hecho por Pedro Sánchez "es una mala decisión": la "recentralización", la "falta de escucha", la salida de menores "sin franjas horarias y dejando fuera a los de 14 a 17 años"... Presumiendo de que "con los mejores técnicos de Cataluña" su plan de desconfinamiento es mejor, ha exigido a Moncloa que acepte "una de estas tres opciones: levantar el estado de alarma, mantenerlo por territorios o devolver a Cataluña sus competencias".

Entre otras cosas porque la reunión del Consell Executiu tenía la condición de auténtica trampa para el jefe del Ejecutivo español. Y es que el plan de desconfinamiento de Cataluña "ya ha sido aprobado por el Govern", anunció. Y, "para poder impulsarlo, necesitamos tener el control de las decisiones y los planes específicos". 

El presidente tenía que admitir, horas más tarde, que la victoria contra el Covid-19 "aún no está cerca por desgracia". Pero que "el único horizonte es la reconstrucción social y económica" y la "unión es el único camino". En ese punto, Sánchez quiso vincular la gresca política vivida en las últimas sesiones del Congreso -los enfrentamientos con el PP y Vox, los desafíos de ERC y JxCat, la amenaza del PNV...- a los "bulos, el odio y la desinformación". Para el presidente del Gobierno, ésos son "los aliados del virus".

"Por eso lo que debemos es ponernos de acuerdo todos en los cabildos, los consells, las diputaciones, los municipios, las CCAA, los partidos y los agentes sociales", porque "el virus no atiende a lindes administrativas", repetía en su intervención y a las preguntas de la prensa. 

Un juego argumental que ya ha sabido copiar Torra, que en un tono colectivista, reclamó "unidad y lealtad a la oposición" catalana. Según el president, si Los Comunes, o Ciutadans quieren lo mejor para los catalanes "y que no haya ningún criterio superior que las vidas de sus ciudadanos", dijo, "deben estar con el Govern" porque "son nuestros expertos los que deben decidir en nuestro país".

Frentismo

Ya hace una semana, Torra levantó la voz en la reunión, reclamando tener el mando en el proceso de apertura de la actividad. "Al principio, en esas reuniones me sentía muy solo", ha dicho Torra, "pero en cada edición, más presidentes se han unido a las posiciones de Cataluña".

Sin dar nombres, el president dijo que "hubo más presidentes que la semana pasada dijeron esto, que no se puede gestionar el desconfinamiento a 600 km de distancia". En su opinión, el criterio que debe escuchar Sánchez es que "no se puede hacer nada sin tener en cuenta las características de Cataluña". 

Quim Torra pide a los catalanes que los menores paseen siguiendo franjas horarias

El president armaba un discurso frentista: "No no nos han dejado hacerlo como se debía, no nos han escuchado... o sí, pero con 15 días de retraso". Rematando con que "la centralización no es efectiva ni en gestión sanitaria ni en la del desconfinamiento". 

E incluso, presumiendo de que sus expertos son más expertos, recordó que "nosotros proponíamos franjas horarias para la salida de los menores... pido a los padres catalanes que nos hagan caso a nosostros en ese pequeño sacrificio, por la salud de todos". 

Fuentes de Moncloa deslizaron tras escuchar las palabras de Torra que este plan catalán, en todo caso, es papel mojado, ya que la región no tiene competencias para aplicarlo.

Y es que, aunque las fases de la lucha contra la emergencia del coronavirus las marca oficialmente el Gobierno en el BOE, en realidad se van anunciando con adelanto: en los cambios lingüísticos que se aprecian en los discursos de los responsables, ya sean políticos o técnicos. Si al inicio se hablaba mucho de "la curva" de casos, luego vino la "el estrés" de las UCI ya hora sólo se habla de "desescalada".

Cada una de estas etapas han tenido su polémica política. Y cada líder político la ha enfocado según el reparto de papeles habitual: un ejemplo claro de esto ha sido el presidente de la Generalitat catalana, Quim Torra. En la fase "curva", había que cerrar Cataluña en las fronteras autonómicas para no importar infectados; en la etapa "estrés", se pararon hospitales de campaña que montaba el Ejército por su españolía, como en Sabadell; y en la que ahora nos econtramos ahora, el president quiere que le dejen controlar sus ritmos y alcances geográficos por comarcas.

"Usurpación"

Antes incluso que estas tres fases apócrifas comenzaran, el líder independentista trató de instalar el mensaje victimista de que el decreto de estado de alarma del que este sábado se cumplían seis semanas, suponía una "usurpación de competencias". Ese mantra no ha dejado de repetirlo, ni él desde el Palau de la Generalitat, ni los socios parlamentarios del Gobierno de Pedro Sánchez, ERC y PNV. 

Quim Torra, en la reunión telemática de su Consejo de Gobierno para aprobar el plan de desconfinamiento de Cataluña. Efe

Este miércoles, en la tercera renovación del confinamiento en el Congreso, tanto Gabriel Rufián como Aitor Esteban lanzaron serias advertencias y amenazas. El republicano aseguró que la abstención de sus 13 diputados estaba "cada vez más cerca del no". Y el nacionalista vasco simplemente dejó claro que o le dan las competencias al lehendakari para la desescalada o "no le votaremos 'sí' cuando vuelva usted dentro de 15 días a por otro prórroga".

El clamor para que la desescalda sea "asimétrica" no es sólo autonómico, sino también municipal y empresarial. Lo cierto es que el presidente del Ejecutivo ha abonado el terreno, incluyendo a unos, a otros y a los demás allá en sus nuevos Pactos de la Moncloa para hacer frente a la "reconstrucción" de España tras la epidemia. Y no presentando un plan definido por etapas ni en la videoconferencia de presidentes de cada domingo, ni en su primera reunión con los directivos de la FEMP el lunes, ni en las citas habituales con los agentes sociales.

La misma crítica, curiosamente, que lanzaba el Partido Popular este sábado. El vicesecretario de Participación del PP, Jaime de Olano, recriminaba al Gobierno que no tenga un plan para la desescalada en la crisis del coronavirus como, según ha recalcado, sí que tienen otros países europeos como Francia, Alemania o Bélgica. "El único Plan del gobierno para la desescalada es perseguir a todos aquellos que critiquen la ausencia de un plan real", sentenciaba.

Sánchez reconocía, al cierre de su intervención sabatina, que en Moncloa -"como en todo el mundo"- todavía ignoran "muchas cosas del virus".

Pero que sí se tienen "dos certezas: sólo lo venceremos cuando contemos con una vacuna o un remedio terapéutico, pero eso tardará desgraciadamente, meses. La segunda, es que hay victorias parciales que se pueden alcanzar "con el esfuerzo colectivo". En ese momento, se pudo ver el mensaje en una pantalla de Moncloa: "Este virus lo paramos unidos"...