En los últimos días, el Partido Popular ha redoblado su apuesta por "España Suma", esa coalición electoral en la que pretende integrarse junto a Ciudadanos, tal y como hizo en Navarra. Génova pone el punto de mira en los comicios vascos y gallegos, que se celebrarán en 2020. Inés Arrimadas considera el ofrecimiento "una campaña de desinformación" con la que los conservadores pretenden evitar postularse acerca del pacto entre PSOE, PP y Cs.

La cúpula naranja jamás ha contemplado en serio esa propuesta. Varios de sus dirigentes, en conversación con este diario, reseñan cómo los de Casado "la filtraron a la prensa" cuando "Albert no estaba en Madrid": "Si realmente hubieran querido hacerlo, nos habrían llamado antes". De ahí que el partido liberal haya visto el movimiento del PP más como "un abrazo del oso" que como una "mano tendida". "¡¿Quieren 'España Suma'? ¡El verdadero 'España Suma' es pactar ahora entre los tres para desbloquear el país!", aduce un importante mandatario de la formación de centro.

En la última rueda de prensa de Ciudadanos -previa reunión de la gestora-, Melisa Rodríguez -su portavoz- deslizó que el PP, con su estrategia, "parece querer unas terceras elecciones". "Hablan de 'España Suma' porque les incomoda el marco que hemos instalado. Quieren imponer el suyo porque les resulta muy incómodo decir que no", narran las fuentes consultadas.

En Ciudadanos, "dentro de lo duro del descalabro", se sienten cómodos con el contexto actual. "Inés ha logrado tomar la iniciativa con esa suma de socialistas, conservadores y liberales que reuniría 221 escaños", argumenta otro portavoz naranja.

"Comunicar más y mejor"

Arrimadas ha encargado a los suyos "comunicar más y mejor" y "centrar los esfuerzos en recuperar el concepto de la utilidad". Unir a PP y PSOE -piensan- les resitúa "en el centro".

Aunque de puertas hacia fuera la maniobra 'ciudadana' carga las tintas sobre Sánchez, Arrimadas es consciente de que su jugada supone "una llave de judo al PP". Así la definen importantes cargos de Ciudadanos. "A Casado le estamos poniendo en el mismo brete que estuvo Albert... Una decisión posible a su izquierda y un competidor al alza a la derecha. Nosotros no lo supimos gestionar", comenta alguien que trabajó codo a codo con Rivera.

Pablo Casado ya ha transmitido a los periodistas -e incluso a Inés Arrimadas personalmente- que no contempla prestarse al pacto a tres ni siquiera en el caso de que Sánchez rompa con Podemos y deje de negociar con los nacionalistas.

Pero Arrimadas, en charla con los suyos, se muestra "optimista". Está segura de que, si el PSOE se abre al "gran acuerdo constitucionalista", Casado se vería "obligado" a negociar. Una tesis que también mantenía Albert Rivera.

Ciudadanos, tras el bloqueo de abril, puso sobre la mesa una solución que pretendía juntar a los mismos actores, pero lo hizo sin tiempo y consciente de que el gesto no les iba a librar de la quema. "Cuando empezó la campaña de noviembre, sufríamos dinámicas incorregibles", llegó a decir el entonces secretario general, José Manuel Villegas, en una entrevista con este periódico.

Ahora, insisten desde Alcalá 253, "la situación es distinta": "Presionaremos mientras haya tiempo. Haremos todo lo que esté en nuestras manos. Creemos que la vía Arrimadas es la preferida por la mayoría de los votantes".

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