Más allá de su indudable ambición personal, eran dos los objetivos con los que Íñigo Errejón justificó su salto a la política nacional sólo cuatro meses después de tomar posesión como líder de Más Madrid en la Asamblea autonómica: "desbloquear" la gobernabilidad y "sumar" para que hubiera un Gobierno progresista. Una vez vistos los resultados de las elecciones generales del 10-N resulta evidente que Más País no ha cumplido ninguna de las metas.

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Una sola cuenta basta para calificar de fallidas sus apuestas por desbloquear y sumar: si el 28-A el PSOE y Unidas Podemos contaban con 165 escaños, este 10-N los diputados que salen de agregar a los socialistas, a los morados y a los errejoners son 158. Lejos de ser una suma, su contribución ha resultado ser una resta en toda regla que aleja la posibilidad de formar "un Gobierno progresista". Y como consecuencia, el desbloqueo de la gobernabilidad no parece venir por esa vía.

Sobre todo, atendiendo a que a partir de esa eventual plataforma de PSOE-UP-MP sólo se puede mirar hacia las formaciones independentistas, nacionalistas y regionalistas. Y por muy atomizado que haya quedado el Congreso tras las entradas de Teruel Existe (1), el regreso del nacionalista gallego BNG (1) y la consilidación del regionalista cántabro PRC (1), esos votos aún precisarían de los de Coalición Canaria (2) -muy a la contra en la legislatura fracasada-, los del PNV (7)... y obligatoriamente algún indepe: o JxCat (8), o ERC (13), o la CUP (2) y Bildu (5).

Errejón emplaza a negociar "un gobierno progresista"

Y ese frankenstein reeditado y ampliado parece imposible tras la campaña de Sánchez. El presidente en funciones ha prometido estos días que intervendrá TV3, que recuperará el delito de referéndum ilegal e incluso que traerá a Carles Puigdemont "a España para que responda ante la Justicia". Que esa promesa sea un brindis al sol que no depende de él, sino de los poderes judiciales belga y español, demuestra hasta qué punto ha querido jugar a repudiar al antiguo Sánchez, el de Pedralbes, el relator y la moción de censura victoriosa de la mano de Bildu y Esquerra.

"Hicimos lo correcto y no lo hicimos calculando sino por responsabilidad", se defendió en la noche electoral el líder de Más País, que defendió su salto porque era "una opción necesaria" que ha movido este domingo a las urnas a gente que estaba harta. "Más País ha entrado en el Congreso para ayudar y lo vamos a hacer desde mañana mismo", aseguró emplazando al PSOE y a Podemos a negociar desde este lunes porque, sostuvo, "los números dan".

Rita Maestre, Íñigo errejón e Inés Sabanés, en la sede de Más País durante la noche electoral del 10-N. Efe

Ni grupo ni ministerio

¿Y la ambición personal? Errejón decía aspirar a "tener grupo parlamentario propio" y a ser ministro impulsando "un Gobierno de progreso del que formar parte". Pero no logra lo primero, pues deberá irse al grupo mixto -al quedarse en tres escaños- y queda lejísimos de lo segundo. A la espera de unas negociaciones en las que, dada su fuerza, es el quinto invitado, tras el líder, Pedro Sánchez, y después de Pablo Iglesias, Gabriel Rufián y Aitor Esteban.

Además, el líder de Más País es consciente que uno de sus tres diputados no es atribuible a su formación, sino a la alianza electoral con Compromís en la Comunidad Valenciana: el asiento de Joan Baldoví, cabeza de lista por Valencia, ya era suyo cuando la formación ancionalista se presentó por separado el 28-a y cuando fue de la mano de Podemos en 2016.

Íñigo Errejón (Más País) y Joan Baldoví (Compromís), charlan al acabar el acto de presentación de candidaturas para el 10-N. ADP

Su otra acta le corresponderá a Marta Higueras, si bien es posible que renuncie al escaño en favor de Inés Sabanés (número tres de la lista) y se quede en el Ayuntamiento de la capital para proteger a los ediles carmenitas, que quedaron huérfanos con la dimisión de la exalcaldesa. Además, teniendo en cuenta que Sabanés es la cabeza visible de Equo, la marca que le ha dado la pátina ecologista al programa de Errejón, y la responsable de haber llevado su fuerza electoral al entorno del exfundador de Podemos -aun a pesar de romper el partido por la mitad-, tendría sentido que ella fuera la diputada.

"No era el momento"

Y es que se cumplen los augurios de Clara Serra -ex número dos de Errejón hace sólo seis meses en las autonómicas- cuando, al dimitir hace un mes, dejó escrito que no era "el momento para dar el salto nacional". La aventura, en definitiva, no ha cumplido las expectativas ni siquiera en la Comunidad de Madrid, donde nació y donde competía directamente con Unidas Podemos, su formación de origen y evidentemente en el mismo espectro ideológico.

Clara Serra junto a Errejón en una imagen de archivo Efe

Según el escrutinio, al 100%, Más País ha logrado en Madrid un total de 199.172 votos, el 5,64% del total. Es decir, es la sexta fuerza, cuando en las autonómicas fue la cuarta, con más del doble de apoyos (471.538) y casi el triple (14,65%) del porcentaje. Y en el total nacional ha alcanzado un total de 554.048 apoyos, el 2,3% del total, para acabar como séptima formación a nivel nacional, con prácticamente los mismos votos en toda España que JxCat sólo en Cataluña.

El partido de Errejón, constituido en septiembre se comprometió a presentarse sólo en las provincias que más escaños repartieran, para "no restar nunca, sino sumar" a las izquierdas. Sin embargo, de los siete diputados que ha perdido Unidas Podemos, en seis de esas circunscripciones se presentó la formación de Errejón: Madrid, Vizcaya, Las Palmas, Cádiz, Málaga y Alicante. También hubo lista en Barcelona, donde los morados perdieron un diputado, pero se compensó con otro nuevo en Gerona.

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