Luis Garicano no formará parte de la próxima Ejecutiva de Ciudadanos. Según ha sabido este diario, el reputado economista ha quedado fuera del equipo que ha confeccionado Inés Arrimadas para suceder a Albert Rivera en la presidencia del partido.

Eurodiputado, principal cabeza pensante de los programas de la formación liberal, con este gesto queda cerrada una etapa que comenzó a clausurarse con la marcha de su discípulo, Toni Roldán. Ambos fueron quienes, por ejemplo, seleccionaron y confeccionaron los primeros gobiernos autonómicos que engrosó Ciudadanos.

Luis Garicano (Valladolid, 1967) no abandonará el proyecto y seguirá trabajando como eurodiputado. Tampoco se unirá a la candidatura de Francisco Igea, con quien mantiene una amistad desde tiempos universitarios.

"He peleado por lograr esos cambios y la unidad, pero no lo he conseguido. Por eso no formaré parte de la Ejecutiva", confirma Garicano a este diario. Arrimadas ha nombrado número dos -secretaria general- a Marina Bravo, diputada en el Parlament de Cataluña. Carlos Cuadrado -antes responsable de finanzas- y Joan Mesquida serán vicesecretarios. Melisa Rodríguez relevará a Lorena Roldán como portavoz nacional.

Fuentes del entorno de Arrimadas, no obstante, reiteran que se le ofreció el puesto a Garicano, pero que fue él quien rechazó estar en la Ejecutiva. El primer fin de semana de marzo se celebrarán las primarias que enfrentarán a la jerezana con el vicepresidente de Castilla y León.

Garicano, sin alharacas, se erigió como uno de los críticos a la estrategia dictada por Albert Rivera durante sus últimos meses al frente del partido. El también profesor en la London School of Economics trató de apaciguar a los discrepantes tras el descalabro del 10-N. Anunció "cambios importantes" en las dinámicas internas. Unos cambios por los que dice haber peleado... y que no ha conseguido.

La principal novedad del equipo de Arrimadas será el liderazgo femenino, pero no variarán demasiado los nombres. Permanecerán los últimos fichajes de Rivera -Edmundo Bal y Marcos de Quinto- y los barones autonómicos -Juan Marín, Toni Cantó e Ignacio Aguado-. Destaca la vuelta de Jordi Cañas a la cúspide organizativa.

"Quise que el partido reconociera sus errores, que se gestaran algunos cambios, pero he fracasado en mi misión. Inés es la mejor candidata posible y tiene mi aprecio personal", resume Garicano en conversación con este periódico.

Albert Rivera encontró en Garicano el cerebro gris que necesitaba para articular, económica y científicamente, un proyecto liberal. Suyas son, por ejemplo, las propuestas del contrato único o los incentivos a las familias numerosas.

En un acto junto a Mario Vargas Llosa, Rivera desveló que, en caso de alcanzar el gobierno de España, Garicano sería su ministro de Economía. La entrada de Marcos de Quinto jamás restó esa preeminencia al ahora excluido.

Con la marcha de Garicano -a pesar de que seguirá desempeñando su papel en Europa-, cambiarán, seguro, las tripas y las propuestas del partido. Él, de la mano de Rivera y durante el mayor esplendor de Ciudadanos, fue su principal autor.

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